Ambientada en especial en la Región de El Maule, Tres políticos muertos tiene un ritmo frenético. En ella, el autor contrasta la mentalidad de dirigentes nacionales con los políticos locales, distintos niveles de fiscales como de profesionales y empresarios locales.
Tres políticos muertos
Todo pareciera originarse en una lucha por un cupo senatorial. Una lucha entre las designaciones de candidatos santiaguinos y los “caciques” locales. Entre los afuerinos y las redes locales tejidas y mantenidas durante generaciones. Una batalla de egos insaciables, de luchas de poder. De orgullos heridos, de esas heridas incurables (como de niños mimados).
Todo parte con un crimen que remece desde el ámbito local hasta al gobierno y a la opinión pública. Entonces, se ponen en acción distintos engranajes, movidos por intereses diversos. Encontrar lo antes posible a el o los responsables para aquietar aguas, los flancos y dudas que surgen con el correr de los días, aflorando temas complejos, polémicos, donde la inoperancia y la corrupción empiezan a quedar en evidencia.
Y en Chile, las instituciones funcionan, o eso debe parecer…
Conocimiento desde adentro
Eduardo Soto Díaz ha trabajado como periodista (hasta 1973), es profesor de filosofía, abogado. Ha sido juez de Policía Local, notario y conservador de bienes raíces, en el sur. En resumen, una persona que conoce el mundo del que escribe. Un conocimiento adquirido en la práctica, en el contacto directo desde adentro.
Ese conocimiento aflora de manera natural en Tres políticos muertos. En los diálogos, modismos, formas de pensar y de actuar. Algo que da verosimilitud a una historia que, en nuestro contexto y cultura, (todavía) no parece posible en nuestro país.
Redes de poder e institucionalidad
La novela policial habla de las relaciones de las elites políticas y económicas del país. De las de Santiago como de las locales. Donde los lugares de estudio, las amistades, las militancias como los lazos familiares tejen distintas redes interconectadas. Redes para traficar influencias, poderes… como para transmitir el veneno de los rencores, de la venganza.
Lo anterior, sin embargo, convive con una institucionalidad. En ellas, hay funcionarios instalados por las redes de poder. Pero el espíritu, las formas de funcionar y las capacidades de las instituciones son una parte fundamental y determinante para definir cómo se desenvuelve el país.
Tres políticos muertos también pone en tensión estos dos mundos.
Virtudes
Tres políticos muertos es una novela entretenida, dinámica, interesante en las realidades que muestra. En esos detalles locales, en mostrar mecanismos de los poderes.
Puntos débiles. Falencias en la labor editorial, con diversos errores en la escritura, en la falta de corrector. De algunos cabos de la historia -a mi entender importantes- que quedan sueltos.
Una interesante manera de conocer la provincia. Esa huasa, anquilosada, que se resiste a cambiar.
Tres políticos muertos
Eduardo Soto Díaz
Editorial Tregolam
Madrid, España, 2022