“Recabarren Escena Obrera, entre la pluma y la pólvora” valora como patrimonio cultural inmaterial el legado de Luis Emilio Recabarren.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
“Arte revolucionario”. Así define la actriz, directora e investigadora Valeria Yáñez la invisibilizada actividad teatral que desarrolló este líder político y social cuando organizaba a los trabajadores del salitre del norte del país, a principios del siglo XX.
El libro “Recabarren Escena Obrera, entre la pluma y la pólvora”, que se lanza precisamente en el Día Nacional del Teatro, se sustenta en la gran cantidad de documentación que se recogió revisando la prensa, folletos, poemas, obras de teatro y trabajos bibliográficos, un “material nunca antes expuesto”.
El objetivo de esta investigación y estudio es traer a la actualidad la figura de Luis Emilio Recabarren (1876-1924) en tanto “activador cultural”, para “rescatar la tradición teatral de la época de la cual fue precursor”, agrega la autora.
El libro fue presentado en febrero, en el Museo Regional de Iquique, por Iván Vera Pinto, académico de la Universidad Arturo Prat; mientras que en Antofagasta, en la Casa Cultural Socialista Desierto Rojo, lo hizo Arlette Ibarra Valenzuela, actriz, dramaturga y académica de la carrera de Artes Escénicas de la Universidad de Antofagasta.
“Queremos transmitir a las nuevas generaciones vinculadas a la creación teatral, estudiantes, artistas e intelectuales, el rol fundamental de la expresión cultural como herramienta de formación de conciencia de clase”, enfatiza la actriz e investigadora Valeria Yáñez Álvarez.
Teatro y organización
¿Hace falta rescatar a Recabarren para la escena chilena?
“De todas maneras. Investigar y compilar una etapa fundamental del teatro obrero significa enriquecer la historia teatral de nuestro país que hasta ahora no da cuenta del aporte del teatro obrero y popular.
“El teatro obrero está relacionado con la experiencia de organización de los trabajadores y de la lucha por generar nuevos espacios de encuentro, además de rescatar la creación escénica”.
¿Qué rasgos relevantes destaca del teatro obrero?
“Si uno se fija, todavía hay división entre quienes hacen arte y las grandes mayorías, lo que es muy importante observar ya que el teatro obrero era un espacio de expresión propia. Eso era el teatro obrero a principios del siglo XX.
“No sólo era teatro para divertirse, sino para generar identidad propia, algo que se ha perdido. En los espacios creados por los trabajadores se mezclaba la vida, eran para compartir, discutir, comer, debatir sobre política y el acontecer nacional. Eran espacios colectivos que luchaban por la emancipación social y enfrentar las condiciones brutales existentes en las salitreras.
“La investigación nuestra es sobre un período previo al surgimiento de los sindicatos, a principios del siglo XX. Es previa a la existencia de la clase obrera como sujeto”.
Disputa cultural
Recabarren relacionó el teatro con la actividad política…
“Sí. De teatro fueron las primeras organizaciones que fundó Recabarren, hasta llegar al grupo Arte y Revolución que encabezó la disputa cultural por crear un imaginario político obrero.
“Así como la oligarquía fundó grandes salas, el teatro obrero de Recabarren planteó opulencia versus trabajo, en una época en que la expectativa de vida era muy baja por las pésimas condiciones laborales.
“En su obra ´Desdicha obrera’, la protagonista es Rebeldía, destacando la figura de las mujeres cuando ni siquiera eran consideradas ciudadanas: para Recabarren la mujer era un sujeto transformador”.
¿En qué términos asumió la llamada disputa cultural?
“Es uno de los elementos fundamentales de su teatro. Junto con poner en primera línea el conflicto de clases, dinámicas que se fueron perdiendo durante las dictaduras chilenas.
“En el actual liberalismo y progresismo que vivimos, se ha eliminado el lenguaje de clases. Ha crecido la clase trabajadora en el mundo, con una enorme fragmentación social. Pero no su organización ni su conciencia política, dejando en el olvido la lucha por no ser parte de la cultura hegemónica.
“Los soportes del teatro obrero chileno son la educación y el desarrollo de la conciencia. Es una expresión de la cultura que somete a la crítica el arte burgués, sin negarlo. ‘Ricos y pobres’, escrito para el centenario de Chile, es uno de los textos que analizo en el libro.
“La disputa cultural significaba para la clase obrera tener conciencia de la necesidad de generar una cultura humana, tener una concepción de mundo, rechazar el determinismo social y forjar su propio destino”.
Recabarren Escena Obrera, entre la pluma y la pólvora
En el Día Nacional del Teatro
Autora: Valeria Yáñez Álvarez
Presentan: Alberto Kurapel, actor, dramaturgo, director, Premio a las Artes Escénicas Nacionales Presidente de la República 2023
Dauno Totoro, licenciado en historia y dirigente del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR)
Colabora: Editorial Ideas Socialistas
Financia: Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, convocatoria 2021.
Casa Marx. Espacio Cultural y Socialista
Verdi 112. San Joaquín.
Sábado 11 de mayo 2024, 17.00 horas.