La cantante, compositora y artista visual, Mon Laferte, exhibe en M100 la exposición Autopoiética, homónimo a su premiada última producción musical.
Autopoiética recoge las voces de decenas de mujeres violentadas, vulneradas, con culpa, las que dialogan entre sí, son reinterpretas y proyectadas por Mon Laferte. Es un ejercicio potente de mostrar heridas, cicatrices, abusos y culpas. Una muestra colectiva para visibilizar y para sanar.
Autopoiesis
La autopoiesis (autocreación) es un término acuñado por Francisco Varela y Humberto Maturana. Los biólogos chilenos plantearon en 1972 que los seres vivos tienen la capacidad de reproducirse, de mantenerse, auto regenerarse.
“Una máquina autopoiética es una máquina organizada (definida como una unidad) como una red de procesos de producción (transformación y destrucción) de componentes que: (i) a través de sus interacciones y transformaciones continuamente regeneran y realizan la red de procesos (las relaciones) que los han producido, y (ii) la constituyen (la máquina) como una unidad concreta en el espacio en el que ellos (los componentes) existen especificando el dominio topológico de su realización como tal de una red.” (p 78. De máquinas y seres vivos, 1972.pág. 78)
El concepto, desde entonces, a migrado a diversas áreas, como por ejemplo la sociología.
Autopoiética
En la exposición que se encuentra M100, Mon Laferte pareciera plantear la capacidad de las mujeres de regenerarse, mostrándose y generando redes, diálogos. De enfrentar las violencias sufridas, las culpas, y regenerarse.
En esa misma línea, la artista propone un trabajo colectivo en distintas dimensiones. Por un lado, Autopoética incluye el relato, los testimonios (algunos anónimos) y el trabajo de decenas de mujeres. Son testimonios directos, algunos muy rudos, sobre violencias, carencias, miedos, discriminaciones sufridas. Y las culpas asociadas. Porque muchas veces la sociedad condena a las víctimas, no a los victimarios.
Los soportes y las formas de comunicar estos testimonios son muy diversos. Algunos fueron ilustrados por Mon Laferte, otros son entregados a través de audios, de videos. También hay unos que, dados por arpilleristas, fueron dibujados por Mon Laferte y realizados como arpilleras por sus autoras.
La exposición Autopoiética ocupa todo el galpón de M100. Un espacio de grandes dimensiones que ha sido transformado en un recorrido con diversos espacios. Espacios que permiten distintas maneras de acercarse a estos testimonios, a estas mujeres tan diversas -son de distintos países de Latinoamérica, de edades y realidades muy distintas- que muestran sus vulnerabilidades como sus derechos, autoestimas y cuerpos vulnerados.
Rigurosidad
La exposición de Mon Laferte (Viña del Mar, Chile, 1983) está bien realizada. En su planteamiento general, en su recorrido y diferentes etapas. En la construcción de los diversos espacios. Es un trabajo muy profesional.
También resulta, como espectador, coherente el contenido con los distintos espacios y recorridos planteados, con los procesos, soportes y formas de presentarlos. Son contenidos fuertes entregados de manera respetuosa, que valora -sin idealizar- a las mujeres que decidieron ser parte.
Para lograr lo anterior, además de la artista, es muy importante la labor de los equipos que hay detrás de una exposición de esta envergadura. En ese sentido, destacar a Beatriz Bustos Oyanedel (ex directora del Centro Cultural La Moneda, curadora de grandes exposiciones, incluida la anterior de Mon Laferte en el GAM), que logra ordenar, jerarquizar y poner en valor la propuesta y obra de Mon Laferte.
Coherencia
Independiente de gustos artísticos, musicales o relacionados a artes visuales, a posturas ideológicas o planteamientos valóricos, Autopoiética destaca por su coherencia.
Los planteamientos, las ideas que sustentan la exposición, los relatos, la forma de presentarlos como la manera de mostrar -cuando lo hace- a las mujeres que los entregan, conforman un todo. Un todo consistente.
Ese todo, centrado en estas mujeres con sus testimonios de violencias, inseguridades, vulnerabilidades y culpas, se refleja en lo visual. Una visualidad directa, sensible, que no busca la perfección, el virtuosismo, sino mostrar a estas mujeres y sus vivencias, sentimientos y emociones.
La muestra tiene aspectos muy contemporáneos combinados con otros vinculados a las culturas populares. Desde las arpilleras, un altar o las mismas pinturas de Mon Laferte (que, en cierta medida, tienen continuidad con la obra plástica de Violeta Parra).
Laferte, en este indagar y moverse en mundos populares latinoamericanos, hace múltiples referencias y citas visuales -conscientes o no- a temas y referencias religiosas, creencias populares y a artesanías, entre otros.
Destaco, en este sentido, las imágenes fotográficas pegadas en la sala final como del afiche que hay a la salida de la exposición. Son fotografías de la artista, impresas en gris. Son imágenes deslavadas. La que se regala, en especial, son una referencia -a mi juicio- a El nacimiento de Venus (1482-1485), de Sandro Boticelli (1445-1510) como a alguna Virgen orando (como la Virgen de Guadalupe). De esa forma, la artista, Venus y la Virgen pasan a ser una, sintetizan una feminidad diversa y múltiple, no excluyente y ni impositiva.
Debilidades
Las mayores debilidades de Autopoiética, a mi juicio, son tres. Primero, la sala final, teniendo una serie de arpilleras muy diversas, de calidad, parece débil -tal vez por el tamaño de éstas, o porque se intuye la salida- como término. Salas tan fuertes, potentes, quizás requerían otro final.
Parece que, dado los temas, el carácter mismo de Autopoiética, la experiencia podría haber sido más participativa. Un espacio que permitiera mayor interacción, que involucrara más a ls personas que la visitan. Es importante mencionar que habrá varias performance participativas, que compensan, en parte, este punto.
Finalmente, parece contradictorio que la muestra no solo sea con entrada pagada, sino que su valor sea relativamente alto y que solo se pueda comprar por internet, no en la misma boletería de M100 (a pesar de los esfuerzos que hizo el centro cultural). Sospecho que un porcentaje importante de las mujeres que participan de la muestra -y que son sustento fundamental de ella- tendrían dificultades para pagar por verla y para usar esa forma de pago.
Vale destacar que habrá una serie de performances entre el martes 19 y el domingo 24. Serán una suerte de rito de purificación. Para participar las personas deben cumplir con una serie de requisitos e inscribirse, para luego ser sorteados. Más información aquí.
Autopoética
Mon Laferte
Hasta del 19 de enero de 2025
Miércoles a domingo, de 11:00 a 20:00 horas
Galería Principal
Centro Cultural Matucana 100: Avenida Matucana 100, Estación Central
Entradas
General miércoles a viernes: $4.900
General sábados, domingos y festivos: $7.900
Adulto Mayor desde 65 años: $3.900
Edad recomendada: + 14 años.
Menores de 14 años no pagan entrada y se sugiere ser acompañados por un adulto.
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