LA GROUPIE: La Groupie es una plataforma [en Instagram] que se creó el 2020. Somos cabras que nos conocimos a través de internet, somos de distintas regiones. Tenemos a una que se llama Paula, de Rancagua, que estudia sicología y tiene 26 años; a Rocío, de Ñuñoa,
que estudia derecho y tiene 21 años; y otra que se llama Luna, de Lo Prado, que estudia trabajo social y tiene 21 años. Somos cabras muy distintas, que nos gusta mucho la música y que decidimos crear esta página para difundir el talento femenino chileno, de las nuevas generaciones, refiriéndonos a músicas como trap, rap, R&B, dancehall y reggaetón; esa escena en particular, que está surgiendo ahora en Chile y que está muy popularizada.
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MEIKISS LATINA: Mi inicio en la música fue con el rap. A los diez años empecé a escribir mis primeras rimas, a los once ya estaba saliendo a las calles a participar en batallas de freestyle, que se realizan por donde yo vivía. En ese entonces eran en una plaza en la población Las Praderas 2 [Peñaflor]. Eran muy masivas estas juntas, por el año 2003 se realizaban y yo salía a las calles. Eso lo estuve haciendo más o menos hasta el año 2007 que fue cuando entré al liceo, tenía 15 años.
LA GROUPIE: El rap es un primer acercamiento para la gente que quiere empezar a hacer música urbana, por eso se da este fenómeno del freestyle. Son vivencias callejeras: lo que están viviendo, lo que están sintiendo. Ahí se dan cuenta que les gustaría hacer música. Eso pasa en general con la escena, como en Argentina o acá en Chile, que muchos talentos salen de estas batallas de freestyle, entonces las cabras también son parte de ese fenómeno del rap y del freestyle: partieron dándose cuenta que les gustaba improvisar y les gustaba crear canciones. También el frestyle en sí, al montarse en una base y crear una letra, es mucho más integrador, no necesitas un conocimiento musical, eso hace que sea mucho más democrático para las personas, por eso parten algunas cabras ahí, como que de ahí se parte. Partió la Meikiss, partió la Shita, partió la Cheska.
MEIKISS LATINA: En el liceo donde yo estudiaba, en el Liceo de Talagante, ahí también me ponía a rapear en las horas de recreo y todas esas cosas. Ahí me fui puliendo y ahí fue donde conocí a mi productor actual, Jon Domínguez. Nosotros nos conocimos rapeando y él me enseñó harto de la música igual y ahí nos complementamos súper bien. Desde ahí que tengo su apoyo. Grabábamos rap, después nos metimos en el trap como en el año 2012, ahí trabajando con él fui desarrollando el trap a mi estilo.
LA GROUPIE: El freestyle es un espacio súper masculinizado. La Meikiss agarró el hacer tiraderas, barras nuevas, pero desde el lado “a mí nadie me gana” y cosas así. Y en ese espacio se empodera caleta. Y eso representa un poco a la Meikiss. Y lleva años haciéndolo: tiene caleta de flow y representa súper bien la escena, el trap duro.
MEIKISS LATINA: Mis referencias latinas musicales fueron De la Ghetto, Alex Kyza, que eran en ese tiempo los únicos que hacían trap como el que me gustaba a mí. Del trap en inglés, los que yo escuchaba eran Rick Ross, Tyga, Iggy Azalea, Nicki Minaj, French Montana. Todos ellos fueron como los que me motivaron también a hacer trap, eran los cantantes que yo más escuchaba. En ese lapso que yo escuchaba a estos artistas, ya me había alejado un poco de la música, porque como tuve a mi hijo, entonces me preocupaba de ello, de su bienestar, porque igual yo fui mamá joven.
LA GROUPIE: Si erís cantante, o lo que querái hacer con tu vida, si es que te tocó ser mamá y tenís que hacerte cargo, la sociedad te va a exigir de todas maneras que te posterguís; porque los hijos están primero, porque no te dejan abortar, entonces como que no te deja opciones. En ese sentido es incluso más penca la industria musical para las mujeres, al final son más obstáculos todavía. Ya es peludo instalarte en la escena siendo mujer y además hacer toda tu pega de madre no es menor. En cierto modo se entiende que la Meikiss haya tenido que aplazar. Y es una mierda. ¿Por qué no existen más opciones?
