El artista visual y fundador de Perrera Arte analiza la Generación Pitillo, habla del auge del barrio Balmaceda y describe la fuerza de los proyectos colectivos.

Por Pablo Asenjo

Cada vez que vengo al nuevo barrio Balmaceda, siempre mirando y gozando la belleza de las áreas verdes del parque Los Reyes, me topo con un universo multicultural en constante transformación.

Y ahí, de repente, aparece la fortaleza industrial de Perrera Arte. Una arquitectura colosal, severa y atemporal que en 2027 cumplirá cien años en pie y que el colectivo de Perrera Arte ha restaurado paulatina y sostenidamente para el deleite del presente y las próximas generaciones. Este espacio único, se siente como una burbuja cultural envestida con la cualidad de un recuerdo.

El naciente barrio Balmaceda es uno de los espacios más abiertos de la ciudad. Esa sensación a cielo raso sobre el parque es la imagen que acapara la mirada del desarrollo cultural de los vecinos que vienen de todas partes a disfrutar. El barrio ya no se resiste a los cambios de la urbe.

Claro, en estos 29 años el entorno del Centro Experimental Perrera Arte ha cambiado de manera radical. Resulta hasta desconcertante ver enormes edificios, poblados en su mayoría por migrantes de buena situación, donde antes solo existía la desolación propia de las antiguas zonas industriales en retirada.

Ubicamos al artista Antonio Becerro, quien fundó la factoría creativa, en julio de 1995. Mientras desmonta su exposición “Dale y quítale toda esperanza” y revisa con el fotógrafo Hugo Peña las imágenes de su más reciente producción, “Adán y Eva no eran sexistas”, el taxidermista de los perros embalsamados dice: “Cuando los niños, los hombres del futuro transiten por este sitio, verán una multitud de altos edificios con buena terminación y una pequeña catedral que emerge del paisaje para presentarse con su diseño único, con el acento de lo histórico invitando a vivir. Esa seguirá siendo la Perrera, un espacio intacto de belleza que los conectará con el pasado”.

Fotos de Gonzalo Donoso y Hugo Peña

– De acuerdo con sus publicaciones, ustedes se sienten parte de un eje urbano en plena gestación.

“Así es, aunque yo me la paso en el sur de Chile. El naciente barrio Balmaceda es uno de los espacios más abiertos de la ciudad. Esa sensación a cielo y horizonte sobre el parque se ha potenciado por los miles de vecinos y visitantes esporádicos que disfrutan de la naturaleza, pero también de las inmobiliarias que le han dado un particular valor al sector. Esta parte del borde río compite con cualquier otro núcleo ciudadano construido junto al cauce del Mapocho y eso lo han entendido primero que todos, por necesidad y premura, los extranjeros que conforman el porcentaje mayoritario de la población de este territorio en la actualidad.”

– Eso se aprecia a primera vista.

“Sí, qué bueno que lo viste. El barrio con su frontera tripartita ya no se resiste a los cambios de la urbe, por el contrario, se ve muy bien aspectado vivir frente al parque, a metros del Mapocho, el torrente fundacional de Chile. El numeroso, pulcro y barato comercio de este vecindario ofrece de todo: pan chileno -con marraquetas, hallullas y colizas-, pan venezolano, pan peruano y varios más. Ahora todo es así por acá, la gente convive con distintos lenguajes, como en la Perrera. Es como el advenimiento de la polifonía en la música.”

– Entrando en la Perrera, ¿en qué dirección van este 2024?

“Este año lo denominamos “cero estrés”, pese a que pondremos en función una gestión ejecutiva y efectiva en su alcance social y poético. Pero, efectivamente, de algún modo cerramos el tedioso, engorroso y trastornado proceso posterior a la pandemia. En esta etapa ratificaremos nuestras alianzas con los socios y aliados históricos, y saludaremos nuevos convenios que van desde conocidas productoras a las más independientes.

“Los productores, gestores con trayectoria y profesionales probados fortalecen nuestra red y campo de acción, mientras que las alternativas autogestionadas funcionan como el olfato, el instinto del perro. Potenciaremos las producciones nacionales con vocación experimental de artistas visuales, videastas, dramaturgos, coreógrafos, preformes, músicos, compositores e intérpretes, incluyendo también los autodidactas.”

– ¿Qué hitos habrá en la programación?

