La novela histórica de Iván Alejandro Valeria Lagos es el resultado de una larga investigación que abarca desde los últimos años de Ramón Goyenechea (1793-1841), acaudalado empresario, padre de Isidora, hasta poco después de los dos terremotos que asolaron Lota el año 1960.
En casi 300 páginas, El Castillo de Isidora relata una historia apasionante, teniendo como hilo conductor la mítica construcción. Para muchos, era mejor que el Palacio Cousiño (Santiago), declarado Monumento Nacional en 1981.
La novela abraca 120 años de historia. Historias familiares, sentimentales, sociales y políticas, atravesadas por huelgas, avatares políticos, terremotos y el auge y decadencia de la minería carbonífera en Chile. Hasta llegar a la desidia, el olvido y el despilfarro de lo que podría considerarse un despilfarro.
Iván Alejandro Valeria Lagos escribe el libro incorporando, en primera persona, diversos personajes, como Matías, Luis y Carlos Cousiño, Isidora Goyenechea, dirigentes sindicales y mineros, entre otros.
El resultado es una historia caleidoscópica donde se recogen miradas -algunas coexistentes- que viven realidades extremas. Desde la opulencia y el refinamiento exacerbado de Isidora Goyenechea a la precariedad hoy inimaginable de los mineros.
Por un lado, Isisdora Goyenechea y sus viajes a Europa para pasear y comprar ropa y objetos para alhajar sus residencias, contratar profesionales y artesanos, franceses de preferencia, para estar a la “altura” de lo mejor del viejo continente. Por otro, familias mineras habitando en dos piezas, con baño y lavandería comunes en el exterior. Mineros que, por hambre, deben lograr que sus hijos -niños- trabajen en las minas.
El Castillo de Isidora es un buen ejercicio para tratar de imaginar esas vidas, esos contextos. Con una mirada que trata de ser amplia, diversa, crítica y comprensiva.
Las falencias de la novela se pueden resumir en grupos: Las distintas voces de los protagonistas son diversas en su contenido, pero no tanto en sus formas, en sus modismos, en las culturas que representan. Por otro lado, hay un exceso de frases y palabras en francés, que no ayudan a la lectura (en especial considerando que, hace muchos años, ese idioma ya no se enseña en los colegios del país, salvo excepciones), que no están traducidas. No se señalan fechas, salvo un par de ocasiones. Entonces, entender los contextos nacionales e internacionales se hace más difícil. Lo literario -feble en otros puntos-, a mí juicio, en este punto (no poner fechas) dificulta en lugar de aportar.
Tal vez la ambición del proyecto literario atenta contra la profundidad en el desarrollo psicológico de los personajes.
Se recomienda leer la segunda edición, la que incorporó una serie de correcciones a errores que tenía la primera.
El Castillo de Isidora es un libro especial para personas interesadas en la historia de Chile, en la Región del Bío Bío, las luchas y realidades sociales, sindicales y políticas del país. Para personas que quieran entender cómo ha cambiado la vida en estos últimos 160 años.
El Castillo de Isidora
Iván Alejandro Valeria Lagos
Ediciones UCSC
Concepción, Chile, 2019