MEIKISS LATINA: Mi primer hijo, Steven, lo tuve a los diecisiete años, que fue el que me hizo sentar cabeza y todo [2009]. Después ya vino mi segundo hijo, Javier, y entonces todo el tiempo lo dediqué a ello [2011]. Pero tampoco se me olvidaba lo que me gustaba hacer, que era hacer música. Seguía escribiendo, seguía amontonando cuadernos con letras; eso hacía, y escuchar música.
LA GROUPIE: Es una pega que debiese ser remunerada. Porque te toma tiempo. Un buen aseo te toma toda la tarde y obviamente eso no te permite sentarte a escribir, dedicarle mucho tiempo. Pero es como ambiguo; porque por un lado te limita, pero se entiende también a las mujeres como madres, como que ese es su rol, se tiene esa idea que al ser madre te tienes que dedicar full time y no. La Meikiss es más que solo madre. Es madre, cantante y empresaria, porque trabaja con su arte.
MEIKISS LATINA: Ya en el 2012 me fui a meter al estudio y pesqué una pista, que era la de “Tacos”. La escribí en el mismo día, me inspiré en la calle. Uno cuando sale a la calle siempre tiene problemas, se envuelve sin querer queriendo en ataos que ni siquiera son de uno, pero por el hecho de andar en la calle te involucrái siempre en algo. Todas mis canciones son vivencias, una siempre tiene ataos, y de eso se trata “Tacos”. Y marcó un antes y un después en lo que estoy haciendo ahora. Mi estilo es súper duro, fuerte, y eso es lo que en verdad soy.
LA GROUPIE: Hay hartos cabros en la escena que son papás. Y hablan de que quieren a los hijos, pero los hijos nunca han sido un freno de impedimento, porque la crianza siempre ha estado relegada a las mujeres, porque las mujeres son las que cuidan las guaguas y eso les va a quitar tiempo para poder generar su carrera. Pero, aunque tengan hijos, no es un impedimento para que puedan hacer trap, porque hay referentes femeninos que tienen hijos, como La Zowi [cantante española]. Como que no ha sido una limitación tener hijos para limitar su vocabulario, para hacer la música. En ese sentido son unas nuevas referentes con respecto a la maternidad. La Meikiss refleja eso: una nueva forma de maternidad, que no la limita a nada, a pesar de que se dio su espacio y su tiempo en que no pudo hacerlo, incluso así ella rapea lo que sea, hace la música que ella quiere.
MEIKISS LATINA: La música pa’ mí ya no es un pasatiempo, la veo como un trabajo. Aunque tenga dos hijos, eso no me impide hacer música. Ellos igual ya están grandes, hacen sus cosas, obviamente yo siempre estoy atenta. Pero la música la veo como trabajo, ya no la veo como hobby o algo así. A lo mejor si hubiese sido constante, claro que sí, yo estaría puesta en los artistas que están sonando aquí en Chile. Pero todo pasa por algo, todo a su tiempo; lo bueno llega tarde, pero llega. Y eso. He tenido paciencia, al tener hijos igual he tenido que proponer cosas, pero esto ya me lo tomé en serio y siento que mi momento ya está por llegar. La constancia es importante en un artista, porque si te rindes a la primera, no vale la pena todo lo que uno hace para atrás. Siempre hay que ser constante, y si uno ama lo que hace, va a tener frutos de ello.
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CHESKA LIZ: Cuando era muy chiquitita inventaba canciones pa’ mis peluches, algo ridículo, de cabra chica. Después, en Lenguaje, con los poemas… Pero cuando me metí en el freestyle, cuando me di cuenta que me gustaba caleta la música, fue vacilando en una plaza
con unos amigos, en El Salto [Recoleta]. Y ahí empezamos a tirar rimas. Iba con amigos y en verdad lo hacíamos por huear, por vacilar. Pero yo ya escribía mis temas, y sabía que iba a tener otra conexión con la música, que no solamente era hueveo.
LA GROUPIE: La Cheska Liz es una cabra que representa a la población. En la forma en cómo se expresa, en cómo habla, en lo que quiere llegar a ser con el trap en Chile tiene una propuesta. Ella dice que quiere llevar ese lenguaje callejero a la cotidianidad, a la realidad, porque así hablamos nosotros. De hecho, una vez dijo que ella quería que el coa fuera parte de la cultura chilena en la música. Y fue duramente criticada. Ella viene con frases que son disruptivas a lo que está normalmente establecido.
