Este 27 y 28 de diciembre, Inti-Illimani Histórico repasará en vivo y en el Teatro Oriente uno de los títulos más influyentes de su discografía: Canción para matar una culebra (1979), álbum que incluye Trigales, Retrato, Angelita Huenumán y las populares e icónicas Vuelvo y Samba landó, esta última un canto inspirado en Nelson Mandela.
“Creo que este disco es bastante especial. De los discos nuestros, es el que más temas tiene que permanecieron en el repertorio. Eso que llaman, los hits”, comenta a BioBioChile el fundador y director musical del grupo, además de actual presidente de la SCD, Horacio Salinas.
Se trató de la primera placa original de Inti Illimani durante su exilio en Italia, y de acuerdo al compositor, una pieza clave para dar con la veta compositiva de la agrupación. “Habíamos hecho poquitas composiciones, y en los discos anteriores nos habíamos dedicado a reeditar los discos hechos en Chile, hasta el golpe de Estado. Después de un disco que se llamó Chile Resistencia, hecho más o menos con Sergio Ortega, vino este”, dice.
El origen de Canción para matar una culebra se esconde en la lectura de Salinas sobre los versos del poeta afrocubano Nicolás Guillén. Sin embargo, también esconde el inicio de una de las alianzas más fructíferas del conjunto y la música chilena: la dupla entre Salinas y Patricio Manns: “Es algo muy importante, porque nos dotó de una cantidad de canciones emblemáticas. Vuelvo y Retrato, son dos canciones que hicimos con él”.
Salinas también destaca las dos piezas instrumentales del álbum, Derrota de Don Quijote (su favorita entre las 12 pistas) y Trigales, “un tema que compuse añorando los trigales del sur de Chile, la tierra de mi infancia”.
“Este disco lo grabamos en Milán, el centro industrial del norte de Italia. Estuvimos una semana, o cuatro días, no más. El proceso era muy simple, no tan sofisticado como ahora, entonces se ocupaba el tiempo”, recuerda. “Todos los años hacíamos un disco. Esa época fue muy prolífica: en nuestros 15 años de exilio, nosotros grabamos entre 19 y 20 discos”, acota.
Para los exiliados de aquella época, Canción para matar una culebra tiene un cariz especial: fue aquí donde se escuchó por primera vez Vuelvo, canción insigne entre los expatriados políticos compuesta 10 años antes del retorno de sus compositores al país, y que, sin embargo, tradujo como pocas la sensación de reencuentro y añoranza.
“Fue grabar imaginando un espacio”, rememora Salinas sobre la pieza que firmó con Manns. “Los discos casi siempre tienen, por lo general, en el conjunto del repertorio que uno graba, un aspecto unitario o coherente. El disco tenía una mirada hacia América Latina muy fuerte. Es un disco que como ninguno funde esta colaboración con Patricio Manns, y Vuelvo surgió de manera fortuita”, explica.
“Este texto lo hizo sobre una melodía que yo ya había compuesto. Él se imaginó que volvíamos a Chile, una cosa casi imposible el año 78. Ese texto muestra de manera bastante increíble las emociones que nos producía pensar que volvíamos a Chile. Y fueron las emociones que sentimos una vez que pisamos el aeropuerto el 18 de septiembre de 1988”, agrega.
Esta semana, Inti-Illimani Histórico confirmó una nueva gira por Europa: el tour “El Derecho de Vivir en Paz”, que comenzará en febrero en Alemania para luego trasladase a Italia y otros países del continente. En julio, el grupo regresará al país.
Las pocas entradas disponibles para sus shows de fin de año, ya tradiciones entre sus seguidores, están a la venta a través del sistema PuntoTicket, y fluctúan entre los $39.100 y $16.100 pesos. En escena, los acompañará el elogiado dúo femenino Perotá Chingó.