Desde su cuarentena en Conchalí, donde es uno de sus vecinos más ilustres, Zalo Reyes planteó su preocupación por la pandemia mundial del nuevo coronavirus.
“Estoy asustado, no quiero morir, por mi diabetes y porque tengo una edad seria”, comentó al diario La Cuarta, donde se refirió a cómo lleva el aislamiento social de estos días.
“Cuesta creer que uno es invencible, eso es imposible. No queda más que cuidarme”, dijo Boris Reyes, nombre que se lee en el carnet de identidad de “El Gorrión”.
A sus 67 años, el músico permanece confinado en su casa, rodeado solamente de su familia y a la espera que la emergencia amaine.
“Mi salud no es muy evolucionante, me amputaron dedos de los pies, pero yo no tengo más enfermedades. Sólo tengo que seguir los tratamientos de mi diabetes”, contó.
A Zalo, además de lo estrictamente médico, el Covid-19 lo afecta en lo profesional: con la pandemia desatada, ya no puede ofrecer conciertos en vivo, situación que se venía repitiendo desde octubre pasado.
“Me suspendieron presentaciones en Copiapó, San Pedro, Coyhaique y bueno en varias partes. Pero es mejor cuidarse y cuidar la platita para que alcance, porque no hay trabajo”, dijo.
Sobre lo mimo, aseguró sentirse desprotegido como artista: “La radio, la televisión y la prensa no se portan muy bien con nosotros (los artistas), hacen daño. Aunque a veces pienso que sin ellos estoy mucho mejor”, señaló.
Su próximo proyecto es la inauguración de un estudio de grabación profesional, el cual se va a traducir en nuevas ganancias para el cantante.
“Hemos estado invirtiendo en las máquinas. El estudio lo va a manejar mi nieto, que es tremendo músico y tiene grandes contactos, tenemos todas las fichas puestas a esto”, dijo.