Por Leopoldo Pulgar Ibarra

En este montaje, y sobre “un espacio circular, dispuesto para el sudor, la protesta, la embriaguez y la esperanza”, rodeado por un circuito lumínico-sonoro destellante y enervante, el grupo de danza despliega el resultado de una investigación corporal/performática en torno al concepto “catarsis”.

Cómo habitar el presente convulso-vertiginoso y mirar al futuro incierto es una de las ideas motrices de esta producción que, sobre el escenario, desarrolla una gigantesca energía corporal en la que los intérpretes “se ofrendan” en escena buscando alcanzar “un permanente estado de catarsis”, como dicen sus realizadores, Ninoska Soto y Gabriel Miranda.

Según el investigador escénico Nicolás Villavicencio, esta propuesta “desborda la danza, disciplina de base, y con un suelo duro en la experimentación se descuelga de cualquier otro intento breve y minúsculo en los deslucidos nuevos lenguajes” de otras experiencias escénicas.

A su vez, la crítica Marietta Santi afirmó que, aunque la obra “está categorizada como danza, la verdad es que estamos frente a una puesta en escena híbrida, donde liminalidad es la palabra que más resuena. Hay movimiento, teatralidad y una instalación lumínico-sonora que bombardea a la audiencia con estímulos. En el centro están los cuerpos de los performers, quienes hacen honor a la llamada inmolación del intérprete poniendo sudor, fuerza y toda su energía al servicio de la propuesta”.

Precisamente, respecto de la energía que despliega “Catarsis inmersiva” y del compromiso total de los cuerpos en escena, el crítico Guillermo Pallacán advierte una relación con “un ritual al que se atreven a entrar al espacio delimitado en solitario, pero a la vez en grupo, a un ritual arquetípico cuyo origen está asentado en los inicios de la humanidad”.

“En realidad, el montaje es una invitación a impregnarse de la fuerza y potencia de un rito vitalizante, un espacio circular dispuesto para el sudor, la protesta, la embriaguez y la esperanza, un tiempo para el trance colectivo con cuerpos arrojados a la existencia, abrazando el riesgo de vivir, comprometidos, dispuestos a alimentar su fuego interno hasta las últimas consecuencias.

“Son cuerpos que resisten e insisten, evocando el ímpetu de afrontar lo trágico afirmando la vida”, enfatizan los creadores de “Catarsis Inmersiva”, fundadores y directores de la cia. Pseudónimo, la coreógrafa y bailarina Ninoska Soto y el compositor y músico Gabriel Miranda.

Energía y renovación

¿Qué cambios se producen en la obra al ingresar tres nuevos intérpretes?

“Cada intérprete posee sus potencias, su historia, su identidad. Nuestro trabajo es guiarlos hacia el estado corporal de ‘Catarsis Inmersiva’ y que el performer se sumerja en el viaje de la obra”.

¿Equivale a un nuevo comienzo creativo?

“Al dialogar con otros cuerpos la pieza renueva su energía, y como equipo seguimos profundizando en el lenguaje, reafirmando nuestras convicciones, los movilizadores de la obra. Quienes se suman contribuyen a que la investigación se expanda.

“Es cierto, en este proceso hay gente nueva, pero también hay un equipo humano amoroso que lo contiene y acompaña, y todos somos parte de un mismo hacer, que es convocar este ritual de celebración de la vida”.

Al existir un trabajo de base ¿se les exige algo especial a los intérpretes que llegan?

“Lo importante es generar complicidad en el grupo, una complicidad que permita hacer cómplice al espectador, inmerso en la musicalidad, lo lumínico y los cuerpos.

“Además, los remontajes permiten explorar nuevas estrategias en la interpretación, la dirección y en todos los ámbitos de la escena. Es la única forma de mantener viva la pieza y que, creativa e interpretativamente, todos crezcamos: la investigación escénica en ´Catarsis inmersiva´ es constante, no tiene término”.

Catarsis inmersiva

Creación, dirección y diseño integral: Ninoska Soto y Gabriel Miranda
Investigación corporal y performance: Carmen Gloria Venegas, Javier Muñoz, Camilo Fernández, Francisca Lillo y Joaquín Leal
Diseño lumínico-sonoro: Gabriel Miranda
Dirección corporal y vestuario: Ninoska Soto
Registro Fotográfico: Tomislav Ostoic

Parque Cultural de Valparaíso
Sábado 21, 18.00 horas. Acceso libre

Teatro del Puente
Santiago
Martes 24 y miércoles 25, 21.00 horas.
Paga lo que puedas: $ 3.000, $ 5.000, $ 8.000.
Entradas: Ticketplus.cl y santiagooff.com.
21-25 enero 2023.