Desde California, Estados Unidos, Isabel Allende se dio tiempo para abordar la compleja coyuntura internacional gatillada alrededor de la pandemia del Covid-19, de su presente literario y de sus definiciones personales.
En diálogo con el programa Expresso PM de La Radio, la escritora habló de su confinamiento en el país más afectado con el nuevo coronavirus.
“Estamos pagando un precio muy alto en vidas, en sufrimientos y en enfermos, sino también en lo que va a pasar después, cuando la situación económica sea como la Depresión de los años 30 y tengamos ollas comunes y olas de desempleados”, dijo.
A su vez, habló del proceso creativo detrás de sus libros, los mismos que la han convertido en una de las autoras en español más leídas en el mundo.
“Son semillas que uno lleva adentro. Y de repente una semilla sin que una haga nada empieza a crecer y echar raíces y se convierte en una planta, que de un momento otro te sofoca y te sientas a escribirlo”, dijo.
También se refirió a su visión sobre el feminismo, la cual reflejó en parte en “Qué queremos las mujeres, uno de sus títulos más recientes.
“Me defino como feminista y femenina: nunca tuve que renunciar a ser mujer o a mi femineidad para la lucha feminista que he hecho toda mi vida… (Ese libro) incluye mujeres extraordinarias que he conocido en mi vida, que me han ido formando y me han ido inspirando”, contó.
Para la autora, la revolución feminista no tiene sentido si no participan todos los actores de la sociedad: “No pueden ser las mujeres solas”, ejemplificó, y celebró la participación de hombres jóvenes en el debate.
“El machismo no le conviene a nadie, y el patriarcado en el que hemos vivido por miles de años tiene que terminar. Y tiene que haber un ‘gerencia del mundo’ que sea mixta, por igual, los valores femeninos y masculinos”, añadió.
También tuvo palabras para Largo pétalo de mar, su novela editada en 2019, inspirada en la travesía del barco Winnipeg rumbo a Chile, con miles de refugiados de la Guerra Civil Española.
“Fue una historia fácil de investigar, porque está la gente ahí, los testigos personales. Yo tenía a Victor Pey, que fue mi amigo por no sé cuantos años, y él es el personaje del libro”, reveló.