Un bodeguero que realiza su habitual y solitario trabajo descubre que en sus ratos de descanso puede jugar con las cosas como si fuera un niño.

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

Así, gracias al uso sólo de recursos análogos, en “La conquista de lo inútil”, el ámbito que habita este hombre se convertirá en un espacio donde la imaginación se desborda hacia “una exploración del paso del tiempo, a través del movimiento y la transformación de las cosas, por medio de acciones aparentemente inútiles”.

Para la compañía Circo Virtual (“Lipika”, “El gran silencio”) y el numeroso equipo creativo, la propuesta busca asociar trabajo y ocio mediante ciertas acciones cotidianas, en una alianza que nada tiene que ver con perder el tiempo o hacer algo inútil.

La producción es el resultado de una investigación que comenzó en el centro Nau Ivanow (Barcelona) y siguió en nuestro país en Estación Mapocho, Espacio Checoslovaquia, Nave y GAM.

“Este cruce de ocio y trabajo, a través del circo contemporáneo y el teatro, se torna familiar y profundo. Pronto se descubre que los momentos de descanso ayudan a pensar y a transformar la realidad”, dice Juan Pablo Corvalán, responsable del concepto, la dramaturgia, la interpretación y la dirección de “La conquista de lo inútil”.

La conquista de lo inútil, foto de 0@maglioperez

Discrepancias y coincidencias

¿A qué acciones sencillas recurre el bodeguero?

“El hombre pasa sus días trabajando en una organizada rutina de acciones, hasta que algo le llama la atención: sus gestos cotidianos. A partir de allí, esa rutina se le hace sorprendente, las cosas le sugieren narrativas. Entonces, viene la pregunta: ¿Hay algo realmente útil en nuestro quehacer cotidiano o todo es un absurdo?

“Esta dicotomía que observa entre trabajo que realiza (ordenar, limpiar) y ocio, es decir, con los momentos de descanso, leer, tomar té o mirar las goteras… le permiten pensar su realidad y transformarla. Y es allí cuando aparece lo sorprendente”.

¿Pero qué elementos cotidianos lo rodean?

“Bolsas de pan, un radiocasete analógico, cajas, cintas…Quisimos que estuviera desconectado de la tecnología digital. También escucha música, algo que le va cambiando la percepción de la realidad: hace volar las cintas, hay cosas que aparecen y desaparecen. Muchas sorpresas”.

¿A veces se asusta con las sorpresas?

“Se asusta, se ríe, se enoja, se duerme, sueña. Viaja a la India, baila y vive muchas otras realidades. Está tranquilo”.

La conquista de lo inútil, foto de 0@maglioperez

Análogo y corporal

¿Cómo se mueve todo sin la tecnología?

“Con mecanismos análogos. Nos volcamos a lo más simple, a lo manual, también revisamos videos, alejados de la tecnología. Provocamos con esto un contraste con la realidad. Y volvemos a jugar como los niños, a soñar…

“Utilizamos poleas y cuerdas, ventiladores industriales… Hay magia, a veces el público ve el recurso usado, pero no el personaje. Pero por sobre todo mucho amor”.

La capacidad expresiva corporal del bodeguero es fundamental…

“Sí. Utilizo la técnica corporal del clown, algo más cercano a Chaplin y Keaton, al payaso erróneo. Bailo y también recurro a destrezas de acrobacias menos peligrosas. En la obra no hay texto hablado, sino una especie de idioma transversal.

“Mi personaje baila y canta con la música de la casetera, conversa con la radio. Como está solo crea dinámicas para comunicarse con los objetos que lo rodean.

“En estos tiempos frenéticos es importante darse el tiempo para observar lo que hacemos a diario, retomar el espacio del ocio como una posibilidad para que otras cosas sucedan”.

¿De alguna manera criticas la tecnología?

“No a la tecnología, sino a esa conducta de pasar pegados al teléfono. El bodeguero, aunque se encuentra solo en su lugar de trabajo, no se aburre, sino que disfruta la soledad y los momentos de descanso y ocio”.

La conquista de lo inútil, foto de 0@maglioperez

La conquista de lo inútil

Concepto, dramaturgia, interpretación y dirección: Juan Pablo Corvalán
Diseño integral: Catalina Devia

Diseño iluminación y jefe técnico: Julio Escobar
Creación musical: Alejandra Jani Muñoz
Acompañamiento teórico, mirada externa, co-dramaturgia escénica: Ana Harcha
Acompañamiento coreográfico: Francisca Sazié
Diseño técnico multimedia y aerodinámico: Camilo Ramírez
Asesoría en ilusionismo: Arturo Fuenzalida
Apoyo técnico y colaboración: Esteban Amaya, Marcelo Troncoso, Victoria Paz
Registro udiovisual y fotográfico: Camilo Ramírez, Andrea Serrano, Nave, Franco Berríos Heredia, Espacio Checoeslovaquia
Colaboradores: Espacio Checoeslovaquia, Centro Nave, Centro Cultural Gam, Fundación Santiago Off, Fundación Cuerpo Sur, Centro Cultural Estación Mapocho
Residencias: Nau Ivanow (Barcelona), Espacio Checoeslovaquia, Centro Nave, Centro Cultural Gabriela Mistral GAM, Centro Cultural Estación Mapocho| Colaboradores residencias 2023: Javiera Osorio Ghigliotto, Rodrigo Latorre, Nicolás Zapata
Coproducción: Espacio Checoeslovaquia y Circo Virtual
Comunicaciones: Circo Virtual
Producción Circo Virtual e Inés Bascuñán

GAM

Miércoles a viernes (excepto 2 oct), 19.00 horas.
Entrada general, $ 8.000; estudiantes y personas con discapacidad, $ 6.000; personas mayores y domingo, $ 5.600.
Hasta el 04 octubre 2024.

Créditos: 0@maglioperez