Por Marcel Socías Montofré
La poesía de Máanu Schlegel es un buen ejemplo y aclaración. Hablar de poesía no necesariamente es hablar de libros. El libro es sólo una bandeja de tránsito. Casi un viaje alquilado en Uber. Pero hay otras plataformas y hasta Aplicaciones. Siempre las hubo. Sobre todo ahora que el confinamiento exige ingenio.
Nuevas plazas virtuales para recitar el verso. Aunque no sea el mejor. Pero al menos está el empeño. Como el poema on line “Alucinaciones pragmáticas”, de Máanu Schlegel.
Tres minutos y 58 segundos inéditos en Youtube. Extraña mezcla de concierto rockero, puesta en escena, histrionismo facial del Schlege y un poema que a ratos suena como a Raúl Zurita. Pero en versión 2.0.
Se le concede algún mérito.
Sobre todo el mérito de no guardar silencio. Mucho menos en tiempos de crisis. Abrir la boca para ventilar espacios. Resistir al desaliento. Como de cuando en cuando es misión social del poeta.
“Nos zurcieron los ojos para ir a jugar”, advierte, denuncia, explica, comparte y viraliza Máanu Schlegel en Youtube.
“Esperaban que riéramos con cada mordisco recibido. Anhelaban pretensiones de venganza. Se gastaron estudiando concienzudamente para que todo funcionase como un reloj. Se esparcieron por las calles. Desparramando proyectos como el agua. Llenando de mensajes los documentos. Avisos en los medios. Enseñando las nuevas respuesta. Querían adeptos para invadir la ciudad”, también dice Schlegel y provoca nuevas preguntas.
Especialmente las preguntas de la poesía y el arte en general para tiempos de pandemia. La reconstrucción de los formatos en un futuro que a ratos suena orwelliano, pero no tanto. Porque siempre está la estética resistente del creacionismo al estilo Vicente Huidobro: “No acepto vuestras sillas de seguridades cómodas”.
Máanu Schlegel tampoco las acepta. También busca –como Huidobro- que los sismógrafos marquen su paso poético por la Tierra.
Una búsqueda que hoy por hoy se hace cada vez más frecuente en las plataformas digitales. En el demonizado 5G, en el arte vicarial y hasta en el intento –no del todo logrado, por cierto, pero agradecido, por oportuno- de un Máanu Schlegel que advierte de tanto tuerto en el país de los ciegos.
Para que usted vea y también algo le suene a click:
https://youtu.be/Ticwtufl-eU