La noticia nos golpeó, probablemente por una fuerte dosis de nostalgia más que por los efectos prácticos en nuestros hábitos de melómanos empedernidos: Best Buy, el gigante norteamericano de la venta de electrónica, dejará de vender CDs a partir de julio.
Los que crecimos al alero de aquel disco plateado que llegó a salvarnos de la lentitud y los enredos del casete vimos en el anuncio una sentencia para el compact disc. Nostalgia, sin duda, porque ¿cuándo fue la última vez que compramos un CD? Tal vez la noticia de verdad, como apunta el sitio Gizmodo, es que Best Buy aún los vendía en estos tiempos dominados por Spotify y Apple Music.
El motivo de la decisión de Best Buy no es un misterio: la baja sostenida en las ventas del formato llevó a la cadena a tomar la decisión de dejar más espacio a otros productos cuya venta va al alza. Por ejemplo, el vinilo.
Target es otra cadena que pretende abandonar al CD, según reportó Billboard. En este caso, la empresa cambiaría el sistema de compras a los sellos discográficos, pagándoles solo por los discos compactos que se vendan. La tienda habría dado a conocer la nueva modalidad a los sellos a fines del año pasado. Aún no hay confirmación ni fecha oficial para esta medida por parte de la tienda, pero Billboard informó que el plazo sería el 1 de mayo.
De concretarse, en conjunto con lo de Best Buy será una estocada durísima para el formato que reinó durante los 90. Y aunque no es la primera vez que los medios hablan de un golpe de gracia al disco compacto, esta vez sí que podría ser el comienzo del fin.
Caíde libre
Las cifras de la industria musical durante 2017 fueron claras. De acuerdo al índice Nielsen, que mide las ventas de la industria musical en EE.UU. desde 1991, el pasado fue el de mejor rendimiento del vinilo en los últimos 16 años: un 14% de todas las ventas en formatos físicos, coronando una tendencia al aumento durante los últimos 12 años.
En contraste, las ventas de discos compactos en Norteamérica cayeron en casi un 19%, confirmando una tendencia que tuvo su peor momento en 2015 con una merma del 31%.
El fenómeno se replica en el Reino Unido, informó The Guardian a comienzos de este año. La industria musical británica mantiene su buena salud con un aumento de casi el 10% en el consumo total de música. Según el análisis, esto es gracias a las plataformas online. En 2017, por primera vez el consumo de música por streaming obtuvo el 51% de las ventas totales de la industria y superó a la de los formatos físicos.
Fue en 2012 cuando ocurrió lo mismo en Estado Unidos, con los peores índices de ventas de discos compactos desde 1991. Medios como el Huston Press ya hablaban de una era pos CD que venía a cumplir lo que tanto tiempo atrás habían iniciado el mp3 y Napster.
Ese año, el CD más vendido fue “21”, de Adele, con solo 4.4 millones de copias. Atrás habían quedado los días dorados cuando 11 millones de fanáticos compraban sin titubear un disco de los Backstreet Boys.
El CD en la UCI
En abril de 2017, la compañía The Orchard, especializada en música y entretenimiento, declaraba en su blog el fin de la era del CD y el inicio de la era del streaming, apuntando a cinco problemas del CD que la música online soluciona: la falta de variedad de géneros, el dominio de un catálogo para adultos, la estacionalidad en la compra de CDs, la dificultad de regalarlos en comparación con la música digital, y la imprecisión en el seguimiento del consumo de cada canción por separado (en oposición a las plataformas digitales que permiten el análisis de cada track).
Stephen Witt, estudioso del tema y autor del libro How Music Got Free, ha declarado que el CD “está muriendo. Quedará obsoleto tal como le pasó al floppy disc”. La afirmación apareció en una interesante historia del disco compacto publicada en The Guardian en 2015.
Es probable que ocurra y el responsable será el streaming. Y no solo eso: las cifras indican que además está salvando a la industria musical. Después de 20 años con cifras a la baja, en 2017 el consumo aumentó en un 17% y los análisis muestran que es gracias al streaming. Mientras la compra de canciones y álbumes online cayó en más de 20% durante 2017, el consumo de tracks por streaming subió un potente 50%: de 127 billones de escuchas en 2016 a 377 billones el año pasado.
Para Jammcard, una red social conocida como el Linkedin de los músicos, esto significa que los artistas deben concentrar sus esfuerzos en la distribución online. El año pasado, el 62% de las ganancias en la industria provinieron del streaming, lo que significa un alza del 48%. Solo un 16% vino de formatos físicos como el vapuleado CD.
La última fiesta
Los grandes sellos no han dejado pasar estas potentes señales. Forbes informó a mediados de enero que Warner Music Group, a través de su filial WEA, entregó cartas con opciones de salida a 130 empleados que trabajan en el área de productos físicas. La jugada respondería a la reducción en la venta de discos compactos durante el año pasado y a las proyecciones negativas del producto. Durante el año pasado, el disco más vendido de WEA en formato CD fue “Divide” de Ed Sheeran con 450 mil unidades.
Tony Harlow, presidente de WEA, declaró que la compañía “siempre ha estado a la cabeza de la evolución musical, y la corriente actual hacia lo digital y el streaming no es la excepción. (…) Para maximizar el impacto global de nuestros artistas, estamos realineando nuestros recursos”.
En otras palabras, ya no vale la pena seguir invirtiendo en la fabricación de discos compactos. Y si esto no fuera suficiente, después de 30 años Sony volverá a fabricar vinilos. La nueva fábrica, ubicada en el sudeste de Tokio, comenzaría a funcionar en marzo.
Tal vez sea la venganza del vinilo, el mismo formato que fue aplastado a fines de los 80 por el brillante y moribundo compact disc. Tal vez en un par de décadas más será su turno de volver a girar en gloria y majestad.