Con una versión más lenta de lo normal de Maneater, una de las canciones más populares de su catálogo, Hall & Oates debutó en Chile ante más de 11 mil personas en Movistar Arena, en un show que contó con un amplio repaso por sus hits de los setentas y ochentas pero que no estuvo exento de problemas técnicos.
Tras un aplaudido telón musical a cargo del crédito local Pedropiedra, que presentó una suerte de “súper banda” con Cristóbal Briceño (Ases Falsos), Leo Saavedra (Primavera de Praga), Catalina Rojas y Jorge Delaseva, entre otros, el show del dúo que integran los estadounidenses Daryl Hall y John Oates comenzó pasadas las 21:00 horas con el citado single de 1982, inmediatamente aplaudido por la audiencia.
El saludo musical, sin embargo, evidenció las primeras deficiencias de sonido, que se tradujeron en constantes gestos y muecas de Hall a sus asistentes. El detalle trascendió hasta la tercera canción de la lista, Out of Touch, tras la cual el guitarrista incluso pidió disculpas y explicó sus gestos.
Para Say It Isn’t So, otro de los clásicos de la dupla, la guitarra y el micrófono volvieron a complicar a Hall con notorios acoples en el sonido, mientras que You’ve Last That Lovin’feelin destacó como la primera canción donde sus dos voces coincidieron. Antes, One on One se inscribió como el primer “lento” de la noche, pero también como una de las piezas que más desesperó al rubio vocalista.
Más calmado y al piano, Daryl introdujo uno de los momentos más aplaudidos de la noche: la balada Sara Smille, con John Oates animando al público desde los coros y la guitarra rítmica.
El cierre de la primera parte del espectáculo estuvo reservado para uno de los pasajes bailables del binomio, Can’t Go for That (No Can Do), otra vez en una versión atípica y más lenta que la original, pero no por ello menos aplaudida.
Tras su regreso al escenario, la banda introdujo tres canciones del embrión del repertorio: Rich Girl, Kiss on My List y Private Eyes, ya sin muecas al sonidista y con Daryl Hall concentrado en 100% en sus labores del frontman.
A pesar de las centenares de butacas dispuestas por toda el Arena, el público vitoreó de pie y por más de 100 minutos el debut en Chile de Hall & Oates, que apelando a nuevas lecturas de sus discos inscribió un total de 15 canciones en vivo. La última, como era natural, fue la festiva You Make My Dreams, con Hall al teclado y Oates en guitarra.