Cautiva. De principio a fin. Por muy insólito que parezca el camino, la pampa y el misterio. Cautiva página por página en lo prohibido y en toda la novela de Víctor Daviú (Editorial GS Libros, 2023), por un desierto donde el paisaje es magia y hay secretos que no se revelan ni se cuentan. Salvo por Los Orejones. Valiente osadía.

Por Marcel Socías Montofré

Como descubrir, de entrada, antes de numerar las páginas, que “la mujer vestida de luto se desplazaba sin dejar huellas en la calle polvorienta”.

En medio del desierto de Atacama.

Donde aparecen los habitantes de Cachicuyo, aunque también puede ser un espejismo entre las dunas, el efecto astronauta muy típico de la pampa o de verdad es un misterio.

Depende de cómo se quiera leer la novela de Víctor Daviú, autor -entre otras obras- de “En un mar de sombras” (2016) y “Seres dorados” (2003).

Por cierto, también es autor de una novela que desentraña -y eso es sólo para valientes- ciertos misterios que mejor sería no conocer. Allí donde la pampa es profunda y “el ciego se movió sin tropiezos” (pág.53).

O en la página 123, donde “el valle se oscureció y apareció un diminuto punto que bajaba desde la cumbre de la montaña. Aguzó la vista nublada en lágrimas y pudo divisar la graciosa figura de su hermanita que levitaba”.

Así de profundo es el desierto. Ni hablar de Los Orejones. Mejor acercarse con respeto.

Un relato y buen retrato

El retrato –casi hablado y bien descrito- es que “Jacinto deberá enfrentarse a una realidad desconocida para los habitantes de Cachiyuco, aunque sospechada desde siempre: un misterio que sólo unos pocos conocen y ocultan celosamente”, tal como se advierte en la contraportada del libro.

¿Cómo? ¿Quiere conocer ese secreto?

Es fácil. Tan sólo se requiere soportar más de 50 grados a la sombra, durante el día. Más las temperaturas bajo cero de la noche, bajo un mar de estrellas, clavando los pies en el caliche y preguntando quiénes son Los Orejones.

La respuesta está en el libro. Tan sólo hay que buscarla.

Por ejemplo, en la página 103, sabiendo que “en los siglos que duró la Cofradía de Los Orejones, muy pocos seres humanos se arrimaron a su territorio. Sólo uno de los habitantes venido del pueblo de Cachiyuco convivió algún tiempo con los de su raza”.

Es como hablar de “Cantalao”, la única novela que escribió Pablo Neruda antes de dedicarse a la poesía. Mucho antes que La Hormiguita le ayudara a conseguir el Premio Nobel de Literatura. Pero esa es otra historia.

Mejor la buena historia, el relato muy bien escrito de Víctor Daviú. El misterio que devela en su narrativa, a veces fantástica y otras veces hasta premonitoria. Por ejemplo, en la página 113, cuando “cada tarde un chasqui salía cargando quipus con los informes del Cari-llama, en dirección al palacio real a cientos de kilómetros de allí. De sus precisas cuentas dependía el Hijo del Sol”.

Así da gusto leer. Siempre da gusto leer con empatía y cuando un libro devela y aclara misterios.

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Mapa y ruta

Hasta se lee con cariño de buen pampino, por esas rutas del desierto, por seres aparentemente invisibles, pero siempre advirtiendo que no es bueno asomarse al desierto si no hay coraje. Al menos un mapa de ruta, una señal en los colores de las dunas mientras atardece.

Incluso un desierto florido y “su lenguaje eran balbuceos para mí. Pero al pasar los días fui aprendiendo lo más básico de su idioma y por mi lado les enseñé lo que pude del mío”.

Un perfecto idioma para comprender quiénes son los brujos del desierto.

Mejor incluso, “aquí está la historia detallada, desde su destierro hasta nuestros días, de la Comunidad de Los Orejones. Es la historia, el lenguaje y la traducción de todos los conocimientos acumulados por ellos a través de los siglos” (pág. 162).

Y mucho más. “En las páginas que tienes en tus manos está la clave para leerlos y entenderlos”.

Editorial GS Libros

Los Orejones

Víctor Daviú
Editorial GS Libros

2023