El Ministerio de Educación ha puesto a disposición de la ciudadanía la propuesta de Actualización de las Bases Curriculares de 1° básico a 2° medio. Este es un tremendo desafío anidado en la necesidad de armonizar esta propuesta con las bases curriculares vigentes.

También, es una gran oportunidad de fortalecer las deficiencias del medio socio educativo, que quedaron en evidencia a partir de la pandemia por COVID-19 y procesos como las diferentes movilizaciones que ha catalizado nuestra sociedad en las últimas décadas, visibilizando los graves problemas de desigualdad de nuestro país.

Revisamos la propuesta en su síntesis general y específicamente la renombrada asignatura de “Historia, Geografía y Educación Ciudadana”, para hacer un balance inicial de las fortalezas y desafíos de esta proposición, y abrir un debate convergente a la mejora y valoración de tan compleja tarea para quienes trabajamos en la educación.

Modelar identidad

Partimos del entendimiento de que el currículum educacional es un instrumento político, puesto que da cuenta de la cuna de la nación modelando, en la Educación Parvularia y en doce años de escolaridad, su identidad, sus principios sobre el bien común, la socialización comunitaria -ética y moral- la relación con el entorno natural, la construcción del pensamiento político, creativo, emocional, la cultura, la otredad, la subalternidad y, por supuesto, la preparación para la vida cívica y democrática, entre muchos otros aspectos vitales y comunes.

El currículum escolar es la fotografía de las necesidades de un momento histórico en una nación, pero también es un proyecto de cómo subsanarlas. Considerando esta compleja dimensión, la propuesta de actualización curricular del Mineduc se define en sí misma como una experiencia educativa garante de similares experiencias de enseñanza y aprendizaje, que aúne bagajes culturales compartidos, cohesión e integración social, basada en el principio de equidad en el acceso al conocimiento en el marco de una sociedad democrática e inclusiva.

Proceso democrático

Destacamos los esfuerzos que ha hecho la Unidad de Currículum del Mineduc por hacer de este proceso un camino democrático mediante instancias de diagnóstico y participación de los diferentes actores del sistema socioeducativo.

Ejemplo de ello es el Congreso Pedagógico y Curricular 2023, que incentivó la participación ciudadana y, a su vez, permitió legitimar la información y la toma de decisiones desde las comunidades educativas. Además, se generó un levantamiento de información desde el análisis de políticas comparadas de diversos países que han realizado cambio curricular en el último tiempo, se consideró todo lo aprendido luego de la urgencia que significó tener que priorizar las Bases Curriculares en el contexto de la pandemia y se analizó literatura especializada en currículum y literatura académica que permitió actualizar los modos de enseñar y aprender las distintas disciplinas.

Asimismo, antes de definir la propuesta como definitiva, se abrirán varias instancias de debate público, asegurando que este diálogo no se aloje solo en el mundo académico.

Necesidades actuales

Desde nuestra perspectiva, esta metodología generó una actualización en función de las necesidades que han surgido en los últimos años (vinculadas a los problemas socialmente relevantes, al desarrollo del bienestar emocional, a la convivencia escolar, entre otros). Y, del mismo modo, se han reexaminado las áreas disciplinares de las diferentes asignaturas con un enfoque de progresión y trayectoria del sujeto que aprende, integrando en ellas los Objetivos de Aprendizajes Transversales (OAT) de manera más concreta y concisa, entre los que destacamos: bienestar socioemocional, afectividad y sexualidad, desarrollo espiritual, vida en comunidad y diversidad, democracia, Derechos Humanos y memoria, educación ambiental, identidad y pertenencia, ciudadanía digital.

Creemos que el fortalecimiento de la Educación Ciudadana es un tremendo progreso para una sociedad que pide a gritos más herramientas para lidiar con el consenso y el disenso. Esto se materializa en un enfoque interpretativo y crítico que opera desde la subjetividad en el entendimiento del mundo y las habilidades para cuestionar y analizar las estructuras de poder, la desigualdad y las injusticas, aportando a la construcción de sujetos con pensamiento crítico con poder para hacer transformaciones que aporten a la justicia social y la defensa de los derechos humanos.

Además, hay un valorable reconocimiento a la intradisciplinariedad de nuestra asignatura, en la que se entiende la fusión vital de entender los fenómenos pasados, presentes y futuros desde el pensamiento histórico, geográfico y de las ciencias sociales mediante la progresión desde lo propio, lo común y lo global.

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Desigualdad y brechas

Hasta aquí compartimos con grandes expectativas esta propuesta. Pero debemos ver el panorama en su integridad. Esto significa que este currículum es una propuesta educativa ideal que de ser aprobada se enfrentará a la educación real, llena de progreso, pero también de desigualdad y brechas socio territoriales que hasta hoy no han resuelto.

¿Creemos que el Ministerio está siendo ingenuo en el proceso? No, pero sí que esta propuesta genera una gran paradoja: la misma brecha que se intenta disminuir será la que genere los desafíos de su implementación.

La propuesta de actualización busca fortalecer aspectos evidenciados en el levantamiento de información, como permitir que sea un currículum más flexible. Pero ¿cómo se hace compatible un currículum flexible con una anquilosada tradición de aprendizajes centrados en el contenido y que segmenta los ámbitos de conocimiento (artes, humanidades, ciencias naturales y humanas, formación técnico profesional, etc.)? ¿Cómo se evaluará este currículum flexible con evaluaciones estandarizadas?

A lo anterior se suma la realidad docente, abrumadora y precarizada en muchas dimensiones, no solo económicas, también de seguridad y socioemocionales, que requerirá de un proceso de apropiación curricular que dependerá de las posibilidades que su contexto le permita.

Esta innovación curricular que definimos como vanguardista, que busca implementar nuevas temáticas como la educación financiera, los desafíos tecnológicos, la educación ciudadana activa y el desarrollo de la lectura y escritura de manera transversal ¿tiene considerado la preparación docente tanto de profesionales en ejercicio como en formación? ¿El sistema educativo chileno y la formación inicial docente están preparados para implementar todas estas innovaciones? ¿Cómo se armoniza esta actualización de bases curriculares con los nuevos estándares de la profesión docente publicados en 2021 y que ni si quiera han sido abordados por la Evaluación Nacional Diagnóstica?

En resumen

Consideramos que esta propuesta es un avance para nuestras niñas, niños y jóvenes, ciudadanos en formación escolar. Sin embargo, necesita mucha claridad respecto de cómo se planificará su aterrizaje para ser compatible con un sistema educativo desigual y con un ethos de comunidades pedagógicas despolitizadas en términos formativos. Esperamos que en la fase de ajuste, posterior a la consulta, se consideren las diversas inquietudes que se están detectando y planteando desde las diferentes veredas educativas, para que la macro política sea realmente un aporte a los espacios micropolíticos escolares.

Dra. Natalia Contreras Quiroz
Jefa de carrera de Pedagogía en Historia y Geografía, UCSH

Mag. Daniela Vásquez Bravo
Académica carrera de Pedagogía en Historia y Geografía, UCSH