Ocho días antes del 8M llegó a las librerías físicas y digitales “Quemar el miedo” (Planeta 2021), el primer libro de lastesis que es descrito como “un manifiesto” del colectivo porteño.
El título está disponible en Chile y en todos los países de habla hispana, con derechos de publicación que ya fueron adquiridos en Alemania y Estados Unidos.
“Nosotras elegimos el arte como resistencia. Nosotras hemos sido perseguidas y violentadas por decir lo que pensamos. Nosotras nos cuidamos entre nosotras. Sabemos que, en parte, hemos tenido la suerte y los privilegios que otras y otres no, porque estamos vivas. Nosotras nos negamos a seguir siendo cómplices de todo tipo de violencia, opresión e injusticia patriarcal; la misma que expondremos ante ti en este libro”, escriben a modo de introducción.
El origen del “estallido social” y las protestas recientes en Latinoamérica; el análisis de los distintos feminismos; el rol político del cuerpo; el discurso amoroso predominante y las implicancias del patriarcado y la maternidad, son algunos de los temas que conforman los siete capítulos donde explican los fundamentos de su lucha, una que no es “de izquierda o de derecha, sino feminista, interseccional y queer”.
El libro de Daffne Valdés Vargas, Paula Cometa Stange, Lea Cáceres Díaz y Sibila Sotomayor Van Rysseghem contó con la colaboración de la periodista Alejandra Carmona, y en él también relatan las consecuencias que les trajo la performance “Un violador en tu camino”, cuyo título fue inspirado en el famoso lema de Carabineros (“Un amigo en tu camino”).
La más mediática de todas, fue la denuncia que la institución policial interpuso contra el colectivo en junio de 2020 en la Fiscalía de Valparaíso por los delitos de “atentando contra la autoridad” y “amenazas”; todo esto a raíz de un video publicado en redes sociales.
“Si bien nos sentimos honradas, también nos sentimos decepcionadas y sumamente preocupadas de que en cada rincón del planeta las deudas con las mujeres y personas de las disidencias sean las mismas”, explican sobre las razones del apoyo transversal y mundial al himno feminista escrito por las chilenas, elegidas por la revista Time como parte de las “100 personas más influyentes del 2020.
A continuación, lee un extracto del capítulo número dos (“Patriarcado y capital es alianza criminal”) de “Quemar el miedo”, el manifiesto de lastesis.
La lucha feminista, en este sentido, nada contra la corriente de manera constante. Es un ejercicio extenuante que nos acompaña toda la vida. Sabemos que probablemente los cambios reales no serán para nosotras, nosotres, nosotros, sino para quienes vendrán.
No obstante, la transversalidad de dicha opresión nos insta a la denuncia. Por ello, el 20 de noviembre de 2019, convocamos a mujeres y disidencias a corear con nosotras un violador en tu camino, en la Plaza Aníbal Pinto, en Valparaíso, porque en nuestros territorios el sistema neoliberal y patriarcal nos humilla y eso lo sentimos cada día. Muchas mujeres asesinadas contaban con medidas de protección, dispuestas por la justicia, que nunca se cumplieron. Nuestras pensiones de vejez son miserables porque el trabajo no remunerado también nos despoja de las compensaciones de salud y ganancias previsionales. El sistema ignora el trabajo doméstico que muchas madres o abuelas han hecho por años. También ignora la doble o incluso triple jornada laboral, que afecta hasta la actualidad a muchas mujeres trabajadoras que, terminado su turno laboral, han de hacerse cargo del trabajo doméstico en su hogar. Y ni hablar de la brecha salarial, pues aún se nos paga menos por el mismo trabajo que hacen nuestros colegas. El sexismo se refleja en el trabajo, en la salud y en todas las esferas de nuestras vidas.
Una de las fortalezas de los Estados patriarcales radica en la invisibilización y el histórico negacionismo en torno a la violencia contra las mujeres. A modo de ejemplo, en el año 2001, en un campo algodonero de Ciudad Juárez, el Estado mexicano dejó claras estas prácticas institucionalizadas. En noviembre de ese año aparecieron ocho cuerpos de mujeres asesinadas. Pese a las súplicas por justicia de parte de sus familias y las, les y los ciudadanos, la policía no hizo nada. Así quedó constatado después por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que se revelaron las negligencias de la investigación. El Estado mexicano fue condenado no solo por las fallas, sino también por la discriminación obvia por la condición social y de género de las mujeres asesinadas.
Los feminicidas Edgar Ernesto Álvarez Cruz y José Francisco Granados de la Paz secuestraron, torturaron, violaron y asesinaron por lo menos a 10 mujeres; sin embargo, el gobierno eligió no verlo. Y esa conducta se replica país por país.
Pensamos que la primera performance que hicimos en Valparaíso duraría 2:30 minutos y se quedaría ahí, pero no fue así, pues resonó en todo el mundo, demostrando la escala global de opresión. Si bien nos sentimos honradas, también nos sentimos decepcionadas y sumamente preocupadas de que en cada rincón del planeta las deudas con las mujeres y personas de las disidencias sean las mismas.
Nos conmovió que corearan nuestra canción y que también se volviera un himno en países y culturas tan diversas; evidencia de que el sistema patriarcal está en todas partes y habita cada país, cada pueblo, cada ciudad; incluso en aquellas que se venden como idilios de la calidad de vida y la igualdad de género.
Queremos algo más justo para todas y todes. Ahora, si en ese camino los hombres cisgénero y patriarcales se sienten oprimidos, creemos que es una lucha de la cual ellos han de hacerse cargo. Nosotras no tuvimos una situación de privilegio respecto al acceso a la información. No revisamos teoría feminista en las instituciones de educación formal a las que asistimos, pues en el momento y lugar en que estudiamos existía un tremendo vacío e invisibilización de estos saberes. Buscamos la información, y así como nosotras lo hicimos, creemos que es responsabilidad de cada quien hacerlo. Y tras la instrucción, viene la puesta en práctica, pues de nada sirve leerse unos pdf si después no van a generar una deconstrucción de su masculinidad cisgénero, patriarcal y heteronormada… Si no van a dejar de encubrir a sus amigos abusadores, de ser cómplices del silencio o, peor aún, de seguir fomentando y generando prácticas patriarcales, abusivas y violentas. La aceptación de los privilegios y de su consecuente despojo por una sociedad más justa ha de ser difícil, pero es el único camino posible en esta lucha.
Sin embargo, pareciera que el camino más fácil es preguntarnos a nosotras qué es lo que tienen que hacer. Como si fuéramos sus eternas madres, y fuera nuestra responsabilidad decirles lo que tienen que hacer para deconstruirse, para ser parte de nuestra lucha, porque ¿cómo van a quedar fuera de algún espacio, a pesar de que nosotras y nosotres hemos sido históricamente excluidas de todas partes? A ellos les toca hacerse cargo, porque no podemos estar luchando una batalla y, además, preocuparnos de qué podrían hacer ellos si este mismo sistema político, social y económico no les gusta.
Hemos vivido por siglos en un régimen extractivista y brutal donde se generaron relaciones de poder que hoy simplemente no pueden existir. El feminismo les viene a decir que la vida es mucho más compleja de lo que siempre han creído.