La institución adaptó salas de la pinacoteca como un salón de belleza, donde pintan uñas con cuadros del célebre artista neerlandés..

Teatros, museos (entre ellos el Van Gogh) y salas de conciertos en Países Bajos abrieron este miércoles sus puertas ofreciendo servicios de peluquería, estética y gimnasia en protesta por las restricciones que mantienen cerrado el sector cultural desde mediados de diciembre por la propagación de la variante ómicron.

El Museo Van Gogh convirtió una de las salas de la pinacoteca en un salón de belleza y peluquería, con profesionales que han cortado el pelo y pintado las uñas de clientes con cuadros famosos del artista neerlandés Vincent van Gogh.

La sala Concertgebouw de Ámsterdam también se sumó a la movilización y arrancó su jornada de protesta con una sinfonía del compositor estadounidense Charles Ives, que se escuchaba en directo mientras dos peluqueros vestidos de negro realizaban un corte de pelo en pleno escenario, ambos con mascarilla.

Museo Van Gogh
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Con esta acción, el museo quiso “llamar la atención sobre la grave situación del sector cultural y la necesidad de reabrir los museos lo antes posible”, según una nota. Su directora, Emilie Gordenker, aseguró que esta campaña quiere “enfatizar que las visitas al museo son seguras” e instó a permitir pronto su reapertura.

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El museo de Limburgo y el de Frisia participaron en la campaña nacional transformándose en un gimnasio, por lo que ofrecieron clases gratis de yoga, zumba y otros deportes.

“Las calles comerciales, las tiendas de muebles y los gimnasios están llenos, pero un museo no puede recibir visitantes”, denunció la pinacoteca de Limburgo, que ofreció clases de 45 minutos cada una, impartidas por instructores profesionales, y un batido en la cafetería del museo después de la actividad.

La pinacoteca exigió el pase covid y una mascarilla para entrar y salir del edificio, pero no durante la clase, norma que ya se aplica a los gimnasios, que han reabierto desde el pasado sábado.

Museo Van Gogh
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No sólo el Museo Van Gogh

Unos 70 teatros y decenas de museos en todo el país han confirmado que se sumarán hoy a esta campaña de protesta contra las restricciones, y la idea de convertirse en peluquerías, centros de estética, salas de masaje o gimnasios se debe a que estos negocios sí han podido reabrir sus puertas desde el pasado fin de semana.

El sábado, varios negocios de hostelería -que también sigue cerrada desde mediados de diciembre- reabrieron sus puertas en señal de protesta y ofrecieron bebidas y comida a sus clientes, a veces de forma gratuita, para mostrar que pueden reabrir de forma segura y respetando las reglas.

Las autoridades municipales de varias regiones, incluida Ámsterdam y Róterdam, advirtieron ayer que exigirán el cumplimiento de las restricciones en el sector cultural, aunque esta sea una acción de protesta. Cultura y hostelería seguirán cerrados hasta al menos el 25 de enero.

Unas cien organizaciones del sector cultural también presentaron hoy una propuesta conjunta como hoja de ruta para su reapertura, en la que establecen las medidas de acceso que deberían aplicarse, asociadas con tres niveles de riesgo que dependerá de la fase de la pandemia.