Desde el 30 de septiembre de 2018 a la fecha, la vida del músico local Tito Fernández dio un giro radical. Ese día, fueron reveladas las denuncias en su contra por abuso sexual y violación de parte de una de sus exdiscípulas del Centro Integral de Estudios Metafísicos (CIEM), aunque para ser estrictos, su infierno personal había comenzado mucho antes.
La mujer ingresó al grupo a la edad de 33 años, en marzo de 2010. Ese mes, fue informada en las inmediaciones del CIEM, en calle Phillips (Santiago Centro), de un curioso reconocimiento: había sido elegida para otorgar “servicios de carácter sagrado” al “maestro” Tito Fernández, el director espiritual.
Aquella era su iniciación en la “Logia Tallis”, una división dentro del mismo Centro de Estudios que hoy es descrita como una “secta” por parte de exintegrantes.
Tras esta “ceremonia”, la mujer relató que fue llevada a una habitación contigua donde habría sido abusada sexualmente, en el primero de una seguidilla de hechos vejatorios.
El segundo, habría ocurrido en un motel en la misma comuna. “Una vez dentro de la habitación, el sujeto sacó un cuchillo y lo posó en mi garganta, y me hizo jurarle una vez más lealtad, obediencia y silencio”, declaró ante la justicia.
“Me obligó, asimismo, a jurar tener siete encuentros sexuales más con él en ese lugar, amenazándome en todo tiempo con aplicar castigos si decidía desobedecerlo o relatar lo sucedido”, agregó.
Por estos hechos, la denunciante presentó una querella que fue interpuesta en agosto de ese año en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago por el delito de abuso sexual.
En diciembre, tras hacerse público el caso, dos denunciantes se sumaron a las acciones judiciales contra el autor de La Casa Nueva mediante un reportaje de la revista The Clinic, que profundizó en las denuncias.
Todos los testimonios, otra vez, apuntaban a abusos sexuales de “El Temucano” en calidad de líder de la Logia Tallis, donde habría obligado a ciertas mujeres a tener relaciones para “conectar sus almas”.
En concreto, las tres supuestas víctimas indicaron que habían recibido invitaciones a “reuniones extras” agendadas en un motel de la comuna de Santiago Centro.
En octubre de 2018, luego de afirmar haber entrado en shock tras conocer los relatos de sus exalumnas, Fernández se refirió por primera vez a los hechos que hasta el día de hoy se le adjudican.
“Lo niego todo. Eso no es así y nunca fue así (…). No tengo la menor idea (quién es ella), como no ocurrió eso, no se me ocurre. Yo conozco muy poco a las personas que participan ahí. Yo voy sólo a leer mi libro y punto”, contó al diario El Mercurio.
“Nunca hubo entre nosotros nada negativo o feo, no puedo explicarme”, insistió el compositor en su paso por el Centro de Justicia de Santiago en diciembre, cuando prestó declaración. A su vez, reconoció haber mantenido “relaciones sexuales adultas, consensuadas y sin maldad” con sus tres denunciantes.
Prisión preventiva
Este miércoles 29 de julio, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago decretó la prisión preventiva para el cantante tras ser formalizado por tres delitos de abuso sexual y tres de violación propia, en hechos que habrían ocurrido entre 2010 y 2016.
Los cargos en su contra fueron respaldados por siete exmiembros del CIEM, quienes acusan al folclorista de haber liderado una secta al interior de la entidad.
Debido a la actual crisis sanitaria por el covid-19, la audiencia se realizó vía Zoom con El Temucano desde Puerto Varas. Fue allí donde se enteró de la medida cautelar en su contra y desde donde fue trasladado hacia la capital, con el fin de hacer efectiva la audiencia de control de detención.
“Estos hechos ocurren desde el 2010, en circunstancias de que las víctimas concurren al Centro Integral de Estudios Metafísicos, CIEM, de la comuna de Santiago Centro, donde el imputado era líder o ‘maestro’”, explicó Mariela Cid, fiscal de la Fiscalía Centro Norte.
“Las víctimas acudían debido a una vulnerabilidad emocional que tenían en esa época. Ellas buscaban cubrir o llenar un vacío espiritual”, agregó la abogada.
“Es en estas circunstancias que el imputado se aprovecha de esta vulnerabilidad y del poder que ejercía en el centro y comete los delitos por los que fue formalizado”, dijo.
Por los delitos de abuso sexual reiterado, Fernández arriesga una pena que va desde 5 a 10 años, mientras que por los de violación, esta fluctuaría entre 10 y 15 años.
Desde el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg), entidad que desde un comienzo patrocinó las denuncias contra el músico, destacaron el valor de las víctimas para hacer las respectivas denuncias.
“Estamos muy agradecidas de la confianza que nos entregaron. Por eso, hemos llevado todo el proceso judicial desde 2018. Ha sido un proceso difícil, por el nivel de agresión que hemos visto”, aseguró Carolina Plaza Guzmán, directora nacional del organismo.
“No tengo la cifra exacta, pero sería interesante mencionar el fenómeno de prevalencia: cada vez que hay casos que salen a la luz pública, aumenta notoriamente el reconocimiento de mujeres que han sido víctimas, que se atreven… Hoy, estamos superando 10 mujeres al día”, explicó.
Por ahora, el caso avanza en tribunales, donde la justicia tiene un plazo de 90 días para realizar la investigación y presentar las pruebas contra Tito Fernández, por lo menos hasta diciembre de 2018, uno de los folcloristas más importantes y respetados del país.
(Artículo 04 del Código Procesal Penal)