La escritora entrega 8 relatos correspondientes a 8 viajes que ha realizado a distintas partes del mundo, con motivaciones familiares, literarias, intelectuales, de identidad, espirituales, donde nos invita a recorrer, mirar, pensar y sentir desde su subjetividad.
Destinos errantes parte su deambular con Sarajevo Underground, un relato que recorre los vestigios de la Guerra de los Balcanes y los de sus ancestros. Un relato profundo y emotivo sobre la memoria, identidad, resiliencia y capacidad de sobrevivir, con un trasfondo de destrucción, violencia, de guerra y odio.
Luego, Andrea Jeftanovic nos traslada a una California post-hippie, en la búsqueda de una época -épica- de la que quedan sólo algunos vestigios. Y vienen después Los ojos de Watanabe (un surrealista viaje en barco en la zona de litigio de los límites marinos entre Chile y Perú); Los ríos de Clarice Lispector (donde recorre los lugares de Río de Janeiro que frecuentaba la escritora, admirada por ella); Puertas y elipses (sobre su estadía en Madrid con motivo al premio Cervantes); El círculo íntimo Palestino-Israelí (un emotivo relato sobre familiares de víctimas de ambos lados que, activamente, trabajan por la paz); Pájaro de acero (una conmovedora mezcla entre el bombardeo de la Casa de Tomás Moro y la historia de Peter Tormen); y Sin embargo, Cuba (donde hace guiños a la visita de Isidora Aguirre a la isla).
Los relatos de Jeftanovic son muy diversos y muy personales. En algunos pasajes es tajante en sus opiniones, en sus percepciones. Y podemos compartirlas, o no.
Destinos errantes tiene algo de diario de viaje, un diario poco turístico, donde la autora busca (se busca) en “un ejercicio de ausencia y presencia” (pp 193) que en algunos relatos nos va a seducir, estimular y provocar, como en otros es posible que nos aburra, o que simplemente no tengamos empatía, una conexión con “su” viaje, con su mirada.
Lo anterior es particularmente fuerte producto de la centralidad que la autora adquiere en los relatos.
Destinos errantes es una invitación a mirar, visitar y recorrer con sentido, en forma intensionada y con intensidad lugares que nos estimulen y cuestionen. Y lo más probable, es que varios de sus relatos nos resulten muy valiosos.
Destinos errantes
Andrea Jeftanovic
Tajamar Ediciones
Las Condes, Santiago de Chilel, noviembre de 201