Álvaro Larco (San Felipe, 1965) es médico de profesión. Estudió en la Universidad Católica y trabaja como médico. Entre 1995 y el 2005, en forma paralela, tuvo una destacada y premiada labor de fotógrafo, con exposiciones en el Museo Nacional de Bellas Artes y en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), entre otras. Algo nada menor.
Ahora indaga en la literatura, labor que inició el 2016, incluyendo el realizar un diplomado en escritura creativa. Y tenemos el resultado.
Fulguraciones
Son 12 cuentos, que funcionan en forma autónomas o como un todo. Relatos que van desde la infancia hasta la muerte del padre.
Fulguraciones parte así: “El primero en morir fue el Moroso chico.” (Pasaje secreto, pp 11).
Es el anuncio de todas las muertes y pérdidas que irá relatando a lo largo del libro. De distinto tipo, como el árbol que, después de años, dejó de cuidar y empieza a secarse. O Carmen, la “nana” que lo malcrió…
“Yo salía ganando porque en vez de una mamá tuve dos.” (La Carmen, pp 32).
De la que se distancia de manera abrupta, agresiva. Y pierde esa “madre”, su afecto. Y su perro, el hijo que, en el fondo, lo decepciona, su cuerpo que no logra su objetivo y decae…
Incluso el melanoma que le encontraron la esposa y los efectos que produce la espera de los resultados de los exámenes.
Bien escrito, Fulguraciones tiene -además de las historias entrelazadas- un aire común de nostalgia, de pérdida, de derrota. Una especie de recuento de todo lo fallido en relatos que parecen autobiográficos… Aunque Álvaro Larco sea médico, haya logrado muchos reconocimientos como fotógrafo y, ahora, tenga un buen debut en las letras.
Fulguraciones
Álvaro Larco Gajardo
Zuramérica ediciones
Santiago de Chile, septiembre de 2022