Una desconocida historia de vacaciones vincula a John Lennon y Yoko Ono con Chile, la Unidad Popular, Salvador Allende, y uno de los principales temores del ex Beatle durante su estadía en Estados Unidos: la deportación.
La historia ocurrió en los setenta y fue relatada por el propio Lennon a uno de sus aliados en Norteamérica: Andy Warhol, el legendario mentor del pop art quien publicó el diálogo en su revista Interview.
Con motivo del lanzamiento de Some Time in New York City (1972), el quinto disco de Lennon junto a Ono (sucesor del legendario Imagine, de 1971), Warhol interrogó al músico sobre diversos temas y uno de ellos fue su tensa relación con EE.UU., país donde tramitaba su residencia en plena administración de Richard Nixon.
“Nuestro sentimiento es establecernos aquí y sólo aparecer gradualmente… Que nos vean en todas nuestras formas”, resumió Lennon sobre sus intenciones en 1972.
Consultado sobre si estaba en condiciones de abandonar Estados Unidos y regresar al día siguiente, la pareja aseguró que no, y de inmediato recordó sus frustradas vacaciones en Chile a raíz del miedo a la deportación.
“No. Nunca nos dejarán volver. Por eso estamos aquí ahora”, contestó Yoko. “Recibimos una invitación del gobierno de Chile e iban a pagar todos los gastos. Nos hubiera encantado ir. Y quería ir a Irlanda, Cannes y China. Quiero ir a todas partes, pero no quiero irme y no poder volver”, reconoció John.
En ese entonces, Lennon era sujeto de un expediente del FBI y sus intenciones de radicarse en Nueva York eran vistas con suspicacia de parte de las autoridades. En 1973, de hecho, el músico fue deportado tras una saga de intervenciones pacifistas.
“Lo que sucedió fue que mi esposo tiene un historial y todo eso”, le decía Yoko Ono a Warhol. “Me arrestaron en Inglaterra por marihuana”, complementaba el autor. Según la pareja, el compositor había sido víctima de una persecución en Estados Unidos, “al igual que Mick Jagger, George Harrison, Keith Richards”, decía Ono, todos detenidos por posesión de drogas de parte de un mismo sargento.
Con los años, aunque sólo por un tiempo, la situación cívica del inglés se normalizó: su deportación fue revocada y regresó a EE.UU. en 1976 para establecerse en Nueva York, donde fue asesinado en diciembre de 1980 por Mark David Chapman en cuatro disparos por la espalda.
Con la ráfaga de pólvora a la salida de su residencia en el edificio Dakota, las frustradas vacaciones en Chile de John y Yoko se convirtieron en una leyenda urbana alguna vez recordada por Fernando Alegría, escritor y Consejero Cultural de la Unidad Popular en Washington quien abría cursado la invitación durante una visita de la pareja a la embajada chilena.