La versión radial y audiovisual que la cia. La Crisis mostrará durante los próximos dos fines de semana, como “apertura de proceso”, forma parte de la “necesidad de visibilizar la violencia social y cultural hacia las lesbianas en Chile”.
Por Leopoldo Pulgar Ibarra
Lo afirma Evaluna Valdivieso, directora de “Las convocadas: Manifiesto 8M”, dramaturgia de Tatiana Baeza, inspirada en los lesbocidios de Nicole Saavedra (2016, un formalizado en 2020), María Pía Castro (2008, cerrado sin culpables) y Susana Sanhueza (2017, cerrado sin culpables).
Entre ficción y datos de la realidad, el grupo describe a un Chile neofascista del futuro, luego de un cambio constitucional, justo cuando se vota la ley que considera el lesbianismo como un crimen.
Son cuatro monólogos que se entrecruzan con la denominada Zona Roja, que alude a la V Región, donde ocurrieron los tres asesinatos que aborda la obra, puesta en pantalla y en registro sonoro por un equipo de lesbianas y bisexuales en un 60%, que remarcan el perfil político lesbofeminista.
“Es una manera de expresar la invisibilidad que existe sobre el lesbianismo”, explica Evaluna, “y dar un espacio político de representación y acción a las disidencias”.
Escrita antes de la Revuelta de 2019, “ponemos a Chile sin espacio de derecho, para plantear una reflexión sobre qué hacer con la memoria, con el presente y el futuro”, dice la directora.
Agrega: “Como disidentes y artistas tenemos puesto un ojo en el proceso constituyente, junto con hablar sobre todo tipo de disidencias: sexual, de género y amatorias”.
La sociedad debe construirse desde “una mirada disidente -LGTBIQA+, inmigrantes, sordos, ciegos, pueblos originarios-” y desde un “feminismo interseccional” donde converjan “todas las luchas en una gran lucha”, sostiene Evaluna Valdivieso (27), directora de la cia. La Crisis.
Ver y no ver
¿Cómo ha sido tu experiencia como lesbiana?
“Ha sido un proceso largo, rico, doloroso siempre… pero he tenido suerte y el apoyo de la familia. También con discriminaciones, violencia en las calles, en las instituciones…
“Todo ha sido exquisto y doloroso al mismo tiempo. Me siento muy a gusto. Soy partícipe de una lucha por la transformación. Priorizar por las mujeres es un acto político y amatorio”.
¿No está ya visibilizado el tema de las minorías sexuales?
“Creo que no. Estamos en el siglo XXI y los sucesos trágicos aumentan constantemente. Incluso, varios casos se dan en la misma Zona Roja (Región de Valparaíso), según un recuento de la BBC de Londres. En Limache fueron dos de los tres casos que aborda nuestra obra.
“En términos sociales e institucionales, gubernamentales, fiscalías, en general, los órganos del Estado, no hacen la justicia que necesitamos. Las agresiones y muertes de las LGBTIQA+ son dejadas al final de la pila de casos:
ser mujer lesbiana no está dentro de las prioridades para investigar”.
¿Prevalecen prejuicios contra las lesbianas?
“En general, según la heteronorma, el hombre que ejerce la violencia contra una mujer lo hace porque cree que ella debe estar dispuesta para su goce.
“Pero si la víctima es lesbiana la violación tiene una `finalidad correctiva´, para feminizarla, lo que implica una gran cuota de odio. Estamos muy preocupadas con el aumento de la violencia a las lesbianas. Es muy necesario seguir visibilizándonos”.
¿Consideras que los medios son cómplices?
“Totalmente. Hipersexualizan a las lesbianas y no nos tratan como sujetos pensantes, políticos y con derechos. Para los medios, ver a dos mujeres besándose equivale a porno para lo masculino.
“En los medios faltan referentes positivos respecto de la disidencia sexual. Nunca hemos sido reflejadas positivamente en la TV, se nos agrede en la calle. Luego del estallido y la pandema el contexto es más grave, ha aumentado la violencia contra las disidencias y las mujeres.
“Muchas personas LGBTIQA+ han tenido que abandonar sus hogares o han sufrido mucha violencia en ellos durante la cuarentena. Al parecer, son cifras que sólo nos importan a las mismas disidencias”.
¿Cómo se relacionan con el feminismo?
“Somos parte del movimiento feminista, además de proponer un feminismo interseccional frente a la violencia hetero-patriarcal en aumento. El proceso constitucional ha abierto esta posibilidad a las disidencias. El proceso constituyente equivale a un cambio positivo, pero hay mucho que avanzar en la vida diaria”.
Los cambios socio-culturales requieren mucha paciencia…
“De acuerdo… pero la lucha feminista lleva más de dos mil años, harto tiempo en que hemos sido coartadas, esclavizadas en nuestra historia. Lo peor es que los cambios han sido ralentizados a propósito por las instituciones.
“Me refiero al proceso de convivir de manera respetuosa con las disidencias. A la actitud de la Igesia, cuando se niega el matrimonio igualitario, la adopción homoparental, no enseñar educacion sexual integral en los colegios… La hegemonía del poder ralentiza los cambios y determina qué es lo correcto o incorrecto.
“Las municipalidades deberían trabajar para otorgar espacios seguros para las disidencias. Pero hay oídos sordos. Alrededor de 1900 se empezaron a exigir algunos derechos, como una forma de no tener que adaptarse a los espacios de hombres. Hoy estamos en una realidad distinta, pero creo que nos hemos demorado demasiado para lograr derechos básicos”.
¿Influirá que las disidencias se manifiestan de una manera `provocativa´?
“Creo que se necesita levantar las banderas en todas sus manifestaciones y aunque hay corrientes que no aceptan algunas formas de disidencia, no es el foco de la discusión.
“Ahora, lo que aparece como provocativo no es más que lo que se escapa de la norma, y es la norma y quienes la mantienen el problema de fondo.
“Como lesbianas nos duele mucho que ciertos casos sean más visibles que otros. Eso tiene que ver con cómo visibilizamos y combatimos la violencia hacia nosotras. Vamos mutando dentro del feminismo. Tenemos que desaprender conductas y asumir las nuevas”.
Se advierte orgullo por lo que son y sus luchas…
“No hay orgullo sin justicia y, junto con manifestarnos libremente en las calles, conmemoramos a nuestras muertas. La expresión de género también puede ser un acto performativo, de decir `estoy en desacuerdo con la norma que me han impuesto y no estoy disponible para aceptarla´. Es parte de la lucha, de nuestra lucha”.
Las convocadas: Manifiesto 8M
Dirección: Evaluna Valdivieso
Dramaturgia: Tatiana Baeza
Elenco: Valentina Parada, Javiera Murillo, Valentina López y María Belén Cardenas
Música: Emilia Borlone y Aníbal Gutiérrez
Dirección, Fotografía y Montaje Cinematográfico: Catalina M. Cerpa
Asistencia Fotografía: Víctor Baeza
Asistencia Montaje: Demian Soto de la Cuadra
Producción: Sofía Croxatto
Youtube Teatro Sidarte. Sábado 20 y domingo 21, 20.00; 27 y 28, 21.00 horas. Entradas $ 2.000, $ 4.000 y $ 6.000 (Paga Lo Que Puedas) ticketplus.cl