No le tengo miedo a los leones menos a los ratones son, originalmente, las memorias de la vida de Alicia Contreras Gutiérrez. Ella las escribió, a sus 66 años, para sus descendientes. Esto fue el año 2003.

El año 2012, el texto llegó a la DIBAM (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) como parte de la campaña de donaciones “Lo cotidiano se vuelve parte de la Historia”. Fue una iniciativa organizada por el Archivo Nacional, la Biblioteca de Santiago y el Museo Histórico Nacional. Este libro es una demostración clara de la importancia de estas campañas, y de los esfuerzos por ir más allá de los discursos oficiales, de las personas y sectores más poderosos.

Una mujer con una durísima infancia

“Nací el viernes 5 de febrero de 1937. Según lo que me contaba mi mamá, fui un tumor hasta los 5 meses de embarazo”, parte escribiendo Alicia Contreras Gutiérrez. Luego relatará que fueron siete hermanos, pero tres de ellos murieron, dos niños siendo “guagüitas” y una niña de cinco años.

Con una escritura sobria, directa, escueta a ratos, Alicia Contreras relata su historia de trabajo infantil, de hombres -padres y parejas- alcohólicos, abandonadores, dados a las fiestas, engaños, maltratos y violencias. Con episodios de grandes precariedades, de hambre, de desnutrición. Es el relato de una vida muy dura relatada por una mujer fuerte, que logró “salir adelante”, criando prácticamente sola a sus tres hijas y su hijo. Salvo por los apoyos solidarios de otras mujeres. Vecinas, arrendatarias en la misma pensión, compañeras de trabajo.

Alicia Contreras recuerda sus embarazos, sus partos y los primeros años de sus hijos. Esos años tan exigentes para una madre, donde los hombres casi no participan. Menos cuando éstos son alcohólicos y mujeriegos. También los diversos lugares donde vivió, y los trabajos que tuvo para poder vivir y sustentar a sus hijos. Trabajos muy diversos, mal pagados.

Aprendizajes de vida

En el relato de Alicia Gutiérrez se filtran algunas reflexiones y mucha voluntad. Voluntad de lucha, de no rendirse -por porfía, por ser madre-, de criar a sus hijos. Es una lucha desigual, por su precaria e incompleta formación -empezó a trabajar de niña-, sin redes, con hijos -y antes cuidando a un hermano menor-, siendo mujer. Mujer en un mundo machista.

“Mi mamá tuvo siete hijos, de los cuales sobrevivimos cuatro. Ella era muy buena madre, trabajadora, cariñosa, inteligente, era bajita, de bonitas piernas, pelo largo ondulado, carita fina con pecas.” (p 84)

Esa imagen, fue fundamental para la autora para sostenerse, para enfrentar su vida. Sin embargo, no bastaba.

“Eso para mí fue muy importante, por primera vez en mi vida me sentía valorada, grande. La misión mía no era solamente enseñar a pintar sino escuchar a las que tenían problemas, ayudar de alguna manera y también yo me ayudaba y aprendía de ellas.” (p 79)

En el relato de su vida, Alicia Contreras Gutiérrez muestra hechos, su personalidad o la formación que tuvo, que la llevo a adaptarse constantemente. A aceptar situaciones injustas. Condiciones de vida duras. Sin embargo., a medida que escribe, también se percibe un proceso de autoanálisis, de revisión de la propia vida. De mirarla y mirarse. Un proceso promisorio…

“Me da ira no ser libre.
Me da ira la rutina.
Me da ira la guerra.
Me da ira la drogadicción.
Me da ira que unos tengan tanto y otros nada.
Me da ira que muestren tanto lujo en la televisión,
cuando la realidad es otra, especialmente para los jóvenes.”
(p 98)

Alicia sigue con sus rabias. Deja de ser condescendiente. Y ese cambio también la lleva a ser autocrítica.

“Creo que lo peor es no atreverse a enfrentar los obstáculos que la vida nos pone en el camino.” (p 79)

No le tengo miedo a los leones menos a los ratones es un relato que muestra, por un lado, la vida de muchas chilenas. Madres que tuvieron que luchar y sacrificarse por sus hijos. También es un relato de superación, en la vida como a través del ejercicio de memoria y escritura. Un proceso valiente.

No le tengo miedo a los leones menos a los ratones es un libro que aporta a nuestra memoria colectiva, incorporando sectores y grupos, en especial a mujeres, que han sido postergados. Invisibilizados. Un gran aporte.

Letra Capital Ediciones

No le tengo miedo a los leones menos a los ratones

Alicia Contreras Gutiérrez
Letra Capital Ediciones

Santiago de Chile, abril de 2022