La leyenda más taquillera de la historia del cine, Star Wars, llegó al Festival de Cannes con la primera de las películas dedicadas a Han Solo, el intrépido piloto espacial que inmortalizó Harrison Ford. Con un bien trabajado recambio de actores y con más de una sorpresa, la cinta es un entretenido festín para los seguidores de la saga.

Han Solo ya tiene su película propia. Los estudios Disney optaron por retroceder el reloj galáctico y contar su vida desde su juventud, desde cuando el personaje, sin padre ni familiares, se juega todo por su gran pasión de pilotar naves espaciales.

Claro que, a más de 40 años del inicio de la saga de La guerra de las galaxias, el intrépido navegante espacial no está ya interpretado por Harrison Ford sino por el joven y carismático actor Alden Ehrenreich, que con este rol sale de los filmes de autor (había actuado bajo la dirección de Coppola, Woody Allen y los hermanos Coen) y se instala como una figura protagónica de la nueva hornada del universo Star Wars.

En esta nueva historia, escrita por el veterano guionista Lawrence Kasdan y dirigida por el también experimentado Ron Howard, Han Solo vive en Corellia, un planeta tóxico y dominado por una implacable dictadura.

Su única opción de escapar de tanta adversidad pasa por enrolarse en el ejército y graduarse como piloto de veloces aeronaves. No obstante, el asunto no es tan sencillo, porque en Corellia vive su amada Q’ira (encarnada por Emilia Clarke, estrella de Juego de tronos) y la huida tiene que ser planeada en conjunto.

Desde esas escenas iniciales, Solo define a sus personajes en torno a una acción que no da pausa. Más que un perfil psicológico de cada uno de ellos, lo que presenta Ron Howard es una sucesión de escenas que tienen gran ritmo y en las que los protagonistas revelan sus intenciones a través de los actos que realizan.

"Solo"
“Solo”

Solo es arrojado y valiente, Q’ira tiene carácter y es decidida, y así siguen entrando a la narración muchos otros personajes, incluido –como no- uno de los favoritos del público, Chewbacca.

Esta película es la segunda que los estudios Disney producen como derivadas de la historia troncal de La guerra de las galaxias. Por eso, llevan el subtítulo Una historia de Star Wars, para no confundirlas con las otras, que continúan la leyenda ya desarrollada en las trilogías precedentes. La primera de estas derivadas fue Rogue One (2016) y en Solo, tal como en aquella, el argumento tiene que ver con el cumplimiento de una intrincada misión y posee escasas digresiones.

Bien anclados en una estructura de conflicto central, el piloto y sus socios deben conseguir un objetivo que los lleva a recorrer distintos lugares y a visitar antros donde pulula toda esa diversidad de criaturas que son uno de los sellos de la saga Star Wars. En ese aspecto, la cinta es un festín para los conocedores y fanáticos de la franquicia. Además de las numerosas alusiones a los filmes anteriores, reconocerán a alguno que proviene de las películas de los años 80, y descubrirán alguna sorpresa.

"Solo"
“Solo”.

A lo largo de dos horas y cuarto, una escena vertiginosa sigue a otra, y hay combates de alta intensidad en medio de las montañas nevadas y entre las nubes de un laberintico sistema de planetas. Entremedio aparecen Woody Harrelson, Donald Glover, Tandie Newton y Paul Bettany, que interpretan a quienes van a poner dificultades en el camino del joven héroe. Y la acción no se detiene nunca.

Con el estreno de Solo, la fórmula de Disney para enfrentar las entregas venideras de la saga Star Wars está ya muy clara: en el caso de las películas que forman el tronco de la millonaria franquicia creada en 1977, consiste en renovar los elencos y las historias de las películas, dejando un espacio para profundizar en los dramas y contradicciones de los protagonistas; en tanto, con las cintas derivadas de este tronco, el trabajo pasa por reforzar los relatos a la vieja usanza, con total espíritu de matiné, rescatando a personajes ya presentados en la saga principal y con un relato basado en situaciones donde predomina el vértigo y la acción constante.

En esa línea, Solo supera bien el desafío de ponerle otro rostro al dueño del Halcón Milenario y es la película entretenida y bien producida que cabía esperar.