Esta novela tiene, como un fantasma, a Perón de protagonista ausente. Y, quizás, la necesidad de resucitarlo…
Las manos de Perón
El cuerpo de Perón fue embalsamado y enterrado en el Cementerio de la Chacarita, en Buenos Aires. Sin embargo, el 29 de junio de 1987 su tumba fue profanada. Sus manos fueron desmembradas con una sierra eléctrica y, junto a varios objetos como su espada, sustraídas.
El Partido Justicialista recibió una carta donde se informaba del hecho y se pedían ocho millones de dólares por la devolución de lo robado. El presidente del partido se negó a pagar.
Desde entonces, las investigaciones descartaron el móvil económico y se fueron entrampando junto con la muerte de una serie de personas ligadas a las investigaciones. Algunas de ellas fallecieron por acusas aparentemente naturales o accidentales, otras asesinadas. Un accidente fatal, al menos, no investigado.
En estos años, se ha hablado de la participación, entre otros, de servicios secretos argentinos y de la logia masónica P2 (Propaganda Due). Además, se encontraron copias de las llaves del mausoleo donde estaba Perón en una comisaría, se robaron el expediente del caso desde la casa del juez. También, algunos creen que la CÍA tiene información que se ha negado a entregar.
Hoy, prevalece la postura que la profanación se debió a móviles políticos -para denigrar la figura de Perón y debilitar la frágil democracia argentina del momento-, más que a interés económico. Pero sigue siendo un importante capítulo abierto, aunque muchos -incluyendo la justicia- lo hayan dado por cerrado.
Las manos del General
La novela de Gonzalo Fassón toma este episodio para generar un relato delirante. Una aventura de acción constante, de giros inesperados y un mundo que no deja de sorprender. Una realidad donde los límites, el sentido común, la racionalidad se difuminan.
Las manos del General llega a ser desquiciada. Verosímil solo dentro de la gran locura que va configurando Fassón en este relato que roza lo fantástico, e impregnado de precariedad latinoamericana.
Esta novela se suma a otros libros que han abordado el tema. Su aporte es la locura, el delirio. Ese que permite a una gran nación tener casos como éste, o asesinatos de diversas personas, incluido periodistas, y que queden impunes. Un país con muchos brillos y sombras muy oscuras, turbias.
Como escribe Gonzalo Fassón, Las manos del General es una forma de recordar esos hechos, de mantener la memoria, de rendir un homenaje a quienes trataron y tratan de llegar a la verdad, que luchan contra la corrupción. Y lo logra, despertando el interés y la curiosidad.
Las manos del General es una novela policial entretenida, con mucha acción y giros, con una lógica interna que permite verosimilitud en medio de un verdadero delirio. Un delirio argentino, latinoamericano, que no tiene nada de realismo mágico y, tal vez, mucho de película de acción.
Las manos del General
Gonzalo Fassón
La Pollera Ediciones
Julio de 2024.