CHESKA LIZ: Yo de pequeña siempre fui una niña destacada por su personalidad, que era porfiada, rebelde. Nunca fui sumisa ni tampoco fina, nunca. A lo que empecé a cantar [2018], yo chanteaba, me gustaba mucho el chanteo. Sentía que las mujeres que chanteaban como yo son muy escasas. Y ahora que fui complementándome más, aprendiendo más, el objetivo que tengo es implementar la jerga coa, que es delictual, pero ya pasó a ser algo que es como una jerga chilena. Y esa es la idea. Esa es como la diferencia que marca en Cheska Liz.
LA GROUPIE: En cuanto a lo musical, le pone mucho, canta bien, rapea muy bien; ella chantea muy bien, canta muy rápido y sus barras son súper duras. Si la viera un productor o un cabro, como Pablo Chill-E o cualquier otro artista que está pegado, debería colaborar con ella porque de verdad que le pone mucho. Se monta muy bien en los ritmos que son los pegadizos. Aparte de ser muy buena creativamente, también dice cosas relevantes e importantes.
CHESKA LIZ: Yo vengo de la Quinta Bella [Recoleta]. Es bacán la gente de población, todo mi grupo de amigos de barrio son de arte callejero, mi pololo canta, todos cantamos. Y a pesar de querer un
sueño casi tan inalcanzable, nos hemos paqueado brígido y lo hemos logrado de a poco.
LA GROUPIE: En el contexto del freestyle, en las Batalla de Gallos, se ve caleta de morbo, y como que está esta hueá de tiradera y toda esta dinámica, y es la raja que se hayan incluido cabras al final dando cara en esa misma dinámica que pone en evidencia todo el rollo de lo peludo también que es hacerle frente a un contexto o a un género que está súper masculinizado. En ese sentido encuentro que las cabras que parten desde el freestyle también han sentado como base, o pavimentado el camino, para que más cabras sigan esa línea.
CHESKA LIZ: Yo, siendo sincera, no improviso. Yo soy escritora, soy compositora. Entonces cuando fui desarrollando mi flow fue a medida que me metí a un torneo de Chiletón y ahí vi que tenía talento, que podía surgir siendo cantante. Ahí se me abrieron las puertas con hartos productores, entre ellos Flashmaker, quien me grabó por muchos años, hasta el día de hoy seguimos en conexión. Él fue el primero en darme la mano, ahí fui complementando mi flow, aprendiendo más cosas, complementándome como artista.
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WAVY SERENA: Yo tengo un hermano que estuvo metido en la pasta base. Mi primera canción hablaba de eso, porque el hueón se iba pa’l norte, se escapaba pa’ allá, vivía en la calle, toda la hueá. Como que la hice pa’ desahogarme de eso. Era un trap así como bien sad, muy muy sad. Ahí hice la pista y le hice la letra al tiro. Eso fue a principios del 2018.
CHESKA LIZ: Mi familia siempre tuvo problemas de drogas, y en ocasiones yo estaba tirada. Yo tenía dos amigas, que estábamos en la misma, entonces salíamos a buscar cosas al Líder. Comíamos, vendíamos las cosas que sacábamos del Líder. De repente le faltaban zapatillas a la hermana de mi amiga, se las llevábamos y hace poco también empecé a josear, pa’ salvarme a mí, porque estaba viviendo con mi hermana, me habían echado de la casa. Y siempre ha sido así mi vida. No me quejo, pero ojalá nunca le pase a nadie.
WAVY SERENA: La Princesa Alba fue súper importante porque fue mi llegada al trap. Yo estaba con la pata esguinzada, puro así comiéndome hueás de internet, escuchando caleta de música, hueás nuevas. En una, en Instagram veo ese festival, el Ruidosa, y veo Princesa Alba. Y me metí a ver su show y dije: “¿Esta loca qué onda? La hueona visionaria”. Me metí a escuchar su EP, Del cielo, y lo amé. Quedé pal hoyo, me encantó. Y ese fui mi impulso. Mi acercamiento al trap fue por ella, después conocí al Gianluca y a los otros cabros.
