Mediante una columna de opinión y en el marco del Día de la Música Chilena 2020, Horacio Salinas, presidente de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, hizo un llamado a apoyar a los artistas locales en medio de la crisis laboral que ha causado la pandemia del covid-19.
“La música mueve a la gente, mueve los corazones, pero necesitamos hoy que otros se muevan también por ella”, señaló el líder de Inti Illimani Histórico, en días en que la incertidumbre aún reina en la industria del espectáculo chileno.
Por Horacio Salinas
En el día en que se celebra a la Música y los músicos chilenos, conmemorando un nuevo año del natalicio de una de nuestras más grandes creadoras –Violeta Parra– alzamos nuestra voz para recordar que en nuestro país hay una escena rica, diversa y creciente, que ha vivido difíciles momentos en los últimos meses.
En un contexto de normalidad, hoy estaríamos en grandes escenarios en todas las regiones del país, con el sol golpeando en la cara, los bajos vibrando en el pecho y las voces coreando esas canciones que nos unen y emocionan.
Hoy nos enfrentamos a una conmemoración distinta, pero que no puede dejar de ser una celebración: hoy aplaudimos a la música chilena y su enorme capacidad adaptativa, la creatividad que permite no solo que la música exista, sino que también se difunda y llegue a sus destinos a pesar de las circunstancias.
En tiempos en los que la realidad nos interpela y desafía, la música chilena ha sido resiliente y audaz, reinventándose, buscando espacios, creando nuevas formas de llegar a la gente.
La música mueve a la gente, mueve los corazones, pero necesitamos hoy que otros se muevan también por ella. Necesitamos más medios para difundirla, más personas que la escuchen y sigan, necesitamos más “me gusta” en redes, más discos chilenos en las casas y dispositivos; pero, sobre todo, medidas y políticas de largo plazo que protejan y entiendan las particularidades de un sector que además de contribuir a la economía de un país, es un aporte innegable al desarrollo cultural, a la creación de identidad, y al alma de las personas.
La mejor forma de celebrar es aportando a que nuestra industria, esta que acoge los himnos de nuestra historia y las canciones de nuestra vida, se reactive y pueda recuperarse.