Por Leopoldo Pulgar Ibarra
Si el público mira esta obra como expresión del teatro político que busca crear conciencia para la acción revolucionaria, seguramente saldrá decepcionado, porque lo más intrigante de esta obra no es su largo título, sino cómo un grupo de jóvenes piense o imagine que una revolución de verdad se puede lograr sólo con un deseo difuso, sin disciplina ni organización y una actitud derrotista que sale por los poros.
En realidad, el dramaturgo uruguayo Santiago Sanguinetti instala intencionadamente a los protagonistas del relato como una especie de antihéroes al interior de un juego escénico que, basado en el humor, lo absurdo e, incluso, la burla, busca desestabilizar conceptos existentes y provocar nuevas reflexiones sobre los soportes que han estado presente en los numerosos esfuerzos revolucionarios en América Latina.
Y, en particular, indagar sobre la violencia política como opción para cambiar la sociedad, texto que la cia. Teatro Catástrofe sólo modificó para adecuar su lenguaje a nuestro país y filtrar también sus propias reflexiones, contradicciones e inseguridades.
En este sentido, al momento de asumir acciones políticas radicales en la obra, el elenco no puede dejar de lado la influencia neoliberal en ellos y en la sociedad, como tampoco a los referentes históricos de las luchas de liberación en América Latina y Chile, ni las expresiones culturales de hoy, sumando la sátira frente a mitos y héroes de décadas pasadas.
Una forma de replantear el teatro político que en Chile luego del regreso de la Democracia ha tenido manifestaciones de distinto perfil y grados en su crítica e ironía, tanto en La Resentida y Perro Muerto, entre otras compañías.
“Argumento contra la existencia de vida inteligente en el Cono Sur” forma parte de la “Trilogía de la revolución”, de Sanguinetti, que incluye “Sobre la teoría del eterno retorno aplicada a la revolución en el Caribe” y “Breve apología del caos por exceso de testosterona en las calles de Manhattan”
Mano hábil
Al momento de entrar a la sala el espectador es recibido por el ambiente ensordecedor que construye Teatro Catástrofe con un intérprete de música trap y sus violentas alusiones machistas y sexuales.
Allí ya se advierte la mano hábil de la dirección conjunta de Mario Monge y Laura Zavala, porque éste y otros mecanismos externos utilizados van penetrando en el mundo personal de los cuatro estudiantes que buscan pasar a la historia, a partir de un comportamiento hiperrealista en cuyas actitudes resalta un afán heroicista descabellado que no se asocia a la descripción histórica del revolucionario apasionado y silencioso.
Los intérpretes se posicionan, a través de diálogos desarrollados a toda velocidad, breves y bien construidos en ritmo y sentido, denotando un movimiento interno y la presión en el alma de cada uno, sólo encubierto por cierta mordacidad y una seguridad nerviosa.
Síntesis y verborrea
A golpes de síntesis y verborrea, bromas estúpidas, crueles e infantiles, alusiones ilógicas a personajes políticos, filosóficos y televisivos, y revisión de los mínimos planes que tienen, la conversación salta de un lugar a otro en una dinámica envolvente y entretenida, con un elenco diestro, alocado y muy expresivo, mientras se va ocupando la totalidad del escenario (mayor sería el efecto si las voces fueran siempre bien audibles).
Entonces, si el objetivo del autor es sobredimensionar conductas contradictorias con un objetivo final transformador manipulando con sentido crítico (siempre con lo humorístico y el absurdo) los referentes revolucionarios de las décadas 80 y 90, Teatro Catástrofe subraya en forma especial en esta puesta en escena la necesidad de debatir sobre la democracia en nuestro país y cómo las nuevas generaciones se incorporan de diversas maneras o podrían vincularse a la lucha por los necesarios cambios en la sociedad.
Y que no ironiza con las torturas, miles de muertos y desaparecidos ocurridas en el continente durante las dictaduras latinoamericanas, porque eso no es para la risa.
Una obra de teatro político, controvertido y estimulante, cuyas paradojas son coincidentes con la realidad social, diversa, dispersa, horizontal, caótica y vital de nuestra sociedad.
Argumento contra la existencia de vida inteligente en el Cono Sur
Dramaturgia: Santiago Sanguinetti (Uruguay)
Dirección: Mario Monge y Laura Zavala
Elenco: Cia. Teatro Catástrofe (Raúl Riquelme, Consuelo Pinilla, Rocío Canales y Linus Sánchez)
Diseño integral: Laura Zavala
Diseño sonoro: Diego Betancourt
Producción: Josefa Schultz
Investigación: María Paz Mallegas
Audiovisual: Emilia Martín
Fotografías: Constanza Lobos e Iván Cea
Teatro del Puente
Parque Forestal (entre Pío Nono y Purísima).
Miércoles a domingo, 20.00 horas.
Entrada general $ 6.000; estudiantes y tercera edad $ 4.000. Ticketplus.cl
Informaciones: teatrodelpuente.cl. Hasta 12 junio 2022.