“Más difícil de cometer un crimen es no dejar huellas”
De eso se trata. De ir hilando pistas que van apareciendo, piezas de historias o situaciones que no calzan. Cosas oscuras, misterios que ocultan algo que requiere verdad, justicia. Probar que el bien existe y lograr develar el mal. De devolverle al mundo un poco de orden.
Para ello, Laura Naranjo siempre tiene colaboradores. Primero, el Alemán, Úrsula, Juan Pacheco, Salomón Rubin, el padre ortodoxo Elías y Julio Martinic. Luego, se suman muchos de los que van apareciendo en su camino, como David, o Berta, por mencionar solo algunos. Porque Laura Naranjo vive en un mundo donde, por fortuna, siguen existiendo muchas personas buenas, dispuestas a colaborar, a ayudarla.
También hay una serie de hechos fortuitos, una capacidad de observación, de relacionar que permite ir descartando personajes que se atraviesan y distraen. O caminos que se presentan atractivos, pero no tienen salida, o no llevan a ningún lado. Porque no hay novela policial sin todos esos ingredientes.
Profanaciones sigue ambientada, mayoritariamente, en Ñuñoa. En un Ñuñoa que desaparece por acción de las inmobiliarias y sus invasivos edificios. Pero también se traslada al Cajón del Maipo, Quinta Normal (aunque en realidad es Santiago) o Puente Alto, entre otras localidades.
Policial de tomo y lomo
Profanaciones es una novela policial con todos sus condimentos. Una historia atractiva, con un misterio que invoca temas que atraen, como espiritismo, anticuarios, herencias sin herederos, enredos amorosos, “entierros” y la sombra de nuestra historia reciente. Y ambiciones de poder, de dinero.
A lo anterior, se suma una protagonista que -nuevamente- está en el limbo, debiendo buscar casa, con una relación amorosa que no convence a nadie, que le gusta su trabajo pero que, a todas luces, su vocación es ser detective. Investigar, indagar, curiosear, resolver misterios. Para ello, tiene la inteligencia, la intuición y una capacidad envidiable para relacionarse con personas muy diversas. Y caerles, casi siempre, bien.
Profanaciones
Profanaciones es una novela bien escrita, entretenida. De esas que se leen de manera fluida, sin palabras ni frases difíciles. Con buen ritmo, con cambios de situaciones, datos interesantes y sorpresas que mantienen la atención. Quizás con un aire a cine policial.
La novela también tiene la virtud de presentar una protagonista cercana, salvo, quizás, por esa valentía poco común de transitar sin mayores problemas por una casa grande y antigua con ruidos poco identificables. O con puertas que se abren solas y objetos que cambian de lugar sin explicaciones convincentes, salvo para Laura.
Además, Profanaciones tiene el valor de incorporar nuestro pasado de manera fluida, como algo que es parte de nuestra realidad, sin cuestionamientos.
Profanaciones es una novela policial entretenida, que se lee con agrado y que se puede, después, regalar gustoso.
Profanaciones
Valeria Vargas
Editorial Hueders
Santiago de Chile, julio de 2024