Para la noche del jueves estaba programada la primera de las cuatro fechas que Brujería tenía agendadas en nuestro país, en una breve gira organizada para celebrar los 25 años de su emblemático disco “Raza Odiada”.
Pese al frío y la lluvia que se dejó caer en Concepción, cientos de fans llegaron a la Havana Club en pleno centro penquista para ver el primer show metalero internacional en la región del Bio Bio después de la irrupción de la pandemia.
Y aunque todo estaba pactado para las 18:00 horas, la banda tuvo problemas con su vuelo proveniente de Santiago, lo que obligó a la producción a retrasar todo el itinerario.
Según nos fuimos enterando con el paso de las horas, los problemas climáticos les impidieron aterrizar en la loza del aeropuerto Carriel Sur, por lo que el avión debió devolverse a la capital. ¿La solución? Debieron hacer el trayecto por tierra, lo que evidentemente significó un retraso de varias horas.
Afortunadamente el evento se pudo realizar, y aunque la espera por momentos se hizo eterna, la banda cumplió con creces, ofreciendo un show aplastante y a la vena.
Bandas teloneras
Los primeros en subirse al escenario fueron los integrantes de Juan Distortion, banda originaria de Chillán que lleva más de diez años tocando un hardcore/thrash. Pese a que a esa hora el número de asistentes aún era bajo, la agrupación se las arregló para prender el ambiente entre quienes pusieron atención a su propuesta musical.
A eso de las 21:20 horas fue el turno de Soberbia Maquina Asesina, conjunto penquista que con un estilo crossover/thrash entretuvieron a los presentes que poco a poco se dejaban caer en el local.
La última de las bandas teloneras fue Evil Attack, banda nacida en Cañete que llegó cargada con un speed thrash metal que se ganó los aplausos de los presentes que a esa hora ya comenzaban a llegar en masa.
Brujería y su “liturgia”
Tal como mencionamos al comienzo de esta reseña, los problemas con el avión que traía a Brujería hizo que recién pasadas las 2:30 de la madrugada pudieran subirse al escenario y comenzar con este esperado ritual junto a sus fanáticos penquistas.
Fue así como sin perder tiempo, los mexicanos-estadounidenses comenzaron rápidamente su show con la intro del álbum Raza Odiada para dar paso al tema homónimo que de inmediato prendió a los presentes que llenaron el lugar.
Tras el energético inicio, la banda -liderada por Juan Brujo y Pinche Peach- no dio tregua de ningún tipo ya que de inmediato le siguió Colas de rata, uno de sus principales hits.
El show continuó con Hechando chingazos y La migra, dos verdaderos emblemas del conjunto que fueron coreados por los seguidores de esta carismática agrupación.
Después de Revolución, Brujería deleitó a su público con Consejos narcos, uno de los temas más ovacionados en la Havana.
Posteriormente fue el turno de La Ley del plomo, Los tengo colgando y Sesos humanos, tres canciones que dieron pie para incesantes mosh en la pista.
Cabe señalar que la euforia fue tal, que incluso en un momento los fans llegaron a botar la reja que los separaba del escenario. Pese a esto, la situación no pasó a mayores y el show siguió con su curso normal.
Primer Meko Hermanos Menéndez y El Patrón llegaron de manera frenética para el disfrute de los cientos de asistentes. Luego de Padre Nuestro, Brujería tocó Ritmos Satánicos, tema que dio cierto respiro a quienes llevaban mosheando por largos minutos a esa hora de la madrugada.
El evento llegaba peligrosamente a su final. Brujerismo y El Desmadre fueron los siguientes temas que volvieron a prender al público, seguidos por Marcha de Odio.
Tras esto, llegó uno de los temas más disfrutados por todos: Matando güeros, cuyo coro fue gritado a todo pulmón por los fanáticos de la banda.
Finalmente, la canción Marijuana fue la señal inequívoca de que la presentación de Brujería había concluido, en medio de los aplausos de los presentes. A esas alturas, el reloj marcaba las 3:40 de la madrugada.
En líneas generales, fue un show demoledor y vibrante, con una banda que se mostró sumamente compenetrada con sus fieles seguidores. Por lo demás, el setlist estuvo impecable.
El punto negro de la jornada fue la extensa demora con que la banda salió a presentar su show, aunque también hay que tener en cuenta que todo se debió a un problema que escapó de las manos de la producción.
Y aún considerando estos imprevistos, los músicos estuvieron dispuestos a realizar el viaje por tierra para cumplir con lo agendado, lo que se agradece. Lamentablemente, nuevos problemas con sus vuelos impidieron que pudieran tocar al día siguiente en Coquimbo, aunque sus presentaciones en Santiago y Valparaíso pudieron desarrollarse de manera normal.
Sin duda, fue un gran regreso a los espectáculos internacionales de metal en la ciudad penquista. Esperamos que se repitan.