Nicolás Meneses (Buin, 1992) sorprendió el 2018 con la novela Panaderos. Una historia que mostraba un gran conocimiento de ese oficio. Y sensibilidad por los detalles, lo cotidiano. Por vidas al margen de luces y redes sociales.
Hoy, entrega una serie de cuentos entrañables de infancias duras, de trabajo y abandonos. De sobrevivir en ambientes rudos, de padres o madres ausentes. Niños ayudando, trabajando, amoldándose. De vidas que se aceptan como son, “como vienen”.
Nicolás Meneses escribe de infancias que deben participar de forma activa para sobrevivir. Ayudando en la casa y, muchas veces, en el trabajo de progenitores y familiares. Trabajos simples, como hacer el aseo, o más complejos, como planchar la ropa de la familia donde están allegados (aunque sean familiares). O más difíciles, como participar en la fábrica de pasteles de La Ligua. Desde labores livianas a otras pesadas como mover sacos de harina.
En Ropa heredada no se habla de “trabajo infantil” ni de “explotación infantil”. Menos de Derechos de las niñas, niños y adolescentes. Son, simplemente, formas de sobrevivir. De tener para comer, lograr cobijo, ropa, uniforme y útiles para el colegio. Formas de mirar la vida. Desde el trabajo, el esfuerzo. De la necesidad imperiosa de sobrevivir.
“Para mis tíos, una persona trabajadora es una persona moralmente superior. No importa qué tan mal se lleve con otros, la envidia, los rencores, las traiciones y el daño que se hagan mutuamente. No importa que traten mal a sus trabajadores…” (pp 135”
El trabajo -y el sustento- como única moral.
Ropa heredada entrega diez relatos donde, de manera directa, emotiva, se muestran vidas. Sin idealizaciones. Sin prejuicios para mostrar familias diversas, funcionales de otras maneras para tratar de no ser (o parecer) disfuncionales.
Nicolás Meneses no toma postura, no hace juicios morales. Muestras vidas a través de historias vívidas. De personas “normales”, con vidas “normales”. Y que, por lo mismo, sorprenden. Porque son “normalidades” que no aparecen en las redes sociales, en las pantallas, en los medios. Porque son “normalidades” que incomodan, que cuestionan principios, valores y, en especial, la “imagen país”.
No son historias -porque parecen más historias que “cuentos”- de sonrisas, de éxitos, de triunfos. De esas para tomar selfies o fotos para subir a redes sociales, o para citar como mantra de autoayuda.
Ropa heredada son un puñado de buenos relatos, bien entrelazados, diversos y complementarios, para mostrar un universo que está ahí, en nuestras ciudades y pueblos. Realidades que están, ahí, solapadas hasta que explotan o se transforman en un pasajero y efímero espectáculo.
Nicolás Meneses vuelve a entregar una escritura directa, sensible, emotiva, para mostrar vidas sencillas. Que logra mostrar en sus aspectos oscuros y brillantes, con cariño, incluso con ternura, para hacerlas, así, emotivas, entrañables.
Un libro que sugiero leer sin interferencias, ruidos, abiertos de corazón para recibir con cariño a estos personajes errantes, abandonados, queribles. Fuertes y débiles a la vez.
Ropa heredada
Nicolás Meneses
Provincianos Editores
Diciembre de 2022
Limache, Región de Valparaíso, Chile