“Haremos cuatro grandes encuentros en cada una de las estaciones del año. Además estamos de lleno en talleres práctico teóricos intensivos para la comunidad. Con los workshops gratuitos buscamos la integración y la formación de audiencias sin conocimiento a priori del fenómeno del arte y la cultura. Con estos ejercicios compartidos también generamos trabajos para otros artistas y profesores, potenciando sus virtuosismos. Escogimos autores chilenos principalmente, porque nos parece bien defender, escuchar y bailar lo nacional. Junto con ello seguiremos avanzando en la restauración del edifico histórico.”

Fotos de Gonzalo Donoso y Hugo Peña

– Observo una pantalla gigante, esto es nuevo.

“Sí, o sea más o menos, se estrenó en febrero en el encuentro de cine “Ketacinema”. Se usó, también, en el festival de cine independiente y las artes escénicas “Sutura”. Son encuentros de barrio que ya están en función y tendrán el sello de Perrera Arte, con una selección de películas nacionales y extranjeras. Ciclos de autores, de terror, de ficción, cine de culto y charlas asociadas a los filmes y sus producciones.

“Otro énfasis será la línea eco social: estamos enfocados en enfrentar la crisis medioambiental y aminorar de alguna manera las aplastantes temperaturas de los meses más tórridos. Tratamos de anticipar y desde el sur se viene un cargamento de árboles nativos que resisten el calor y dan sombra. Por ejemplo, Espinos y Quillay. Iniciamos un convenio de residencia con el espacio Ko Panqui, liderado por Claudio Ansorena, legendario amigo que inició sus pasos como artista aquí en Perrera Arte en la década de los 90.”

– Pasemos a la actualidad, ¿se sienten ustedes excluidos por la cultura oficial?

“La cultura oficial es siempre oficial y tienen una fórmula que solo se basa en la burocracia, la desconfianza y la concursabilidad. A estas alturas, la democracia que sobrevaloramos se cae a pedazos. Está en crisis y eso es mundial. La distopía, la falta de visión, tiene a este país sin rumbo y en el hoyo. Solo pedimos: por favor, tapen ese hoyo.

“En ese escenario de precariedad y autodestrucción, el modelo de cohabitación de izquierdas y derechas, porque eso es, quiere poner bonito lo feo, uniformar la imaginación. Para estos aceitados socios, lo justo sería que el nuevo ciudadano fuera un engendro, un Frankenstein, un amorfo todo parchado. Mientras ellos se visten con pantalones pitillo, chaquetas apretadas y ropas blancas de la colección “Y Dios me libre por dentro” y usan esas boinas Peaky Blinders que lucen como el forro.

“Después de hacer proyectos “copy paste”, estos nuevos arquetipos se miran muchas veces al espejo antes de salir a la calle, porque lo suyo es la exhibición. Se saludan y se visitan, como diría Víctor Jara, y se sienten particularmente hermosos. Se ven y se sienten bellamente ordenaditos en el poder.”

– ¿Por qué te interesa esa imagen tan puntual?

“Porque es un canon que indica mucho: esta nueva clase política propone la apariencia como discurso. En mi experiencia, la gente que se preocupa demasiado de la presencia, por lo general, no tiene talento alguno. Ni ningún virtuosismo, solo apariencia. Curiosamente, sus sistemas de representación no distan tanto de los códigos exhibicionistas, de autoafirmación elemental, de la narcocultura.

“Las autoridades de la cohabitación han hecho de nuestra casa un patíbulo. Toda avenida es un desfile de monstruos observando el clóset de los burócratas de la Generación Pitillo, que buscan distinguirse, apartarse del resto, trepar a la cordillera como lo han hecho históricamente las más conservadoras familias criollas. Es paradójico y divertido, porque no pocos padres fundadores de esta quinta columna predicaban, hasta hace no mucho en las universidades, la necesidad de contar con intelectuales orgánicos. Parece que sus discípulos han manchado con café cortado las páginas de conciencia en sí y para sí.”

– ¿Resentimiento a estas alturas?

“No, mis palabras no tienen amargura, sino decepción. Incluso vergüenza ajena. Desde nuestros comienzos, nunca hemos jugado a darle el palo al gato, eso dice el refrán. Y con el palo no le hemos dado al gato ni al perro, porque no hay receta para golpear a nadie. Todo lo contrario, en esa lógica, en el escenario exitoso y feo de la cultura actual en Chile, más bien somos la carpa de Violeta Parra.”

