Por Roberto Manríquez
La relación de cada uno de nosotros con los insectos suele ser destructiva. Desde pequeños estamos acostumbrados a destruirles sin más, muchas veces alentados por familiares y amigos. Esto que plantea una interrogante moral sobre nuestra relación con la naturaleza, desde hace no tantas décadas se ha convertido también en una interrogante sobre nuestra propia existencia.
La extinción masiva de insectos puede anticipar solo por poco tiempo un destino similar para los humanos. En esta entrevista, Dave Goulson, biólogo y profesor de la Universidad de Sussex, advierte que “en India y China ya comienza a ser natural ver procesos de polinización a mano”.
El autor, que se encuentra actualmente presentando “Planeta silencioso. Las consecuencias de un mundo sin insectos” (Editorial Crítica), propone formas para revertir lo que el mismo ha definido como un apocalipsis de insectos.
Insecto suele ser una palabra con mala prensa, a veces se usa como insulto, eso algo dice de nosotros los humanos
“Creo que tenemos un sesgo innato para preferir criaturas grandes, coloridas o peludas. Para nosotros, los insectos son tan pequeños que es fácil ignorarlos. Y si uno los mira de cerca, parecen pequeños extraterrestres, ya que son muy diferentes a nosotros en forma y estructura. Nos cuesta sentir empatía por ellos.”
Esa visión con desdén y desprecio ha contribuido a destruirlos sin más. No nos sirven, puedo destruirlo. ¿Por qué?
“Lamentablemente, muchas personas consideran que la naturaleza existe únicamente para nuestro beneficio, para ser explotada o destruida según nos convenga.
“Nos vemos a nosotros mismos y a nuestro propio bienestar como de suma importancia. Por supuesto, si entendiéramos realmente la naturaleza, nos daríamos cuenta de que no podemos sobrevivir sin ella.”
¿Cuánto sabemos de insectos? Noam Chomsky ha dicho que en términos de lenguaje hay más similitudes entre el lenguaje de los humanos y el lenguaje de los insectos que el lenguaje humano en comparación con otros animales.
“Hay una cantidad casi infinita de insectos que no sabemos. Se cree que solo hemos descubierto quizás una cuarta parte de las especies de insectos en nuestro planeta. De los 1,1 millones que han sido nombrados formalmente por la ciencia, no sabemos casi nada sobre el 99% de ellos.
“Creo que no estoy de acuerdo con Noam Chomsky: gran parte de la comunicación de los insectos se realiza mediante feromonas, que apenas usamos. La danza de meneo de las abejas es un raro ejemplo de insectos que transmiten información compleja; la dirección y la distancia a lugares con flores.
“Por el contrario, la comunicación de los insectos suele ser muy simple, aunque algunos insectos aún logran organizar sociedades muy complejas solo con mensajes muy simples.”
En el mundo hispano hay una imagen (o meme) en la que aparece una abeja que hablando a un observador humano le dice “si yo me extingo, tú te extingues” ¿es correcto ese razonamiento?
“También se afirma que Albert Einstein dijo que si las abejas desaparecieran, la humanidad tendría solo 4 años de vida, pero dudo que realmente haya dicho esto. Sería más exacto decir que si las abejas y otros insectos polinizadores se extinguieran, millones de humanos morirían de hambre”.
¿Es correcto decir que estamos en presencia de una extinción masiva de insectos y que esto tendrá repercusiones humanas?
“Estamos en un evento de extinción masiva global, el sexto en la historia de la Tierra, pero el primero provocado por una especie viva: nosotros.
“Las tasas de extinción son aproximadamente 1000 veces superiores a la tasa natural y se están acelerando. Dado que los insectos comprenden alrededor del 70% de las especies conocidas, muchas de las que se extinguen son insectos.
“Además de las extinciones, muchos insectos que alguna vez fueron comunes han sufrido una disminución masiva en su abundancia.”
¿El calentamiento global ha acelerado esta extinción masiva?
“Sí, el aumento de las temperaturas más la frecuencia cada vez mayor de tormentas, inundaciones, sequías e incendios forestales están afectando a las poblaciones de insectos ya agotadas. El cambio climático será la gota que colmó el vaso para algunos.”
¿Qué podemos hacer para evitar este apocalipsis?
“La sección final de mi libro (“Planeta silencioso. Las consecuencias de un mundo sin insectos”) está dedicada a explicar las muchas cosas que todos podemos hacer para ayudar.
“Los jardines y otros espacios verdes urbanos pueden convertirse fácilmente en refugios para los insectos. Necesitamos encontrar formas más sostenibles de agricultura, y todos podemos ayudar comprando productos orgánicos locales, de temporada y comiendo menos carne. También deberíamos votar por políticos que prioricen el cuidado de nuestro medio ambiente; realmente no hay planeta B.”