Bernarda, Teatro de Bolsillo

Crítica de Teatro: Bernarda actualiza pasiones y represiones de obra clásica de García Lorca

14 enero 2025 | 12:16

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

La mano diestra y respetuosa del director Jorge Schultz permite que este gran relato del teatro español llegue al escenario con fuerza y sentido para el espectador de hoy.

Junto con valorar las huellas del texto original, “Bernarda” va construyendo su propia fisonomía sobre la base de los sentimientos esenciales que mueven a mujeres que se debaten en un odioso encierro.

Federico García Lorca (“Bodas de sangre”, “Yerma”, “La zapatera prodigiosa”) escribió “La casa de Bernarda Alba” en 1936, poco antes del inicio de la Guerra Civil en España. Fue asesinado ese mismo año por las fuerzas fascistas que derrocaron al gobierno popular.

La obra, estrenada sólo en 1945, en Buenos Aires, por iniciativa de Margarita Xirgú, había sido situada por el dramaturgo a principios del siglo XX en España y, tal vez, profetizó la desgracia que asoló a este país.

Claves y caminos

El autoritarismo, la falta de libertad personal, el temor al qué dirán (para proteger la intimidad familiar), la hipocresía, el clasismo, los deseos sexuales reprimidos y la mujer, son algunos de los grandes temas que abordó hace 89 años el poeta y dramaturgo español en “La casa de Bernarda Alba”.

Son las claves que Jorge Schultz va digitando en una propuesta que no distorsiona a un clásico de la escena universal que, sin embargo, deja espacio y libertad para correlacionarla con los tiempos y la sociedad actuales.

“Bernarda” es una síntesis de 80 minutos de una obra de dos horas de duración si se hace completa, y contempla sólo nueve personajes: Bernarda (la madre), Poncia (su empleada y mujer de confianza), una criada, la abuela y las cinco hijas: Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.

Al mismo tiempo, se opta por un lenguaje coloquial que en la adaptación adquiere un ritmo más vertiginoso y se mantiene el carácter coral, a través de las hermanas.

Sólo se excluyen situaciones y personajes que forman parte del pueblo rural español de la obra original, para concentrarse en el ámbito semiurbano-familiar.


Lo cotidiano contemporáneo

Una primera sorpresa en “Bernarda” es ver que la madre, protagonista original, se muestra como mujer empoderada, autoritaria y violenta, cabeza de su hogar luego de quedar viuda… pero como representación del patriarcado, lejos del perfil feminista contemporáneo.

Lo mismo ocurre con todas las mujeres de la casona: más allá de sus intereses personales y la forma cómo lo manifiestan u ocultan, refuerzan la rigidez de las tradiciones, con excepción de la más joven, Adela, que sufre las consecuencias por lanzar el grito y la lucha por la libertad.

En varias aristas de “Bernarda” se advierte la adaptación: en la síntesis textual y que el director haga que los diálogos originales, ahora más coloquiales, directos e, incluso, en momentos irónicos, sean un potente motor de la acción y que ayuden a empujar y acumular tensiones y conflictos. Énfasis que realzan el perfil sicológico y simbólico de cada personaje.

La obra también presiona su sentido dramático para que lleguen con claridad y sin eufemismos poéticos al espectador, opción que humaniza e instala en lo cotidiano a este grupo de mujeres, sin que se pierda su carácter trascendente y universal.

No sólo la violencia estructural de la sociedad se hace patente en “Bernarda”, también se manifiestan con ferocidad educada los sentimientos de envidia y odio que existe entre las hermanas, como también el deseo sexual reprimido.

Gestos corporales

La adaptación de Jorge Schultz llega a escena en un espacio bien particular, donde funciona el Teatro de Bolsillo: una especie de ele al revés, compartido con las aposentadurías, con tres puertas a la vista, que permiten imaginar los otros dos espacios de blanco degradado que tiene la obra original. La cercanía ayuda al encuentro entre el espectador y la obra y aporta una cuota de misterio porque podría aparecer algo desde allí.

Un sillón, una mesa y varias sillas son los elementos principales para construir la idea de hogar donde la familia se reúne y conmemora, todo de negro porque al luto decretado por Bernarda por la muerte del esposo, todavía le falta mucho para completar ocho años.

A su vez, el verde del vestido de Adela se diferencia del negro de la ropa masculina que usan sus hermanas en la adaptación, como parte de la simbología que García Lorca sembró de principio a fin en su obra.

La propuesta también opta, en momentos, por un gesto coreográfico corporal que refuerza en las hermanas ser parte de un colectivo, instantes en que parecen desbloquearse las relaciones entre ellas, a través de un juego que luce fraterno, inocente y amoroso.

Tras este incesante objetivo -entrecruce de conflictos en justa medida para crear tensión y curiosidad por cómo continuará el relato- lo íntimo y social también hace que lo cotidiano aparezca como el ambiente contemporáneo que la obra busca y encuentra.


Bernarda

Dramaturgia: Adaptación de “La casa de Bernarda Alba”, (Federico García Lorca)
Dirección: Jorge Schultz
Elenco: Cia. Ocus (Ingrid Leyton, Paula Villagrán, Ana Mazuelos, Camila Arbea, Sandra Ortiz de Rozas, Priscilla Olguin, Estrella Anaiss, Cami Nuñez)

Diseño escenografía: OCUS
Diseño iluminación: OCUS
Vestuario: Macarena Salazar
Operadores: Edgar C. Márquez, Catalina Barra
Producción: Cami Núñez

Teatro de Bolsillo
Erasmo Escala 2185. Barrio Concha y Toro.
Martes 14 y miércoles 15, 20.00 horas.
Entrada general $ 8.000; estudiantes, tercera edad, convenios $ 5.000.
80 minutos.
+14. Informaciones
ocus.chile.teatro@gmail.com