Sergio Guataquira Sarmiento es cineasta, vive en Europa hace muchos años. Es indígena, pero ha renegado de sus orígenes. Pero una noticia sobre el alto número de suicidios entre indígenas colombianos le ronda.

Entonces, Sergio Guataquira Sarmiento decide ir a ver qué pasa. Y, por supuesto, buscar esas raíces que son imborrables en su cuerpo y son evidentes en su apellido.

Motivación

“La génesis se remonta a muchos años. De hecho, viene de un artículo descubierto en la prensa colombiana, en el diario “El Espectador”. El artículo trataba sobre las olas de suicidios que afectaron a las comunidades autóctonas amazónicas. Fue esta situación la que estuvo en la base de mis deseos de realizar una película. Esta historia dramática también hizo eco en mi porque soy descendiente de comunidades amerindias que fueron diezmadas. El suicidio me interpelaba tanto más porque es una práctica que no pertenecía a la cultura local. Es claramente considerada como una enfermedad occidental que actualmente les afecta”, cuenta el director.

“Al final, el punto de partida, que era la epidemia de suicidios, se fue transformando a medida que realizábamos nuestra inmersión. Intentamos, con el personaje principal, partir sobre un pie de igualdad y que nuestra aproximación se adaptase a lo que experimentamos más que calcar la realidad sobre nuestros deseos. Muy pronto, Laureano Gallego López, el personaje principal, señaló la cuestión de la indianidad. Me dijo que sentía claramente mi deseo de pertenecer a este grupo. A través del encuentro, también quise darle la oportunidad de dirigir la película, el tema y dejarle iniciar la discusión y la forma de relación que tendríamos. Finalmente, en contacto con ellos, mi aprendizaje de la indianidad tomó el lugar del tema del suicidio. Fue una verdadera elección”.

Regresar a las raíces

Adieu Suavage parte con la confesión de su director de que, cuando era niño, se burlaban de su apellido indígena. “Me daba vergüenza tenerlo”, reconoce con su voz en off. Otros indígenas se cambiaron sus apellidos, pero su familia estaba orgullosa de ser indígenas…

Abordado como un diario de viaje íntimo, Sergio Guataquira Sarmiento filma su encuentro con las poblaciones indígenas de Colombia. Él dejó el país a los 19 años para estudiar en Europa. Residente en Bruselas, Bélgica, se embarcó para su aventura fílmica, con el apoyo de las instituciones belgas de ayuda a la creación audiovisual.

Mirada occidental, mirada indígena

Adieu Sauvage parte cuestionando las formas en que el cine suele acercarse a las comunidades originarias. A las periferias. A aquellos que considera inferiores, atrasados, salvajes. Sujetos de caridad, de lástima.

“Cuando comenzamos a pensar en la mejor manera de acercarnos a nuestro tema, rápidamente reflexionamos sobre lo que nosotros representábamos y lo que hacíamos allí para no dejar esta impresión de ir a hacer compras, de tomar lo que querías y luego irte. Es un proceso de colonización cultural o incluso de colonización académica, venga de un realizador, un sociólogo o un antropólogo. Una dinámica en que uno viene, una vez más, a explotar a estas personas.
Sergio Guataquira Sarmiento (Bogotá en 1987) y su equipo tratan de integrarse a la comunidad. De ayudar en su cotidianidad y, desde ahí, establecer lazos, confianzas y entenderlos.

“La pregunta, en tanto que director documentalista en ese momento, era saber en qué momento sacar la cámara; en qué momento la película empieza. Mi director de fotografía y mi ingeniero de sonido confiaron completamente en mí en este sentido. Pienso, por ejemplo, en la escena donde la gente se lava en el río. Es uno de los primeros planos que filmamos. Mi director de fotografía mostró cierta reticencia a filmar ese momento porque acabábamos de llegar y no quería capturar de inmediato ese momento de intimidad. Todo está calibrado y cada persona ocupa un lugar determinado. Eso está profundamente anclado en ellos.

“Por ejemplo, la muerte no es un problema, el duelo no ocupa un lugar importante. Lo que es importante cuando alguien ha muerto, no es tanto la tristeza y el vacío que deja, sino más bien la cuestión de quién reemplazará a esa persona en la comunidad para realizar el trabajo que hacía. Si yo quería ganar la confianza para realizar una película con ellos, era necesario que pudiera aportar lo que nunca han recibido de un occidental. Nos encargábamos de la madera, cortábamos árboles en el bosque, trabajábamos en las casas de los habitantes y así comenzamos a establecer una relación”.

Festival de Cine Europeo

Blanco y negro

Desde el principio, eligió el blanco y negro para romper inmediatamente la dinámica de su atracción por la pureza original de la fauna, la flora y «lo bien salvaje».

“Hay una razón artística, pero también una razón que está relacionada con el tema de la película. Hace varios años, cuando estaba en la Escuela de Bellas Artes de Poitiers, vi una entrevista a Robby Müller, el director de fotografía de la película “Down By Law” de Jim Jarmusch. Él hablaba sobre la cuestión del color en el cine. En aquel entonces, decía que el color es un elemento de lectura de una película. Cuando se presenta una película, el sonido, el color, los encuadres, las lentes, el montaje, la actuación de los actores… Cada elemento es una capa de información.

“Se debe partir del principio de que el cine no es la vida real, sino un elemento construido, diseñado y pensado de antemano. Por qué elegir el color si no aporta ninguna información necesaria. Otra razón importante es que el color en la Amazonia ha sido frecuentemente utilizado para exotizar. Quisimos eliminar este elemento de la selva para ofrecer una lectura más neutral que me lleva al tercer punto. Es como una cebolla. Es quitando capas que llegamos al corazón. Mi elección es quitar el color para que el público no tenga que digerirlo y pueda ir directamente al meollo del asunto. Es una especie de atajo. Ted Grant, el fotógrafo canadiense, afirmaba que el color era para fotografiar ropa; el blanco y negro, para fotografiar almas”.

Festival de Cine Europeo

Premio y Festival de Cine Europeo

Adieu Sauvage debutó en el festival internacional de documentales Cinéma du Réel (“Cine de lo Real”). En esa ocasión recibió el premio Magritte al mejor documental.

Ahora llegará a Chile. El filme, aportado por la Representación Valonia Bruselas, parte de la Embajada del Reino de Bélgica, será parte del Festival de Cine Europeo, que se realizará entre el 5 y el 16 de junio, con entrada liberada.

Este año, el Festival de Cine Europeo se realizará desde Arica a Coyhaique–, con una alianza con la Red de Salas de Cine de Chile. El Festival es una actividad coordinada por la Delegación de la Unión Europea en Chile, en conjunto con los centros culturales europeos y países europeos participantes. Auspicia Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Funciones

Todas las funciones son con entrada liberada.

Viernes 7 de Junio. A las 20:00 hrs. Cineteca Nacional, Santiago Centro; Metropolitana.

Sábado 8 de Junio. A las 17:00 hrs. Sala Nemesio, La Reina; Metropolitana.

Viernes 14 de Junio. A las 21:00 hrs. CasaVerde, Los Andes; Valparaíso.

Festival de Cine Europeo

Adieu Sauvage

Dirección: Sergio Guataquira Sarmiento.
Género: Documental.
País: Bélgica, Valonia – Bruselas.
Año: 2022.
Duración: 90 minutos

26° Festival de Cine Europeo
Del 5 al 16 de junio
Santiago y regiones
Gratuito

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Sitio Web festivalcineeuropeo.cl