Fotos de Gonzalo Donoso y Hugo Peña

– ¿Nada tiene sentido?

“A lo mejor, pero esa fatalidad no me toca en lo absoluto, porque tengo la fórmula.”

– Cuéntala por favor.

“No la diré del todo, es un secreto, porque confió en mi talismán. Solo diré que el equipo duro de la Perrera es muy inspirador y fascinador. Enderezarse y dejar de ser genuflexo no solo te hace andar en dos patas, sino que puedes llegar a volar. Pero tampoco es suficiente, es una cuestión de formación, de motivación personal.

“Por ejemplo, una vez una persona nos abordó en pleno evento. Se estaba realizando una performance donde había desnudos y consideró que era machismo y patriarcal cuando, en realidad, según las propias performers, era todo lo contrario. La Generación Pitillo no tiene capacidad de comprensión, está demasiado en línea, por eso ha perdido la capacidad de dar soluciones, se ahoga con su máscara. Al parecer su indefinición endémica no pasa solo por la sexualidad. No estoy generalizando, por cierto.”

– Pero, ¿cuál sería la fórmula entonces?

“No lo sé de cierto, pero me imagino que es la misma empatía que tuvieron con nosotros Raúl Ruiz, José Balmes, Armando Uribe, Clara Yáñez, Patricio Manns, Mónica Echeverría o Renato Cárdenas, entre otros seres sabios con los que se produjo una conexión inmediata, una especie de complicidad sonriente.

“Lo que sí tengo claro es que cualquier salida pasa por mucho trabajo organizado y que la colectividad es un arma poderosa. Por ejemplo, las residencias de Perrera Arte y su renovación constante son una alternativa probada que datan de 1995. Nos interesa mucho el intercambio de conocimientos con las propuestas emergentes y esa renovación de energía sin tanta atadura y burocracia creo que jamás falla.”

Fotos de Gonzalo Donoso y Hugo Peña

– ¿Cuál es la línea editorial?

“En la actualidad, decenas de artistas y colectivos conforman los distintos anillos de confluencia de Perrera Arte, un espacio de 1.250 metros cuadrados construidos donde se piensan, ejecutan y presentan trabajos tanto de los artistas en residencia temporal, como de otros creadores que encuentran en esta arquitectura, que ha conservado las cenizas y las huellas del maltrato animal, un modo de trabajo que acentúa la autogestión, el respeto a las obras y sus artistas, la libertad de expresión, la autonomía del taller, la obstinación poética y el valor de la existencia colectiva en armonía con la naturaleza en una ciudad tensionada por la urgente necesidad de oxigenación.

“Recientemente recibimos esta noticia que causó conmoción nacional e internacional. El reportaje “Los padrinos alemanes de Pinochet”, emitido por el periodista y cineasta germano Wilfried Huismann, en la radio WDR, el pasado 3 de septiembre. En él hay un pormenorizado itinerario de la participación del oficial nazi Walther Rauff en la represión durante la dictadura de Augusto Pinochet. El colectivo Perrera Arte ha estimado pertinente compartir algunas reflexiones con la comunidad, toda vez que el reporte da cuenta, por primera vez en forma pública, de la macabra utilización que se dio a la ex Perrera Municipal, el espacio que da nombre y que en la actualidad ocupa nuestra organización, en el exterminio de personas en los primeros años del régimen cívico militar.”

– ¿Cómo es que todo este tiempo Perrera Arte ha sabido mantener sus contenidos, su impronta independiente?

“Me encanta esa palabra. La Perrera Arte no es una institución que pueda ser entendida con los parámetros comunes y tampoco es un colectivo artístico tradicional. Contamos con profesionales muy capaces, también hay personas con habilidades diferentes no calificadas en este modelo depredador de vanidades.

“Imagínate presentar un proyecto como este a las autoridades, un centro cultural con estas libertades, independiente, artistas virtuosos, tipos fracturados, tipas inquietas que no se la tragan a la primera, algunos hasta genios que no calzan en ninguna parte. Te mandan a la cresta.”

– ¿Cuál es el perfil de las personas aliadas?