LA GROUPIE: El trap viene a ser disruptivo a todas las formas de hacer música, de mezclar [estilos], y se entrelaza con cómo ha cambiado la sociedad: entender el género de distintas formas, entender la sexualidad de distintas formas. Y en base al feminismo, el discurso del empoderamiento, como que las cabras han tomado mucho del empoderamiento para hacer trap. Las cabras que rapeaban antes, como Ana Tijoux, tenían un sentido más social. Al menos en Chile el rap muy que se estructuró y se cerró, y el trap no, el trap permite hablar a las cabras; si quieren decir: “Soy puta”, bacán, lo pueden hacer porque está ese discurso, en el fondo de empoderamiento, viene en alero y a la mano del feminismo, de que las mujeres podemos hacer lo que queramos, que las mujeres tenemos la posibilidad de tener un espacio, y también de irrumpir. Por eso se dan esos fenómenos como Princesa Alba y Paloma Mami, que son personas que irrumpen la escena.
ANTIVAL: He entrevistado a muchas mujeres importantes de la escena musical, tanto nacional como internacional, mundial derechamente, y en todas las entrevistas, en el cien por ciento, terminamos hablando sobre el sexismo en la escena musical, aunque no sea parte de la pauta. Naturalmente la entrevista, o hablar de su experiencia en la música o de su trabajo en lo que sea, conduce a terminar hablando del machismo al que han sido víctimas. Por ejemplo, Bad Gyal [cantante española] ha hablado de las críticas por supuestamente sexualizar su cuerpo. Cazzu [cantante argentina] me habló sobre que está harta de que la llamen la reina del trap, como desde un ángulo del hecho de ser mujer y no del ángulo de por qué no puede ser la mejor rapera de todes, de por qué tiene que ser siempre de las mujeres, por qué se habla de cómo se viste o su apariencia y no si rapea bien o rapea mal. Con Princesa Alba, para qué hablar; es quizás la más icónica en Chile con todo el bullying que sufrió con “Mi only one”.
WAVY SERENA: Yo creo que la figura de la Princesa Alba es clave, muy clave, porque ella fue de las primeras en atreverse a hacer ese tipo de música, como ligero. Ella es clave en eso.
VLNTNAB: En el trap hay una escena, que es más antigua y que denigraba harto a la mujer. Yo creo que igual me sentí excluida en algún momento o igual pensaba que quizás el hecho de hacer música no iba a ser tan bien recibido. Y en verdad no fue así. Yo sentí mucho recibimiento al momento de presentar mis canciones. Y al menos lo que he vivido hasta ahora sí me ha hecho pensar que soy parte de una escena. Con el trap antiguo, y todo lo que conlleve a la denigración de una mujer, obviamente no estoy de acuerdo. Pero no creo que el trap actual sea machista.
LA GROUPIE: El rap chileno es un piño que está muy estructurado a una forma de hacer rap. Y de hecho, tenían sus resistencias al trap, como los rockeros con el reggaetón, como eso no es música y la hueá. El trap es todo lo contrario: no hay barreras. Podís pintarte el pelo, pintarte la uña, vestirte de la manera que querái, combinar ritmos. En el trap la idea es ser disruptivo y hacerte cambiar de paradigma. Decirte: “Podís ser la hueá que querái ser. Y va a estar bien, aquí va a estar bien”.
ANTIVAL: Esa modificación —o metamorfosis— que tuvo la escena chilena musical va de la mano con un cambio a nivel de país. La revolución feminista fue el 2018, y a partir de eso comenzó a cambiar la mentalidad en general. Yo creo que va directamente ligado con eso. Además que la revolución feminista no solamente involucró a las mujeres, sino que también un dominio moral en que no habían visto ser feminista, eso también traspasó a los hombres. Desde ese año empezó a ser bien visto ser feminista y por lo tanto intentar involucrar a mujeres.
CHESKA LIZ: Sí, yo creo que eso cambió recién el 2019, a mitad de año. Las mujeres se empezaron a mezclar más con las mujeres, porque, pa’ qué pos, no eran tan sororas. Y los hombres también ahora tienen más empatía con nosotras, ahora más que nunca se está viendo eso y de verdad que me alegra caleta que ya estén cambiando el chip, que ya estén abriendo la mente.
