Jauría, de Antonio Becerro

Antonio Becerro en el MAM: "Los perros son magníficos testigos de la decadencia humana"

Por Tu Voz

12 enero 2025 | 10:00

El artista visual presentó este sábado su obra “Jauría” en la exposición colectiva “Espectral” del Museo de Arte Moderno (MAM) de Chiloé.

Por Catalina Rivadeneira

A la distancia, se ve como un retablo. Incluso como un pesebre que, en lugar del nido del nuevo Dios, se arremolina en tono a una nube, no virtual o carnívora de información, sino física. Como estratocúmulos tejidos con viruta de acero, material cortante y frío, como todo metal.

La instalación de Antonio Becerro se titula “Jauría”. Está compuesta por una veintena de esculturas caninas. Es parte de los trabajos que 20 artistas nacionales presentan en la tradicional exposición colectiva de inicio de año que Museo de Arte Moderno de Chiloé (MAM) realiza por trigésima séptima oportunidad en Castro, bajo el título de “Espectral”.

Becerro está contento, pero apurado como siempre. Y nos muestra con orgullo un recorte del diario “El Mercurio” en que se destaca el reconocimiento nacional recibido por Lírica Disidente, una agrupación que surgió al amparo del Centro Experimental Perrera Arte cuando estaba dirigido por Becerro.

“Ellos son nuestros regalones, tienen mucho que entregar a la ópera en Chile”, dice el artista visual. Becerro, por estos días, está más abocado a su propia producción artística que a la agotadora gestión cultural.


-En esta muestra en el MAM incorpora otras razas. Háblenos de esa ampliación del espectro canino.

-“Sí, son parte de la metamorfosis. Cuando veo a los perros y luego mi obra, veo una estratagema de híbridos. Veo una sola especie más allá de sus razas. Los perros son magníficos testigos de la decadencia humana y sus pequeñeces.”

-Los perros siameses, no sé si los llama así, son simbólicos. Remiten a relatos ancestrales: el uno y su doble, el uno y su sombra, los contrarios eternos, etc. ¿Cuál es la significación que más le acomoda para ellos?

-“Si son siameses, uno solo. Podría ser el espejo del uno al otro. Son la copia de la furia por no estar solo con uno mismo; siempre estás desafiando o matando a tu otro. Te acomodas con él o lo cargas. “Jauría”, como serie de esculturas, tiene algunos ejemplares caninos despegados de sí mismo, buscando, mirando el todo y la nada. Son canes independientes, cautos y erguidos; son una especie de recordatorio de lo que es ser fiel a uno mismo.”

-En “Jauría” insiste en la estética industrial en una galería, el MAM, caracterizada precisamente por su arquitectura tradicional, marcada por la madera.

-“La materialidad de esta instalación busca, justamente, potenciar los contrarios. La construcción industrial y sus ferreterías tienen para mí una belleza que da soluciones simétricas, permite la posibilidad de armar series, repetir un objeto armable, desmontable, tangible, un sólido reconocible. Por el contrario, la materia prima orgánica del museo y sus tablones de madera potencian el juego de los contrarios.”


-No lo había visto así.

-“En esta instalación fabriqué un altar de cable, con tensores y perritos de amarra acerados. Sobre la trama del cable acerado, una nube de metal que asciende al ícono. Es el único, el líder, el ídolo, el alfa de la camada de negros siameses.

“Por el contrario, el perro escultura de color metal es bendito, el leal, el iluminado que tienen una mirada casi humana. Los ojos de este ejemplar fueron fabricados con cerámicas como prótesis para las personas que perdieron los ojos en el estallido social. Pienso en el estudiante de sicología de 21 años Gustavo Gatica, que fue herido por balines de la policía en sus dos ojos, y me supera.”

-Sabía que estaba interesado en los nidos, principalmente de pájaros. Pero llama la atención el de viruta metálica que presenta. Bastante severo y poco cómodo.

-“Algo parecido. Para mí, es una nube de óxido y viruta de metal. Una nube de esas que pasan, como las de Chiloé. Para mí las nubes y los nidos de pájaros no solo son una obra de arquitectura suprema, sino portales comunicantes entre lo probable y lo improbable.”

-En esta muestra, además es el curador y responsable de la selección de obras de Clara Yáñez. ¿Qué sentido tiene que, siendo de Chiloé, ella exponga por primera vez en el MAM?


