La artista reveló en una reciente entrevista que el atuendo que usó en su exitoso videoclip y que marcó la moda de esa época fue resultado de su trastorno de dismorfia corporal, lo que la llevó a ocultar su apariencia física.

La cantante australiana Natalie Imbruglia, reveló recientemente que pidió a la producción del video musical de su mayor éxito, “Torn”, que no la hicieran usar un vestido, esto ya que, según confesó, tenía dismorfia corporal y no quería que vieran su silueta.

Nadie puede negar que la canción pop de la artista trascendió generaciones, el tema que goza de gran popularidad debido a su pegajoso ritmo y emotiva letra digna de una chica sin esperanzas en el amor, se ha convertido en el soundtrack de muchos.

Sin embargo, no solo esto la llevó a la fama mundial, el videoclip que acompaña la melodía también jugó un rol importante. Contrario a lo habitual de la música de la época, Imbruglia optó por mostrarse de una manera vulnerable, donde su apariencia también fue un factor importante.

“Era dismórfica e insegura”

Usando un maquillaje muy natural, cabello corto y oscuro, además de ropa holgada, su estilo traspasó la pantalla, marcando una tendencia en la juventud de esos años, sin embargo, de acuerdo a sus recientes declaraciones, esto habría sido una simple coincidencia marcada por un trastorno mental que desarrollo.

En conversación con The Independent, con motivo del aniversario 25 del álbum “Left of the Middle” de donde se extrae “Torn”, Natalie Imbruglia afirmó: “[Elegí ese vestuario porque] era tan dismórfica e insegura en ese momento”.

“Los pantalones del ejército ni siquiera eran pantalones geniales del ejército, no estaban de moda ni nada”, recordó. “Mi intención al usar eso era para que no pudieras ver mi silueta, porque no quería que nadie la viera”, explicó.

La cantante igualmente reconoció que esta decisión se convirtió en algo poderoso para ella en ese momento: “Era como visto como androginia genial. Pero realmente vino de un lugar de ‘¡gracias a Dios no tengo que usar un vestido!’ “, confesó.

Dismorfia corporal

La dismorfia corporal que confesó tener Natalie Imbruglia es un trastorno de salud mental que lleva a la persona que lo desarrolla a “percibir defectos en su apariencia física, los cuales no existen, son evidentes o son levemente visibles a otras personas” explica el manual médico MSD.

Esta enfermedad puede llevar a los pacientes a revisar continuamente su reflejo en espejos, intentar ocultar los “defectos” que autoperciben o simplemente ocultarse de la vida pública. Otras características de esta afección son la sobre preocupación por la apariencia propia, aseo excesivo, y la creencia de que las personas los miran y/o se burlan de ellos por su aspecto.

Natalie Imbruglia, quien también es actriz, relató que su inseguridad no solo se restringía a la dismorfia corporal que la llevaba a dudar de su aspecto físico, sino que también a su calidad como compositora, puesto que luego de emigrar de Sydney, su ciudad natal, también desarrollo síndrome del impostor.

Síndrome del impostor

Tal como relató a periódico británico, Imbruglia dejó la escuela a los 16 años luego de conseguir un importante papel en Neighbours, una seria australiana que también fue cuna de Margot Robbie y Kylie Minogue. Luego de interpretar a Beth durante casi 150 episodios, la cantante dejó la producción para buscar nuevos horizontes en Reino Unido, sin embargo, el éxito no fue el mismo.

Estas polarizadas situaciones la llevaron a dejar de creer en sí misma y en su talento artístico: “Había crecido como una niña de la escuela escénica, era una artista entrenada”, afirmó.

En tanto, el síndrome del impostor consiste en “tener la sensación de no estar nunca a la altura; de no ser lo suficientemente buenos, competentes o capaces; de ser impostores, un fraude”, explicó Aida Baida Gil, autora del libro “Cómo superar el síndrome del impostor” a BBC.

La coach profesional agregó que este “síndrome” lleva a las personas a asumir que “su éxito es cuestión de suerte y que nunca se debe a la inteligencia sino a factores externos o al hecho de que hayas tenido que trabajar muy duro para lograrlo”.

El que una persona desarrolle síndrome del impostor se puede deber a cuatro posibles causas: Dinámicas familiares durante la infancia, las cuales se pueden dar por constantes comparaciones entre los integrantes del núcleo; Estereotipos sexuales, aunque es igual de frecuente en ambos géneros, es sabido que las mujeres suelen ser más presionadas a tener éxito en su vida personal y laboral que los hombres; Diferencias salariales y percepción de éxito, fracaso y competencia, este último se refiere a que los propios niveles de exigencia son altos o imposibles de lograr.