Preocupación causaron esta semana las imágenes del arribo de Phil Collins al aeropuerto de Varsovia, donde llegó en silla de ruedas, con bastón y asistido por sus colaboradores personales.
Las alertas las puso el diario británico Daily Mail, donde destacaron el arrojo del músico de 68 años para seguir adelante con las gira a pesar de sus constantes y evidentes problemas de salud.
En 2015, Collins se sometió a una saga de cirugías de espalda que lo mantuvieron alejado de los escenarios. “También me lastimé las caderas. Eso fue hace un año y, a partir de ahora, tengo un pie caído, lo que significa que no siento nada”, comentó en 2016 de acuerdo a una publicación de MSN.
“Phil sufre de una ‘caída del pie’, como resultado de una operación de espalda que dificulta el caminar”, explicó un representante de su equipo a la publicación británica.
Un año más tarde, en 2017, el ex Genesis sufrió otra complicación: un profundo corte en la cabeza tras caer en el baño de un hotel londinense. Esa noche, otra vez tuvo que ser operado, y tras ello, aplazar el tour internacional que lo trajo a Chile en 2018.
Aquella noche, teloneado por The Pretenders, el músico irrumpió en el Estadio Nacional en condiciones no muy distintas a las expuestas en Varsovia. A pesar que no llegó en silla de ruedas, su caminar era evidentemente dificultoso, e incluso lo obligaba a realizar el show sentado de principio a fin.
Sin embargo, a pesar de las coyunturas médicas, esta semana el hombre de Against All Odds sorprendió a sus fans con un inesperado encuentro en Berlín con Mike Rutherford, su excompañero en Genesis.
Ocurrió durante la visita de Collins a la capital alemana, donde ambos interpretaron Follow You, Follow Me, canción que no tocaban juntos desde 2007 cuando coincidieron en la gira de reunión de la banda británica.