ANTIVAL: También tiene que ver con una cuestión territorial. Los países del Cono Sur, específicamente Chile y Argentina, son mucho menos machistas que los países caribeños, que es de donde sale el trap latino y el reggaetón. Es una impresión que me la han confirmado varias entrevistadas, por ejemplo Cazzu. Ella defendió a Bad Bunny cuando él sacó el video de “Yo perreo sola” [marzo de 2020], que fue muy criticado desde algunos sectores feministas por apropiarse de la lucha feminista siendo un hombre blanco heterosexual; sin embargo, Cazzu lo defendía porque ella decía que esos son nuestros parámetros, esa es nuestra visión porque estamos en países que son mucho más críticos en cuanto al feminismo; en cambio, de donde viene Bad Bunny [Puerto Rico] no existen estas lecturas tan avanzadas, es mucho más machista tanto en la escena musical como en su cultura.
LA GROUPIE: El feminismo se vuelve rentable, y no en el sentido negativo, sino que hace sentido en un sentimiento colectivo: nos cansamos de abusos, nos cansamos de estar en el segundo lugar, cosas así. Entonces sale este espacio en la escena del trap para juzgar para ser contestataria, a diferencia del rap, que es mucho más masculinizado. El trap y el feminismo van muy bien de la mano.
CHESKA LIZ: Pasa que el trap fue una mezcla, es un subgénero del rap, que es trap con electrónica. El rap es muy marcado: puro punchline, letra, contenido, letra, importa más la letra que el beat. Y el trap no. El trap tú lo vacilái, tú lo sentís, lo volvís una moda, entonces yo creo que es un contenido muy versátil. Yo me siento cómoda, porque el estilo que lleve voy a hacerlo igual. Es de pana, me gusta.
WAVY SERENA: Yo creo que el trap fue evolucionando y también no todos podemos hacer lo mismo, porque también sonaría todo muy trillado. Y también avanzó el trap, ya se empezó a diversificar. También con ánimos de hacer algo con sello propio, con propias influencias y no como copiar las hueás que están haciendo los demás.
LA GROUPIE: El trap rompe un poco a la sociedad conservadora que nosotros tenemos, esos valores normativos que venían desde antes. Por eso las mujeres se sienten identificadas, porque tienen la posibilidad de cantar y hablar de lo que les plazca y no se cierren a algo. No tienen un límite al cantar de algo. El trap hoy es muy diverso, por eso no solo encontramos el trap duro, que habla de drogas y armas, sino que también encontramos otras subvariaciones y distintas artistas creando distintas cosas.
WAVY SERENA: En Valpo, sobre todo, la gente es muy queer, muy pop. El ambiente más estiloso o más musical, al menos en el que me desenvuelvo, es muy electrónico. Las discos en que yo trabajé, y que siempre fui a vacilar, que eran Pagano, Morgana, Máscara, son full pop ochenta, noventa, colas, divas del pop. Y yo estoy metida de chica ahí: desde los dieciocho que trabajé en discoteque, en la barra. Igual cuando chica escuché mucho los discos de Madonna, por mi mamá y mi tío.
LA GROUPIE: El trap tiene tantas posibilidades de poder experimentar, de poder cantar de cosas tristes, de amor, de cosas más duras como las drogas o el joseo en la calle, y muchas de las mujeres que están hoy en la escena se han dado cuenta de eso. Están cantando cosas en su estilo, y de estas personas existe la Wavy Serena, que es una chica que experimenta mucho con el pop y con ese tipo de sonidos y de letras en el trap. Ella toma muchas referencias de lo que es el pop chileno.
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ONDBEATS: He trabajado con varios artistas, pero no he sido reconocida por mi trabajo, no me pescaban por ser mujer. A la gente le gustaban mis beats y me decían: “Colaboremos, trabajemos”; pero al momento que salía el tema, no me nombraban, no me agregaban en la descripción. Yo por un tema de no saber, de no estar inscrita, regalaba los beats. De hecho, tengo varios beats por ahí, de artistas que son reconocidos, que usaron beats míos sin darme crédito.
LA GROUPIE: La Cheska ha contado que cuando ella empezó a cantar no la querían por su físico. Al ser mujer en la escena igual pesa mucho eso, la experiencia que tenís, la corporalidad que tenís. Muchas veces te juzgan y te desvaloran por el aspecto físico. La Cheska una vez contó que un loco renombrando le dijo que no quería colaborar con ella ni nada, y que después le andaba pidiendo colaboraciones, después que ella bajó de peso y empezó a pegar un poco. Y dijo que cuando él la vio de nuevo, no la reconoció. Entonces igual se mezclan muchas experiencias, yo encuentro que igual son similares. Al fin y al cabo la Cheska y la Ondbeats son dos personas que les ha costado y que al momento de, no se les reconoce el talento. Y que se les mira más por cómo se ven que por lo que están haciendo.
