Propuesta de danza contemporánea llevará al Centro Cultural Palace un “rito colectivo para afrontar lo trágico y afirmar la vida”.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

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Luego de presentarse en Valdivia, Valparaíso y España, los directores Gabriel Miranda y Ninoska Soto instalarán en Coquimbo su característico escenario circular, formado con barras de luces led que, a su vez, estarán rodeadas de equipos de sonido que envolverán el espacio.

De este modo, el grupo de danza retomará el 17 y 18 de octubre, en el Centro Cultural Palace, la circulación nacional que desarrolla desde mayo y que culminará en abril del próximo año con una retrospectiva de sus producciones.

A “una experiencia única que estimula la manifestación pública de las emociones y liberar el espíritu mediante la eliminación de los recuerdos que alteran la mente y el equilibrio” es la invitación que hace Pseudónimo, a través de “Catarsis Inmersiva”.

Ninoska Soto, coreógrafa, y el compositor Gabriel Miranda buscan en este “rito colectivo para afrontar lo trágico y afirmar la vida, que cada espectador sea uno con un espectáculo que tiene algo de recital y concierto, y que ocurre en un lugar donde el compromiso físico de los intérpretes es extremo”.

“Catarsis Inmersiva” es una creación escénica, que se basa en una investigación corporal/performática que se articula en torno al concepto “catarsis” y una experiencia como parte de una instalación lumínico-sonora.

En este sentido, la invitación es a ser parte de un ritual en un espacio circular, rodeado por una malla espesa abierta e intangible de luz y sonido (percusión y guitarra en vivo), rock pesado y agresivo, “porque el fuego interno nunca se apaga”, explican Gabriel Miranda y Ninoska Soto.

Catarsis inmersiva, foto de Tomislav Ostoic

Fuerza y energía

¿Cuáles son los aspectos centrales de la metodología y enfoque de “Catarsis Inmersiva”?

“Con Catarsis Inmersiva nos interesa profundizar en una metodología del desborde, ahondando en una técnica que consiste en encarnar y conducir una energía física fuerte y apasionada, pero entrenando la conciencia del espacio, de la proximidad del grupo con el espectador.

“Esto nos permite habitar de forma segura un lugar donde son posibles los golpes o lesiones al desplegar una energía que implosiona, que hace ebullir el universo interno de cada performer, para así explotar y ser expresión liberada al espacio.

“Pero la energía que se entrega no se pierde en el vacío, el espectador la recibe y devuelve transformada”.

¿Qué relación buscan con la audiencia desde este espacio circular con el público rodeado de luces y sonoridades?

“El círculo que forma el público conteniendo al espacio escénico opera como una suerte de crisol para una pieza que es la alquimia de los cuerpos.

“El performer se encuentra con público próximo en todas las direcciones, siendo este aspecto un estímulo fundamental para el desarrollo de la corporalidad de la obra.

“No se baila hacia un frente determinado, por lo que todo el cuerpo debe estar involucrado: mirada, expresión del rostro…, pero también la espalda, pies, voz…

“En los ensayos se puede estudiar la mecánica motriz del cuerpo, los motivos coreográficos, pero no la conexión con el público presente.

Conectarse con la audiencia es algo vivo e indeterminado, por lo que se requiere un estado de atención y receptividad permanente del afuera.

“No buscamos un cuerpo enajenado en su sentir, sino un cuerpo que se expresa en conexión con su entorno, construyendo así una complicidad con el espectador”.

Cuerpos coreográficos

La coreografía de “Catarsis Inmersiva” presiona hasta extremar la fuerza (y la energía) de los intérpretes, ¿qué se busca con esta radicalidad?

“La forma coreográfica se propone palpar los límites de la resistencia física, mediante la reiteración de motivos y variaciones.

“Así, poco a poco, va apareciendo otro cuerpo, uno que no puede simularse ni disimularse, que es el cuerpo exhausto.

“Entonces recurrimos a herramientas que nos ayudan a insistir: la fuerza del pulso rítmico, la presencia del otre y la contención del colectivo. Resistimos juntes, acompañándonos y apoyándonos mutuamente.

“Con todo esto, buscamos tender diálogos entre el lenguajear propio de cada performer con los motivos y energía que levanta este ritual de la insistencia y resistencia colectiva, permitiéndonos abrazar y compartir el placer de danzar. El amor a danzar es otra forma de ‘amar la vida’”.

El gesto corporal del grupo al danzar parece no buscar el virtuosismo…

“Exacto. Y nos parece importante subrayar que no nos interesa ni el virtuosismo ni una conceptualización abstracta que no tenga correspondencia en los cuerpos.

“Para nosotres lo fundamental es hacer presente en el cuerpo lo que lo moviliza. Porque en el momento del movimiento, el concepto se repliega y el cuerpo explaya su lenguaje.

“Poco importa que una reseña diga que una danza o performance habla de tal o cual tema si el cuerpo mismo no lo hace presente, si no lo experimenta haciendo carne el concepto.

“Por otro parte, el sentido en la creación artística no es puramente racional. El entendimiento es poroso y cambiante, y por ello desborda la razón y se interconecta con lo sensitivo, pero sobre todo con lo emocional.

“En ‘Catarsis Inmersiva’ reivindicamos la fuerza instintiva y ancestral del ritmo. ¡Bailábamos y cantábamos antes de erigir ciudades y atiborrar bibliotecas !

“Y si llega el fin del mundo, seguro que lo recibiríamos bailando. Como plegaria, como alabanza. Por disfrutar cada momento, hasta el último. Como una gran caricia de todo el ser a cada instante de vida.

Para nosotres el arte no es un lujo ni un sitio reservado para una elite intelectual, sino un asunto vital de primera necesidad que reafirma la condición salvaje de la existencia”.

Catarsis inmersiva, foto de Tomislav Ostoic

Catarsis inmersiva

Creación, dirección y diseño integral: Ninoska Soto y Gabriel Miranda.
Investigación corporal y performance: Carmen Gloria Soriano, Alexandra Miller, Camilo Fernández, Joaquín Leal, Ninoska Soto.
Diseño lumínico-sonoro: Gabriel Miranda.
Dirección corporal y vestuario: Ninoska Soto.
Registro fotográfico: Tomislav Ostoic (Cámara Escénica).
Registro audiovisual: Bruno Torres Meschi
Difusión RR.SS.: Joaquín Leal

Centro Cultural Palace
José Santiago Aldunate 599. Coquimbo. 17 y 18 de octubre. 19.00 horas.

Información importante: La obra utiliza luces intermitentes (estrobos) y no se recomienda a personas con epilepsia fotosensible.