Un informe de la revista Forbes detalla que la fortuna de Britney Spears es considerablemente más baja que las de sus colegas superestrellas del pop.
En 2002, la publicación la nombró “la celebridad más poderosa del mundo”, con un ingreso estimado de $40 millones de dólares (sin impuestos ni tarifas).
Por entonces, la cantante venía de una exitosa racha de cuatro años de álbumes de platino y varios números uno, además de múltiples premios Grammy y una serie de millonarias giras mundiales.
En términos de ganancias, se imponía por sobre contemporáneas como Jessica Simpson y Jennifer Lopez, e incluso hoy “se puede decir que ha vendido más entradas para conciertos y álbumes que ambas”, advierte Forbes.
Sin embargo, en relación al patrimonio neto, la alicaída “princesa del pop” acumula $60 millones de dólares, mientras que Simpson y López portan fortunas estimadas en más de 100 millones cada una.
El dinero de Beyoncé, que inició su carrera solista algunos años después que Britney ya adulta, está valorizado siete veces más que el de Spears, y sin considerar el patrimonio de su multimillonario esposo Jay-Z.
Según la revista, la razón se esconde en el “colapso mental público” de 2007 y la orden judicial que estableció la tutela de su padre un año después. “El juez entregó el control de su carrera y finanzas a su padre, James, que ahora es el villano del movimiento #FreeBritney, un esfuerzo de las redes sociales para ‘liberar’ a Spears de dicha orden”, detalla.
“En los últimos años, Spears se ha resistido al control de su padre al mismo tiempo que paga millones de dólares en honorarios legales vinculados a la tutela que se encarga de controlar su estilo de vida, así como a la manutención de los hijos de su exmarido Kevin Federline”, agrega Forbes.
De acuerdo a la publicación, por lo menos hasta el año pasado, sus activos se encuentran principalmente en cuentas de corretaje de propiedades, bienes raíces y efectivo.
“Su fortuna personal no se ha quedado atrás por falta de esfuerzo: en 2008, Spears había lanzado cinco discos de éxito y se había embarcado en seis giras importantes. En la década siguiente, hizo otros cuatro álbumes y cuatro giras mundiales, así como una residencia en Las Vegas que se desarrolló de 2013 a 2017 y recaudó 137,7 millones de dólares según Caesars Entertainment”, se lee en el reporte.
Otra razón que esgrime Forbes para el declive, es su actual y escasa participación publicitaria: si antes era rostro de Pepsi, Skechers y Samsung, desde 2015 los spots de grandes marcas desaparecieron por completo.
“Spears no ha lanzado nueva música desde 2016 y dejó de hacer giras en 2018. Al año siguiente, canceló otra lucrativa residencia en Las Vegas que la habría visto ganar al menos $ 350,000 por noche”, apunta Forbes. Lee el informe completo, aquí.