“Me interesan las personalidades con obras, con motor propio, independientes. Las instituciones con prospección e historia, libres pensadores no solo que sean virtuosos, sino que tengan la mente abierta a otras ideas y estén dispuesta a compartir sus talentos y conocimientos con nuestra experiencia. Gestores que sean su propia productora.

“Por ejemplo, Carola Ibacache, presidenta de Perrera Arte, es trapecista, directora, productora, creadora. Sabe llevar sus capacidades a la administración de lo que se proponga. Como empresa, hace los cruces precisos en su gestión.

“Por el contrario, tengo optimismo ciego por quien no sabe valerse por sí mismo. Por este espacio ha pasado gente con talento, con ideas. Y otros en busca de alguna aventura o afirmación de lo que hacen. Contados con los dedos son los guateos en ya casi 30 años. Desapruebo a la gente sin talento y floja que no ve más allá de su estancamiento.”

– Un proyecto con 30 años tan libre y solido como la Perrera Arte ¿quiénes son los detractores?

“Si somos implacables y no somos monedita de oro. No estamos por sobre el ninguneo y el chaqueteo del chileno tradicional, que hace todo lo posible para que te vaya mal. A nosotros también nos toca el bodrio del arribismo chileno.

“Con treinta años a cuesta, claro que hay envidia, difamación de gente ignorante que ni siquiera sabe qué es el Centro Experimental Perrera Arte. Digamos, las élites nos ven como sospechosos. En el camino también hubo conspiraciones, y los resentidos de siempre que llevan años esperando que caigamos. Sé que hay rencor. Gente dada a su idea como única verdad y se inventan un relato, que no funciona en lo colectivo, todo lo personalizan.

“La victimización es un patrón de personas amargadas por sus propios fracasos. Siempre están culpando a los demás como si los demás estuvieran en deuda con ellos, por ser como son. A mí me basta con que me ame mi perro y Dios.

“Yo soy un sobreviniente. Soy como el cachorro de lobo que perdió la orientación para llegar a la madriguera, ese que en el camino creció y por comer ataca lo que se mueva. Construir tu identidad te tomara más que toda una vida. Pero tu obra, tu virtuosismo construirán la fuerza, tu verdad que ayuda a ponerse de pie una y otra vez. En todo caso quien debería estar dando esta entrevista es Carola Ibacache que va a liderando esta nueva etapa y tiene perspectiva y visión. Es una mujer encantadora y aguerrida. Por cierto, se integran al equipo mujeres aladas, otros modos, otras ventanas.”

Fotos de Gonzalo Donoso y Hugo Peña

– ¿Hay alguna exposición de Becerro para este año?

“Estoy absorto como el pintor William Turner, que finalmente hizo su propia galería de arte para exponer el mismo. No quiero impresionar a nadie. Soy un romántico, voy a invitar a quien tuviere el énfasis de dialogar con el arte fuera de las convenciones del espectáculo. Auto expongo en todo lo que hago. Además, me incluyo en muestras colectivas. Yo soy la obra, a donde vaya y este.

“No tengo interés en caer en el juego de quien llama más la atención con ejercicios pobres y obras mediocres para los pares. Nooo! que lata todo eso. Nada me atrae más en este momento que crear en la producción misma de mi obra. No tengo interés en la algarabía del garabato artístico chileno. Ahora si me invitan, me reservo el derecho de escoger.”

– Para terminar, después de embalsamar perros callejeros atropellados, pintar, escribir, ser director de arte, de realizar audio visual entre otras artes ¿cuáles son tus verdaderos intereses?

“Todo puede ser. He estado leyendo mucho de historia. Historia de cualquier época; Pueblos, civilizaciones, etnias, localidades, urbes, países en “dictadura, oligarquías o democracias”, ciudades, regiones de cualquier parte del mundo con cualquier credo o religión, es decir, la construcción de la cultura. Lo interesante y que me atrae de la historia es que todos vivimos los mismos hechos, pero los vemos y los contamos de forma diferente.

“En el sentido creativo, acabo de proyectarme en dos nuevas obras, más bien escénicas: “Dale y quítale toda esperanza” instalación de árboles quemados en los incendios del verano. “Adán y Eva no eran sexistas”. Instalación con modelos humanos en distintas escenas carbonizadas. Muchas personas las vieron, ahora solo queda el registro gráfico que se lo encargué al fotógrafo Hugo Peña y que luego la presentaremos en nuestra página web y redes sociales.”