Overol E.I.R.I.

Un puñado de cerezas de Francisco Mouat: Memoria, subjetividad y cariño para mirar(se)

10 junio 2024 | 15:53

Francisco Mouat (Santiago, 1962), periodista y escritor, entrega en este libro una serie de recuerdos personales, muy íntimos algunos. Partiendo desde su infancia. Son recuerdos diversos, no necesariamente los más “importantes”. Escritos con cariño, ponen en cuestión la objetividad y al periodismo.

Jorge Teillier

Francisco Mouat cita a Teillier. Y es necesario incluirlo, para entender mejor de qué va el libro.

Estas palabras quieren ser
un puñado de cerezas,
un susurro -¿para quién?-
entre una y otra oscuridad.

Sí, un puñado de cerezas,
un susurro -¿para quién?-
entre una y otra oscuridad.

Jorge Teillier

Un puñado de recuerdos

Divertidos, melancólicos, tristes, terribles, anecdóticos, trascendentes. Cada relato es una luz, un foco puesto para dar cuenta, a través de estos retazos, de una vida. Esbozarla, al menos.

Siendo autónomos, los relatos se entrelazan, se complementan. Y sin ser cronológicos -salvo los de infancia y “primera” juventud- van mostrando un todo. Son, como sugiere el título, un “puñado de cerezas”, que se pueden comer de a una, de a varias o de sopetón.

Bien escritos, con esa pluma precisa, sin palabras ni frases complicadas, la lectura de Un puñado de cerezas es fácil. Resulta fluida. El foco está en otro lugar. Esta en el recordar y mirarse del autor.

En este sentido, Un puñado de cerezas es un ejercicio que lleva a pensar sobre qué recordamos, cómo lo hacemos. Cómo jerarquizamos nuestros recuerdos. Cómo los relatamos, cómo nos miramos. Porque toda esa subjetividad habla -quizás- más del protagonista que los relatos mismos…

Objetividad vs subjetividad

Hay, entre otros, dos pasajes del libro que dan cuenta de un aspecto central del libro. El primero, valora la subjetividad, lo que se siente, lo que se “sabe” aunque no haya “pruebas”.

“No sabemos qué hacer cuando quedamos atrapados en el formato de lo correcto, lo legal, aquello que se puede verificar. Si los datos nos apoyan, ¡peor para los datos!, escribió alguna vez el dramaturgo Nelson Rodríguez.” (p. 76-77)

El segundo, resuena con la miopía del autor como con una actitud frente al mundo. A algo que, en forma consciente o inconsciente, hacemos: mirar una parte de la realidad. Francisco Mouat cita el correo que le envió una amiga antes de operarse los ojos:

“Mañana me operan de la vista, y creo que a lo que más le tengo miedo es a ver bien. A ver de un día para otro toda esa porción de realidad que no me gusta y que dejé de ver por no usar lentes.” (p. 210)

Entre una y otra oscuridad

Como escribió Teillier, Mouat entrega estos relatos como luces que alumbran y entregan calor. Que permiten mirar y reflejarse. Al autor. Y al lector(a). Para preguntar que seleccionamos entre tanta oscuridad.

El nuevo libro de Francisco Mouat (El empampado Riquelme, Chilenos de raza, Autorretratos: conversaciones con Luis Poirot) va entregando estos relatos donde hay melancolía, realidades y horrores pasados. Pero, independiente del carácter de los recuerdos -mínimos o históricos-, prevalece un mirar cariñoso con trazos de sabiduría que, creo, es bueno leer y saborear lentamente.


Un puñado de cerezas

Francisco Mouat
Overol E.I.R.I.

Junio de 2023, Santiago de Chile