Una compleja Navidad vivió la cantante británica Jessie J, quien debió ser ingresada de urgencia en un hospital luego de sufrir problemas para cantar, escuchar y caminar en línea recta.
Allí, en el recinto médico, la artista fue diagnosticada con el síndrome de Ménière, una enfermedad incurable que se caracteriza por fuertes mareos, sonidos agudos en el oído (tinnitus) y pérdida intermitente de audición.
Jesse contó su dura experiencia en redes sociales: “Me desperté y sentí que estaba completamente sorda del oído derecho, no podía caminar en línea recta. Básicamente me dijeron que tenía el síndrome de Ménière”, relató en Instagram.
“Sé que mucha gente lo padece y, de hecho, muchas personas se acercaron a mí y me dieron buenos consejos, así que me quedé callada. Ahora es la primera vez que puedo cantar y soportarlo. Extraño mucho cantar y estar cerca de alguien”, agregó.
A sus 32 años, sin embargo, la británica se mostró optimista sobre el regreso progresivo a su rutina musical.
“Podría ser mucho peor, per es lo que es. Estoy muy agradecida por mi salud. Simplemente me desconcertó. La víspera de Navidad estaba en el hospital y me decía: ‘¿Qué está pasando?’. Pero me alegro de haber a tiempo, descubrieron qué era muy rápido y me recetaron el medicamento correcto, así que me siento mucho mejor”, aseguró.
Esta no es la primera complicación médica de la artista: a los 11 años, Jessie fue diagnosticada con arritmia cardiaca, hecho que le causó un derrame cerebral a pequeña escala a los 22 años.