Una familia viaja a la playa, donde está el abuelo. Es una casa muy sencilla, con problemas, como tener la chapa mala o la electricidad se corta con frecuencia. Pero es la casa donde han ido de vacaciones durante 25 años.
Todo podría ser como cada verano, como tantos veranos. Pero el abuelo fallece. Sin embargo, podrían continuar los ritos, las dinámicas si no fuera porque quieren construir un hotel y “están comprando todas las casas de por aquí”.
Entonces, surgen los verdaderos conflictos. Los que generan el dinero y una determinada forma de desarrollo y modernidad.
Inspiración
“Viví una experiencia muy bonita cuando un compañero de curso –director de foto de la película– me invitó a pasar las vacaciones con su familia. Me llamó mucho la atención la dinámica familiar que ellos sostenían y en el contexto bajo lo que ellos lo tenían”, relata Taiyo Yamazaki Herrera, director de la película.
“Era una casa que tenía muchas fallas, se pasaba frío en la noche, se bañaban con un balde o había una sola manilla para todas las puertas, pero a pesar de eso la familia veía ese lugar que arrendaban como algo sagrado, desde generaciones anteriores. Desde ahí nace la idea de querer retratar la dinámica familiar en verano”, agrega.
“Esta es una película que tiene momentos de verdad y que evoca mucho a la nostalgia. Durante la escritura del guion falleció mi papá, lo que no es fácil para nadie. Quise rescatar ese espíritu de la familia que, a pesar de las desgracias, siguen avanzando y yendo a ese lugar, pase lo que les pase, durante el año”.
Rito de clase media
Gracias por venir es una película poco pretenciosa. Sin grandes acontecimientos, pero que, para muchos, será como un espejo. Porque la ópera prima de Taiyo Yamazaki refleja situaciones, dinámicas e, incluso, ritos de vacaciones en la playa.
Es un retrato de cierta clase media que logra tener -ya sea propia o arrendada- una casa para irse de vacaciones o a pasar fines de semana. Y establecer así, un rito familiar que constituye, que pasa a formar parte de la identidad, de la memoria del grupo. Uno donde lo mínimo o pocas cosas bastan, sin importar lo imperfercto, ni los desperfectos.
Gracias por venir
La película Gracias por venir es una película que muestra, en gran medida, una realidad que, rápidamente, desaparece. Primero, por los desplazamientos o expulsiones que provocan los grandes proyectos inmobiliarios o turísticos.
Lo segundo, porque más allá de presentar hijos todavía bastante apegados a los padres, casi no hay celulares. En este sentido, muestra un cambio de dinámicas, con las posibles consecuencias de las situaciones actuales. Como las dificultades del estar, del compartir junto al fuego, mirando las estrellas, sin interrupciones o “extraviarse” en las redes.
Sin ser una gran película, Gracias por venir presenta una cotidianidad e intimidad que provocarán, en muchos, identificación, melancolía y un sentido de identidad.
Gracias por venir
Director: Taiyo Yamazaki
Guion: Taiyo Yamazaki, Cristóbal Acevedo
Elenco: Daniel Candia, Alejandra Yañez, Igor Cantillana, América Navarro, Roberto Villena, Daniela Fredes, Alejandro Trejo
Compañía productora: Cine UDD
Producción: Nicolás Heimrich Morales, Abbril Ayala
Dirección de fotografía: Piero Bravo
Dirección de arte: Pedro Roca
Montaje: Antonia Quiroz Bruce
Sonido: Cristóbal Acevedo
País de origen: Chile
Género: Ficción, drama
Festivales
Buenos Aires Province International Film Festival (FICPBA) – Premiere Mundial
ExGround International Film Festival – Premiere Europea