CHESKA LIZ: Al principio yo era más gordita y tuve que bajar de peso porque lamentablemente en Chile todo entra por lo visual. Más en la música, por los videoclips, entonces tuve que cambiar mi estética pa’ ser más llamativa. Pero eso ya debería cambiar porque no están tomando en cuenta el talento que tenemos de verdad nosotras las mujeres, aunque también les pasa a los hombres.
ONDBEATS: Yo me empecé a involucrar en la música como a los once años. Me gustaba improvisar, me gustaba ir a tocatas; en realidad me arrancaba para ir a tocatas, nunca le pedía permiso a mi mamá. Me gustaban, siempre me llamó la atención, estaba súper metida en eso. Un día mi familia me mandó al [centro de menores] Cread de Playa Ancha, y recuerdo que juntaron las casas de mujeres con las de hombres, y en ese tiempo fue Arte Elegante al Cread. Y yo le pregunté a un niño que trabajaba con él, que cómo hacían las pistas, porque a mí me gustaba improvisar. Así súper emocionada diciéndole: “Oye, yo también improviso”. Y ahí me dijo lo de FL Studio y de otros programas más para grabar. Eso fue como a los dieciséis.
LA GROUPIE: Nosotras hicimos la plataforma pensando en además de darle visibilidad a cabras y a disidencias en la música que no tienen cobertura, también armar un registro al que también se pueda llegar y armar conexiones. Si alguien está buscando una beatmaker, va a ir La Groupie y la va a encontrar, va a escuchar su material. La intención y el junte de información que estamos haciendo igual es para eso.
ONDBEATS: Me dieron el egreso en el Cread, a una familia de acogida. Pero nuevamente me mandarían a un hogar y me escapé. Volví a vivir con mi mamá, pero me tuve que ir nuevamente por problemas, así que preferí estar sola. Y hace como tres años me junté con mi hermano, nos volvimos a ver, y me dijo: “Oye, ¿sabís que? Estoy cantando, quiero cantar reggaetón. ¿Por qué no nos ponemos a hacer música?”. Le dije que no tenía ni computador. Mi hermano me compró un computador, me puse a hacer las pistas y ahí empecé. Empecé a conocer gente, yo ya era amiga de muchos artistas que ahora están entre comillas pegados, y las primeras pistas que tiré las tiré con ellos, pero ni siquiera me nombraron. Pero lo retomé de nuevo, recuerdo que me gustaba hacer bases de rap y también que trataba de hacer bachata, después empecé con el reggaetón y ahora le estoy poniendo más al trap.
LA GROUPIE: Hay veces que [como artista] ni siquiera vas a tener apoyo. Y con eso además se pone otra pared, que es el ser mujer. Entonces al tiro tenís que encajar en cierto tipo de feminidad, o era. Como que cuando erís mujer en la música tenís que ser el pack completo, onda no basta solo tu talento. La Princesa Alba también lo ha dicho, por algo tiene un flow haciendo gimnasia, los bailes, las producciones.
CHESKA LIZ: Fue fome lo que pasó con la Princesa Alba [el bullying que recibió cuando apareció el video “Mi only one”], porque estamos en el siglo XXI, más que nunca suena feminista, sororidad, y encuentro súper hipócrita esto porque creo que todo se basa en la lealtad, el respeto y la confianza, sea hombre o mujer. Hay hasta mujeres que tratan mal a las mujeres, entonces fue fome. Es fome que tu propio género no te ayude en lo que estái haciendo, en lo que estái surgiendo.
ONDBEATS: En general, yo creo que falta información. Hay personas que no saben lo que es una producción musical y todo lo que uno hace para ejecutarlo. Entonces, como no saben, no le toman el peso. Al momento de hablar de temas de dinero, la gente se sorprende y dice: “Wow. ¿Y tanto por hacer eso?”. Pero si supieran todo lo que viene atrás, valorarían más el trabajo de un productor.
SAM MANSSON: Yo creo que es algo mal impuesto de la sociedad. Siempre se ha visto como al hombre detrás de la pantalla haciendo beats o produciendo. Yo creo que es por miedo a eso, de que como siempre se ha visto que los hombres lo hacen, quizás por eso no se atreven a salir a la luz. Y también quizás por miedo a no ser reconocidas. Yo sé que hay muchas mujeres que están por ahí escondidas y que hacen beats. Me gustaría encontrar a una mujer que quiera trabajar conmigo, masterizar, producir. Estaría bueno. Ojalá empiecen a salir a flote esas productoras y beatmakers.