-“La obra de Clara Yáñez efectivamente resulta espectral para la muestra colectiva “Espectral”, en el marco de los 37 años del Museo de Arte Moderno de Chiloé. Atendí a la invitación que me cursara Coca González junto al curador Raúl Miranda. Acepté esta aventura para ir cerrando la gira, la circulación de la obra de Clarita, que se inició el año pasado en el Centro Experimental Perrera Arte.

“La obra de Clara Yáñez es disruptiva en varias direcciones. Una de ella es porque se escapa de los valores y canonización del arte como ejercicio profesional académico. En sus esculturas, dibujos y objetos, salta a la vista el talento. En su campo de retiro, Clarita se consagra a sus creaciones como un monje de claustro, pero a la vez esas obras destacan el virtuosismo de lo hecho a mano, de un artesano. Ella misma dice no ser una artista y que le cargan los apodos.”

-Sí, la he visto en un video.

-“Ella se refiere al medio en que el arte se autoafirma y se valora. No al ejercicio, no al talento, no al embrujo de la acción misma del imaginario que resulta ser un motor de energía creativa estimulante, que te renueva en su propia acción.

“Siempre me atraen los espectros. Ella tiene mucho de chamán, en el sentido de su vida como ser trascendente, aislada de la farmacología de la escena del arte chileno. La producción general no ha sido nada de fácil, porque ella es de otra época literalmente. No usa ningún medio actual de comunicación, su obra está manufacturada en madera y materiales efímeros, frágiles, cartón, pasta das, palitos y ramas que en algún momento cederán. Por eso la importancia de compartir y mostrar estos “garabatos”, como diría ella.”


-Pareciera que, por la conexión que tiene con la isla, esta selección de obras de Clara Yáñez podría adquirir una enorme significancia en esta exposición colectiva.

-“Su obra ya es significativa y está consignada así adentro de un imaginario poco comprensible para los supuestos entendidos o instruidos en el arte en Chile. La obra de Clarita va dejando rastros, va dejando huellas, marcando un camino en los distintos lugares donde se ha mostrado. Es como la leyenda de repartir granos de maíz a los gansos.”

-¿Qué importancia tiene para usted concurrir en forma asidua a esta tradicional exposición de cambio de año del MAM? ¿Qué obras destacaría del resto de los expositores?

-“El Museo de Arte Moderno es un dispositivo liberador de una escena nacional que se reinventa en una línea curatorial ratificada por su trayectoria inmersa en el testimonio del campo y la comunidad chilota. En estos tiempos, creo que, más que nunca, hay que conectarse con los pares y darnos espaldarazos frente a una crisis de identidad cultural.

“El paisaje parece potenciar el arte en esta isla, por lo menos eso prefiero creer yo, acá al fin del mundo. La sala que más me atrae es donde se produce un enfrentamiento de los contrarios. La obra rústica de Clara Yáñez, algo así como un altar renacentista, dialoga con el ejercicio visual performático del artista Juvenal Barria.”


-Para terminar, no puedo dejar de preguntarle. ¿Continuará con el proyecto que fundó en el Centro Experimental Perrera Arte de Santiago? ¿Esta exposición de “Jauría” es su instalación definitiva en el sur de Chile?

-“Eso espero. Llevo mucho tiempo haciendo lazos y trabajando con distintas localidades en diferentes regiones del sur. Me agrada acá, no tengo alergias y es un refugio para capear el calor aplastante de la ciudad.

“Le tengo cariño a Perrera Arte, ojalá se siga con las restauraciones y mantención del edificio histórico y estaré atento a sus contenidos y curadorías. La trayectoria de Perrera Arte se remonta desde 1995 hasta hoy. Muchos proyectos han nacido y levantado vuelo en ese edificio único de hormigón. Recién ayer estábamos celebrando, a la distancia, que la agrupación Lírica Disidente haya ganado el Premio Presidente de la República a las Artes Escénicas, como artistas emergentes. Incluso el diario El Mercurio destacó la “revolución” que estos jóvenes cantantes están realizando en la ópera nacional con sus montajes de alto rigor en escala acotada de presupuestos. Ellos partieron en nuestro espacio y son unos de los regalones del colectivo, por eso estamos felices.

“Perrera Arte es vital para el origen y lanzamiento de artistas, agrupaciones, colectivos, tesis de alumnos de arquitectura, orientación vocacional en los jóvenes estudiantes, etc., que necesitan un espaldarazo de sus pares en el tono profesional.”