“Green night” se titula el último single de Lorde, el principal adelanto de lo que será “Melodrama“, su esperado segundo LP que saldrá a la venta en junio y que mantiene en vilo a una pléyade de fanáticos. Su éxito, desde su debut en 2013, ha sido tan meteórico como intenso. En ella no sólo se conjugan melodías sofisticadas, sino también una llamativa propuesta estética, traducida en conciertos y presentaciones coloridas y eclécticas.
Muchos se preguntan qué es lo que hace de Lorde una artista a tener en cuenta, mientras que otros van más allá: ¿por qué Lorde causa lo que causa en sus oyentes? ¿Qué fue lo que llevó a Universal a contratar a una chica sin más antecedentes musicales que algunas canciones en Soundcloud en 2012?
Aquí una razón médica que puede aportar al debate: Lorde vive con una condición neurológica llamada sinestesia, que lleva una entre 2.000 personas en el mundo. En palabras simples, la sinestesia es un fenómeno en el que la percepción de los sentidos se confunde o se mezcla entre sí, lo que provoca que las sensaciones de la vista, el gusto o el olfato, por ejemplo, se extremen.
En lo que respecta a Lorde, lo suyo es la sinestesia de sonido a color, condición que le permite ver colores específicos cuando escucha ciertas melodías musicales. “Desde el momento en que empiezo algo, puedo ver la canción terminada, incluso si es lejana y nebulosa”, dijo a cantante al New York Times en un perfil reciente.
Al momento de componer, Lorde se pone como objetivo alinear su trabajo, desde el ritmo a la emoción, hasta igualarlo a cómo vio la canción por primera vez. “Se trata de hacer que la canción suene como lo que he estado viendo”, dijo. Lo anterior se refuerza con lo dicho por el doctor Jules Montague del Royal Free London NHS Foundation Trust, consultado por la revista especializada en música NME: “Los sinestésicos musicales tienen esta experiencia ‘multimodo’. Cuando eligen coros y los acordes, están basándose en todas esas conexiones que no podemos ver”, explicó.
“Si los colores de una canción son demasiado opresivos o feos, a veces no quiero trabajar en ellas”, dijo Lorde en la misma publicación. “Cuando empezamos a trabajar en ‘Tennis Court’, que sólo tenía esa batería eléctrica tocando los acordes, fue la peor textura de color que pudo haber, realmente anticuado, y me hacía sentir enferma (…) Luego dimos con el coro y la letra y la canción cambió a verdes increíbles”.
Pero la sinestesia no es nueva en la música: Stevie Wonder, Billy Joel, Kayne West y Pharrell también viven con ella; o sea, pueden escuchar una nota musical y ver un color, u oler algo y escuchar un sonido. Según el mismo Pharrell ha reconocido, sin la sinestesia estaría “perdido” en la música.
Siempre han existido sinestésicos en el arte, pero sólo recientemente han optado por contarlo. Según un reporte de Live Science, esta condición es siete veces más común en artistas visuales, poetas y novelistas en comparación con el resto de las personas.