Jordi Borja
Jordi Borja (Barcelona 1941) ha sido un gran promotor del urbanismo, del derecho a la ciudad y de la participación de las comunidades en su gestión. Una mirada política que surgió en él desde niño, que ha transmitido y plasmado en Barcelona y en ciudades de diversos países.
Doctor en Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona y Geógrafo urbanista de la Universidad de París-Sorbonne, Borja es hijo de la dictadura de Franco y de las calles de su ciudad. Desde su militancia contra el régimen a su trabajo, en distintos puestos técnicos como políticos, siempre su interés ha estado en la ciudad, los barrios y la participación y gestión por parte de las comunidades.
Es autor de una decena de libros, varios de ellos referencias ineludibles para tratar temas de ciudad, barrios y comunidades. Entre ellos Por unos municipios democráticos: diez años de reflexión y movimiento ciudadano (1986), Local y global: la gestión de las ciudades en la era de la información (1997), La ciudad conquistada (2003) y Revolución urbana y derechos ciudadanos (2014).
Uno de los aspectos particulares e inspiradores de su vida, es que su vocación no fue una profesión o un oficio, sino la ciudad. Esa que despertó y cultivó de muy pequeño llevando encargos de sus padres a distintos barrios de Barcelona o haciendo la cimarra.
Esa vocación no calzaba con una profesión, porque la complejidad de la ciudad no puede reducirse a una sola mirada. Entonces, el desarrolla una especie de multioficio o multiprofesión, con conocimientos muy diversos que confluyen en la ciudad, los barrios y las comunidades. Una mirada integral, o que busca serlo.
Un puente
Jordi Borja ha escrito Un puente, un libro autobiográfico donde relata su vida. Desde su infancia, sus estudios, trabajos profesionales, militancia política, amores, sus amigos, en especial los latinoamericanos.
Un puente es un regalo para la gran cantidad de amigos que ha forjado en sus múltiples viajes y trabajos realizados en diversas ciudades, en especial de Europa y Latinoamérica.
Es un libro personal. Un texto inspirador sobre lo importante de seguir la vocación profunda, ser consecuentes y leales (a las ideas, vocación y relaciones). Y de cultivar las amistades, verdaderas redes de relaciones establecidas en el trabajo sobre la ciudad y la política, el debate y el compartir.
Un puente a ratos es repetitivo, obsesivo. Eso es un aporte. Es una forma práctica de expresar que la vocación, las creencias, requieren de perseverancia. De insistencia. De repetir para estar seguro que quien escucha entendió y que, en lo posible, también hizo suyo el mensaje.
Un puente aborda muchos temas. Por ejemplo sobre el conocimiento y la academia, con una mirada crítica sobre las universidades (destacando el rol fundamental que deben cumplir).
“Pero en los últimos años, de dedicación principal a la universidad, he contemplado con estupor creciente como en ésta cada disciplina se encerraba en sí misma, se hacía autorreferencial, se valorizaba en nombre de la objetividad y del “cientificismo” académico un saber acrítico y con frecuencia artificioso, perdía sentido la función social, la vocación innovadora, la voluntad de intervenir en los procesos transformadores de un mundo injusto y caótico.” (pp 136)
“… una pseudociencia académica que confunde la realidad con el uso de teorías, modelos y métodos de recogida y análisis de la información circunscritos a una disciplina especializada y que se autovalida internamente.” (pp138)
Jordi Borja aboga por el pensamiento crítico, por un quehacer que lleve a la práctica, la acción y los cambios. En ese sentido propone “cinco líneas de acción crítica y propositiva en relación a la universidad.” (pp 159) En esa línea plantea que:
“El uso del inglés (en las universidades) no solo expresa un sometimiento provinciano a la principal potencia imperial, también vehicula con frecuencia un “pensamiento único” conservador.” (pp 163)
Entendemos en esta planteamiento, además, que cada lengua es resultado de un largo desarrollo cultural. Son expresiones culturales. La imposición del inglés es una renuncia implícita de las otras culturas, de lo local y de la diversidad. De la posibilidad de expresar una forma de vivir, lo que implica ir renunciando a ella.
Un puente es un regalo que hace Jordi Borja a sus amigos. Y es un regalo para los espíritus críticos, los amantes de la ciudad, de los cambios sociales y para quienes creen en la participación de las comunidades y en la democracia.
Un puente
Jordi Borja
Editorial Café de las ciudades
Mayo de 2022, Buenos Aires, Argentina