"Cuando filmamos la película, hace un año, había un ambiente político muy distinto al que tenemos hoy en día. Había una sensación de esperanza, de cambio, porque estábamos a punto de cambiar la constitución de Pinochet", recuerda Paula Luchsinger sobre el estreno de "El Conde". Por lejos, la película más provocadora de Pablo Larraín hasta la fecha.
Hoy jueves 7 de septiembre debuta en salas de cine locales “El Conde”, la nueva película de Pablo Larraín donde imagina al dictador Augusto Pinochet como un vampiro que decide renunciar a su inmortalidad. Con Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer y Paula Luchsinger en el elenco, el filme destaca como uno de los más osados del laureado cineasta local.
Con guion de Larraín y Guillermo Calderón (“El Club”, “Neruda”, “Una mujer fantástica”), la cinta propone una comedia negra de terror que recrea un universo paralelo donde Pinochet goza de vida eterna, bebiendo sangre humana, escondido en una mansión en ruinas del extremo sur del continente.
“Cuando supe del Pinochet vampiro no me lo imaginaba, fue bien sorprendente, pero también es una metáfora súper importante para el momento donde estamos: en pleno resurgimiento de la extrema derecha. Entonces, la presencia de Pinochet como un vampiro inmortal se hace (hoy) más presente que nunca”, cuenta Luchsinger a BioBioChile,cuyo arribo a “El Conde” se produjo, literalmente, en un día.
“El proceso fue por un casting. Yo tenía ganas de trabajar de nuevo con Pablo, y fue rápido: una prueba de 20 minutos. Estaba caminando a mi casa y me llamaron para contarme que había quedado”, recordó.
En el elenco, la actriz de las teleseries de Mega comparte reparto con Jaime Vadell (en el rol de Pinochet), Gloria Münchmeyer (como Lucía), Alfredo Castro, Catalina Guerra, Marcial Tagle, Amparo Noguera, Diego Muñoz y Antonia Zegers.
Filmada en blanco y negro y con una cámara Arri Alexa Monochrom (ajustada especialmente para la película), “El Conde” tuvo un auspicioso debut en el Festival de Cine de Venecia, donde en su premier recibió una ovación de cinco minutos.
Pese a los buenos augurios en el extranjero, la nueva apuesta de Larraín -que debuta en formato físico cuatro días antes de la conmemoración de los 50 años del Golpe Militar de 1973- no ha estado exenta de críticas, la mayoría divulgadas en plataformas digitales a raíz del prontuario del dictador que inspira la historia.
“Fue una experiencia muy linda (estar en el Festival de Venecia), representar a nuestro país y el cine hecho en Chile, que es de muy alto nivel, y sobre todo con esta película en la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado; creo que es una película muy necesaria. Estaba muy nerviosa, pero el recibimiento fue muy bueno. Para la parte estética, me ayudó Fernanda Zamora“, recuerda la actriz que encarna a Carmencita, una religiosa que llega al sur a exorcizar al dictador.
(P): Hay un tono satírico en el filme que podría incomodar a las víctimas, o a quienes se sientan susceptibles al daño que originó la dictadura en Chile. ¿Qué le dirías a quienes se sienten ofendidos, o tienen un resquemor ante este estreno?
(R): Quiero ser muy clara en esto: nunca quisimos ser irrespetuosos con las víctimas. Esta película utiliza la sátira para denunciar el horror de la dictadura.
(P): ¿Crees que hay que “faltarle el respeto” a la figura de Pinochet en los productos culturales sobre la dictadura; para así aproximarse al dictador?
(R): Esta película es muy importante porque es la primera que muestra a Pinochet y lo pone en el centro; lo expone. Es importante decir que mi personaje, a través de las entrevistas que le hace, sólo expone datos verdaderos de la dictadura y de lo que hizo. Y en este momento, a 50 años del golpe, donde desafortunadamente hay un resurgimiento de la extrema derecha, es completamente necesario recordar y denunciar el horror de la dictadura para que nunca vuelva a pasar.
(P): Dijiste en Venecia a raíz de El Conde: “Desafortunadamente hoy en día hay un resurgimiento de la figura de Pinochet, de la extrema derecha en Chile (…). Esta película nos advierte del peligro que podemos correr si empezamos a cuestionar la democracia y los derechos humanos”. ¿Crees que estamos ad portas de ese peligro teniendo en cuenta el proceso constituyente en curso?
(R): Espero que no estemos en un proceso parecido, por el bien de nuestra democracia. Creo que estamos en un momento muy polarizado, sin duda. Cuando filmamos la película, hace un año, había un ambiente político muy distinto al que tenemos hoy en día. Había una sensación de esperanza, de cambio, porque estábamos a punto de cambiar la constitución de Pinochet al fin, en un plebiscito. Hoy las condiciones son muy distintas.
El nuevo proceso está siendo liderado, y lo veo muy peligrosamente, por un partido de extrema derecha, y como decía, es necesario recordar el horror de la dictadura y también es necesario recordar que aquí no hubo justicia. Y cuando hay impunidad, estas figuras se siguen perpetuando en la historia. Creo que tenemos que tomar conciencia de eso. Yo espero que más allá de la ideología de las personas, vayan a ver este película, porque es muy necesaria para nuestra democracia. Porque es un proceso que se está construyendo día a día y nunca hay que darla por sentada.
(P): ¿Qué te ocurre a ti en estos días previos a la conmemoración del golpe?
(R): Me conmueve. Lo que pasó en la dictadura es injustificable, un quiebre democrático es injustificable, la violación a los DD.HH.es injustificable; me emociona un poco… Porque no puedo entender cómo todavía hay gente que lo sigue justificando. La justicia es el camino que tenemos que tomar como país para al fin poder sanar las heridas que siguen existiendo. Hay mucha impunidad, mucha falta de justicia. Y de verdad espero que en algún minuto haya reconocimiento de todo lo que pasó. Y que las víctimas tengan justicia.
(P): Coincidirán tres películas chilenas en cartelera: Allanamiento, El Conde y La Memoria Infinita. ¿Es un despropósito para la industria tener tres filmes locales compitiendo?
(R): Lo veo como una oportunidad. Creo que el cine chileno es de primer nivel, y estoy muy contenta que hayan más producciones. Tenemos que ir a ver las tres películas.