Para nadie son un misterio las dimensiones que alcanza el ego de un artista. Pero si esto lo reducimos a literatura, la estimación puede quedar corta. Ejemplos de rivalidad y “chaqueteo” sobran en el circuito local, pero el rasgo no se limita al país. Guerras y ataques entre autores universales, abundan tanto como libros y poemas.
El sitio web Verne recopiló algunos de los cruces más connotados: a través de una selección de citas, leemos cómo unos se acusan de plagio mientras otros derechamente se muestran molestos por la fama de sus rivales.
Verne cita al blog Neorrabioso, que desde 2009 recopila las más famosas batallas literatas. En cinco años ya van más de 600, desde la rivalidad entre Quevedo y Góngora hasta inquinas contemporáneas.
Batania, poeta a cargo del blog, contó que, para él, la pelea más célebre de todas es la de Pablo De Rokha y Pablo Neruda. “De Rokha escribió un libro entero contra Neruda, el titulado Neruda y yo, creo que ese es el récord de animadversión que ha existido nunca en la literatura, por encima de la rivalidad Quevedo vs Góngora”, dijo.
También elaboró una lista con los autores más criticados por sus colegas (Federico García Lorca, Pablo Neruda, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez), y otra con los escritores más venenosos y polémicos (Pío Baroja, Juan Ramón Jiménez, Borges, Umbral y Roberto Bolaño).
Escritores en guerra
Aquí, una selección con algunos recados y ataques entre escritores que pueden encontrarse en el blog.
Charles Bukowski sobre William Shakespeare
“Shakespeare es ilegible y está sobrevalorado. Pero la gente no quiere escuchar esto. Uno no puede atacar templos. Ha sido fijado a lo largo de los siglos. Uno puede decir que tal es un pésimo actor, pero no puede decir que Shakespeare es mierda. Cuando algo dura mucho tiempo, los snobs empiezan a aferrarse a él, como ventosas. Cuando los snobs sienten que algo es seguro, se aferran. Pero si les decís la verdad, se ponen salvajes. No pueden soportarlo. Es atacar su propio proceso de pensamiento. Me desagradan”.
Entrevista para la revista Interview por Sean Penn en 1987. Traducción de Página12
Eduardo Mendoza sobre Franz Kafka
“¿Cuántos han leído El Castillo, El Proceso o La Metamorfosis? Muy pocos levantarían la mano. ¿Por qué Kafka era mal escritor? Pues porque no tenía sentido de la narración. Empezaba El Proceso diciendo: “A Joseph K. lo condenaron y no sabía por qué´. Hombre, así no se empieza un libro; así se acaba”.
Aviondepapel.tv, 7 de mayo de 2009
Pablo de Rokha versus Pablo Neruda
“Toda su obra es plagio total, hasta los títulos: del Canto Secular, de Horacio él “asimila” el Canto General, del poeta argentino Luis Enrique Ramponi saquea Macchu-Picchu plagiándola y copiándole a La Piedra Infinita; copia a Tagore y a Carlos Sabat Ercasty en los 20 Poemas y El Hondero Entusiasta, a Baudelaire, Rimbaud, Chenneviere y saqueándome fabrica, pre-fabrica, contra-fabrica el ágape nupcial de su poética en retórica pálida; me imita la épica social en versos de asno, y los endecasílabos de gran pacotillero que De Luigi le advierte, cortados en pingajos, son plagios de plagiario y son plagios plagiados o copiados con vil intención de comercio”.
Obras inéditas, LOM ediciones, Santiago de Chile, 1999, págs. 213 y 214.
Javier Marías contra Camilo José Cela
“Recuerdo que cuando José Luis Garci obtuvo el Oscar, un periódico nacional minimizó el hecho o incluso lo criticó. Estaba en su derecho, ya que ese diario no hace profesión de españolismo a ultranza ni cae de hinojos cada vez que un compatriota triunfa en el extranjero en cualquier campo, sino que tiende a ponderar la posible justicia y merecimiento de ese triunfo, independientemente de su nacionalidad. Y yo mismo, cuando nuestro actual premio Nobel recibió el premio Nobel que lo ha convertido en premio Nobel, declaré que me parecía la peor noticia posible para la literatura española, ya que suponía la entronización anacrónica de la novela más folklórica, castiza y rancia, contra cuya dictadura los escritores más jóvenes veníamos luchando hacía tiempo. El señor Premio no ha perdonado la osadía de esos novelistas jóvenes que ya no lo somos, necesitado como parece el buen hombre de perpetua unanimidad en la adulación, lo cual hace pensar que tampoco anda muy seguro de su valor. Pero yo no soy nada patriotero, ni siquiera patriótico, y me trae sin cuidado que quien gane algo sea español si a mí me parece una patata el sujeto en cuestión”.
“Protoespañoles y antiespañoles”, El Semanal, 4 de agosto de 1996, recogido en “Mano de sombra”, Alfaguara, Madrid, 1997
Arturo Pérez-Reverte contra Roberto Bolaño
“Comentaba esto con Javier Marías, como digo, mientras despachábamos sendos filetes empanados. No solemos hablar de literatura propia ni ajena, pero esa noche íbamos por ahí. Yo mencioné a Roberto Bolaño. Como ya dije alguna vez en público, es un autor que me parecía -a mí, no a Javier- increíblemente avinagrado y aburrido cuando estaba vivo, y me lo sigue pareciendo muerto. Lo de avinagrado se explica porque en vida nadie le hizo caso ni compró sus libros; eso lo malhumoró mucho y solía meterse con otros autores como si ellos tuvieran la culpa. El caso es que, con el filete empanado a medias, puse a Bolaño como ejemplo. Aparte de que a mí me guste o no, dije, tiene guasa el asunto. Lees algunas columnas de animadores culturales españoles y resulta que Bolaño es imprescindible. Eso, casualmente, ahora que su agente literario le ha montado una bestial promoción post mortem nulla voluptas en Estados Unidos. Podían haberlo dicho cuando estaba vivo y sin agente, digo yo. Ayudándolo a vender más libros y a tener menos mala leche”.
“Cuando éramos honrados mercenarios”, Alfaguara, Madrid, 2009, págs. 584 y 585