Un invitado de lujo se coló entre las más de 15 mil personas que llegaron a ver el primer concierto de Gorillaz en Chile. Se trató de Martin Gore, el compositor, tecladista, guitarrista y segundo vocalista de Depeche Mode.
El músico fue visto en la previa del show, en la Platea Baja Preferencial del lado izquierdo del Movistar Arena, recinto que anoche lució repleto para el debut local del colectivo que comanda Damon Albarn (Blur; The Good, The Bad and The Queen).
Gore no hizo esfuerzos por pasar desapercibido: su característica cabellera rubia estilo mohicano pudo ser vista con claridad desde el sector Cancha, y en Platea, no fueron pocos quienes repararon en su presencia. Desde su asiento, Gore respondió con muecas y fotografías a quienes lo reconocieron.
Pero el saludo que el guitarrista más agradeció vino desde el escenario, en Dirty Harry, cuando Albarn le dedicó gestos y muecas que su compatriota respondió con complicidad. Quizás por lo mismo, el ala izquierda del escenario fue la favorita del vocalista de Blur, y fue desde ahí donde animó a la audiencia durante gran parte del recital, que superó la hora y media en duración.
La visita de Gore, por supuesto, no es casual, ni se explica en un eventual fanatismo por Gorillaz. El británico está en el país con motivo del concierto que esta noche Depeche Mode montará en el Estadio Nacional; un show que fue anunciado con un año de anticipación y que espera un lleno total en el coloso de Ñuñoa.