Una dura polémica gira alrededor del libro “Juan Luis Martínez, poeta apocalíptico” (Ediciones UV), a cargo del escritor y doctor en Filosofía Jorge Polanco, quien hoy enfrenta una querella criminal por parte de la Fundación Juan Luis Martínez por transgredir la Ley de Propiedad Intelectual.
El director de Ediciones UV (Universidad de Valparaíso), Cristián Warnken; el editor general del sello Ernesto Pfeiffer y el diseñador de la portada, Felipe Cabrera, también son parte de la querella que podría terminar con los involucrados cumpliendo penas de cárcel (de 61 a 540 días).
La publicación data de 2019 y, desde entonces, no ha tenido un camino fácil. A mediados de ese año, la Fundación Juan Luis Martínez, institución que vela por la obra del escritor, interpuso una demanda civil en el Quinto Juzgado Civil de Valparaíso contra sus responsables, exigiendo una indemnización por 400 millones de pesosy la destrucción de todos los ejemplares disponibles.
Tras el retiro en librerías de todo Chile, en diciembre fue presentada una demanda penal que ya tendría sus primeros frutos: de acuerdo al diario electrónico El Mostrador, el 21 de enero pasado la Fiscalía de Valparaíso ordenó a la PDI investigar las implicancias del caso.
En “Juan Luis Martínez, poeta apocalíptico”, Polanco repasa en 325 páginas la obra literaria y visual del autor posvanguardista porteño (1942 – 1993), todo esto en base a una tesis doctoral que fue modificada y adaptada para su publicación en el sello universitario.
“(El libro) recoge una lectura de la poesía de Martínez desde la mirada filosófica, que incluye una antología de los textos más significativos del artista, así como también recoge cinco certificados y la bandera chilena, que son parte de su obra ‘La poesía chilena’, y están hechos facsimilarmente para esta edición”, se lee en una descripción de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACH.
Fue la inclusión de poemas completos de Martínez y sus dibujos lo que terminó motivando la demanda de la Fundación Juan Luis Martínez y sus descendientes contras los responsables de la publicación.
Mediante una declaración entregada a BioBioChile, la Universidad de Valparaíso se manifestó sobre la polémica suscitada alrededor del libro y las acciones judiciales en contra de sus funcionarios.
“La Universidad de Valparaíso lamenta que la publicación del ensayo del destacado académico Jorge Polanco sobre la obra de Juan Luis Martínez, cuyo único objetivo era difundir la obra de ese autor, termine en una querella en tribunales”, señalan.
“La universidad defenderá en todas las instancias su convicción de haber actuado correctamente. Reafirmamos nuestro orgullo por el trabajo de nuestra editorial, sin fines de lucro, en difundir la poesía y el pensamiento, trabajo que ha concitado la valoración de los lectores y el medio editorial en Chile e Hispanoamérica”, agrega el texto.
A su vez, las acciones judiciales contra Polanco y compañía motivaron una reacción inmediata y colectiva de parte de escritores, editores, profesores y agentes ligados a la literatura, firmada ya por 427 personas.
“Ninguna disputa en torno a los procedimientos y formas válidas de reproducción y preservación de la obra de un artista puede implicar que se conculque el derecho a la libertad de creación e investigación sobre la obra de otro artista”, detalla la carta pública.
“Las medidas y acciones impulsadas por la Fundación Juan Luis Martínez contradicen la que debieran ser su misión, toda vez que el trabajo de Polanco busca justamente promover el conocimiento y la lectura de la obra de Juan Luis Martínez, tratándose además de un ensayo sustentado en una larga investigación, cuyo valor literario y rigor académico han sido ampliamente reconocidos”, añaden.
Derechos y deberes
Para Darío Piña, columnista y licenciado en Literatura de la Universidad Diego Portales, estamos en presencia de una desproporción con todas sus letras. Y en un catastro rápido de casos similares, recuerda la demanda de la viuda de Roberto Bolaño contra sus editores y la de María Kodama (viuda de Jorge Luis Borges) contra Pablo Katchadjian, luego que este publicara una versión aumentada de El Aleph (“El Aleph Engordado”).
“Es curioso y aterrador lo que sucede con las herencias de grandes escritores. Pasó con Borges y Bolaño, cuyos herederos no dudan en echar toda la caballería encima a quien ose intervenir sus obras, sea para fines literarios o académicos”, reflexiona en diálogo con BioBioChile.
“Aquí, en el caso de Juan Luis Martínez, es igual de desproporcionado: una tesis doctoral que terminó en libro y que por modificar textos originales, su autor y el director editorial arriesgan una multa de 400 millones de pesos. Es decir, ver a Jorge Polanco y a Cristián Warnken tras las rejas. Francamente, insólito”, detalla.
Por su parte, Roberto Rivera, presidente de la Sociedad de Escritores de Chile, también se muestra sorprendido por la acción adoptada por la fundación y su familia, aunque con un matiz: es imprescindible respetar las normas relativas a los derechos de autor.
“Me parece inaudito. Es cierto que los derechos de autor se deben respetar, de todas maneras… Si efectivamente se vulneraron, el autor (del libro) sí cometió un error”, remarca a BioBioChile.
Sin embargo, el dirigente es enfático en que la cárcel no es ninguna solución para el caso: “(El autor) puede pedir disculpas y las cosas pueden quedar hasta ahí, pero seguir hasta estos términos me parece complejo, porque la academia se siente con ciertos derechos en una investigación, a reproducir el texto. Pero eso hay que normarlo bien para saber hasta dónde se puede hacer, sin pasar a llevar los derechos de autor de los creadores”.
“No estamos hablando de delincuentes. El autor lo hizo con ‘buena intención’, y pasó a llevar algo sin darse cuenta. Retirando el libro se acaba el problema. Prisión para el autor me parece delirante… Estamos hablando de un error”, resume Rivera, quien junto a la SECH y otras instituciones afines se encuentra trabajando en un proyecto sobre las publicaciones cuyos derechos carecen de herederos.
Sobre este punto, el crítico literario Darío Piña agrega: “Ahora bien, llegue o no a buen puerto este hecho, faltó sin duda tacto de parte de la editorial para anteponerse a esta situación, sabiéndose los casos de los escritores que mencioné (Borges y Bolaño). Luego lo hizo, por cierto, al retirar todos los ejemplares en librerías. Sin embargo, la amenaza ya está, se cumplan o no las demandas, y todo esto será un triste precedente para futuras creaciones”.
En la carta pública de escritores, profesores y editores, también se hace mención al principio de inocencia. “No es admisible ninguna situación de esta índole (…). Ninguna disputa patrimonial o económica puede justificar la persecución penal de un escritor, cuya participación en la edición objetada se limitó a la escritura de un texto que demuestra su interés, sostenido durante años, y su admiración por la obra del poeta”.