WAVY SERENA: Yo igual de siempre me metí a la producción. Desde antes que naciera Wavy Serena, incluso, hice música con un amigo, y siempre me metía al FL. Después conocí al Bloom [2013] porque estudiábamos la misma carrera, estudiábamos Castellano. Ahí él ya estaba haciendo un curso de Ableton y después tenía una banda de electropop. Después, me ayudó a instalar el Ableton y me enseñó lo básico. Y cuando yo viajaba a Santiago, me quedaba en la casa de él y lo veía producir. El Bloom recién estaba trabajando con el Tclix, haciendo conexión con el Richie; y yo así ojo a todo lo que estaba haciendo, le preguntaba, iba con mi computador y le pedía ayuda con algo. Y siempre metida en el Ableton, entonces ya tenía harta noción. Hice caleta de maquetas, caleta de canciones que nunca vieron la luz. Pero nunca fui más allá porque no sabía cómo producir una canción, cómo mezclarla bien para que sonara decente.
ONDBEATS: Yo quería hacer un team de puras chicas beatmaker, pero no he encontrado a nadie.
WAVY SERENA: Cuando estuve en la universidad igual toqué en las peñas, hice DJ set [2013]. Porque también, gracias a que trabajé en la disco, ahí conocí a un amigo que me enseñó a poner música, a mezclar. Entonces puse música en un after, ahí fueron mis primeras disjockeadas, y después en peñas de universidad. Y teníamos este cuestionamiento así como de no hay nada de neoperreo, de trap, pa’ vacilar; el 2019 armamos una productora, Gyal Producciones. Hicimos como seis fiestas, enfocadas para mujeres y disidencias, no dejábamos entrar hombres.
SAM MANSSON: Ojalá que todas las mujeres que quieran hacer música, pero no lo hacen por miedo, se atrevan. Que saquen la voz, pa’ hacer esto más grande, pa’ que seamos todas un grupo de mujeres creyéndose el cuento.
WAVY SERENA: Yo me dedico a la música, yo quiero tener una carrera. No tengo una expectativa así alta, así como: “Quiero vivir de esto porque es lo único que sé hacer”, como que esa hueá ya me tiene hasta acá de tanto escucharla. Yo me muevo por todos lados, soy DJ, hago fiestas; y si no, me dedico a cualquier otra cosa relacionada con la música, lo voy a hacer igual, o me dedico a producir o relaciones públicas, lo que sea. Pero voy a estar ahí porque es lo que más me gusta. Y no solamente haciendo música, sino que todo lo que tiene que ver, como todo lo que está alrededor.
ANTIVAL: Ya existe un interés por involucrar a las mujeres y eso también se ve reflejado en el interés que tienen los mismos medios de nicho, que cubren trap, como Fruta, en entrevistar a mujeres, en hacer secciones para buscar a mujeres; y ahí surge este medio, que es La Groupie.
LA GROUPIE: Como hay más cabras que han estado saliendo, también hay más referentes, y al ver a más gente en la tuya, eso motiva a más cabras a animarse. Cuando lanzamos la página en Instagram, cuando posteamos cuál era el fin de la plataforma, hartas cabras nos mandaron direct o nos dejaron comentarios así como: “Qué bacán, hacía falta esto”, “ahora me voy a atrever a publicar mi música”. Y fue hartas veces. Como que tenían eso guardado y necesitaban ver un algo, que es saber que sí había más gente en la misma.
Cheska Liz: Cantante, miembro de The Fusion Music.
Meikiss Latina: Cantante, miembro de Gran Kalibre Récords.
Ondbeats: Beatmaker y productora musical.
Sam Mansson: Cantante, ex miembro de Cyber Ghoul Gang.
Vlntnab: Cantante
Wavy Serena: Cantante, beatmaker y productora musical.
Antival: Periodista y creadora de contenidos audiovisuales.
La Groupie: Plataforma en Instagram que difunde y apoya el talento femenino y disidente en la escena juvenil musical (está conformada por Paula, Rocío y Luna).Dónde comprar el libro: Google Play, Libros Patagonia y Amazon.