Canción sin nombre (Perú), El patrón, radiografía de un crimen (Argentina) y Aquí no ha pasado nada (Chile) son tres películas que abordan temas muy diversos pero que, de alguna manera, hermanan a estos países a través de temas duros y dolorosos.
Una trata sobre adopciones ilegales en el Perú de los 80, un tema que, con sus particularidades, afectó también a Argentina y Chile. El patrón, radiografía de un crimen, muestra la explotación de un migrante que empieza a trabajar en una carnicería en un barrio de Buenos Aires, obligándolo a vender carne descompuesta. Aquí no ha pasado nada es una cinta basada en el conocido caso del hijo del ex-senador y ex-presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, en relación al atropello y muerte de un peatón.
Canción sin nombre
Canción sin nombre, de Melina León con fotografía de un notable Inti Briones, es una bellísima película (en términos estéticos) en blanco y negro basada en un caso real. Se trata del robo de bebés recién nacidos para venderlos para adopciones ilegales. Emotiva, pone los elementos básicos sobre temas como la corrupción, la discriminación hacia las mujeres, los pobres y los indígenas, los traficos de poder y los valores.
Destaca la actuación de Pamela Mendoza como Georgina Condori y Tommy Párraga, como el periodista que investiga el caso.
Canción sin nombre es una joya del cine peruano y latinoamericano que pone en palestra un tema que también pasó en otros países latinoamericanos. En Argentina ha sido ampliamente abordado y discutido, mientras que en Chile ha sido evitado.
La cinta peruana ganó los premios a Mejor Película y Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Estocolmo, el Colón de Oro en Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, y de Nuevas voces/ Nuevas visiones en el Festival de Cine de Palm Springs (California).
El patrón, radiografía de un crimen
El patrón, radiografía de un crimen, adaptación del libro de Elías Neuman, trata sobre un migarnte pobre, de pocos recursos, casi analfabeto, que es contratado para trabajar en una carnicería de un barrio semi oeriférico de Buenos Aires. Al poco tiempo queda solo a cargo de ella, pero el dueño no sólo le paga una miseria y sin contrato. Además lo obliga a vender carne de mala calidad, incluso en descomposición. La tensión y el estrés desencadenan el conflicto.
El patrón, radiografía de un crimen recuerda el neorrealismo, el cine social latinoamericano. Destaca la actuación de Joaquín Murriel.
La premiada cinta ganó el premio del público en Festival de Busan en Corea del Sur, mejor ópera prima y mejor actor en el festival de Guadalajara, mejor película, mejor director y el premio del público en el Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, y diversos galardones en los Premios Sur y Premios Cóndor de Plata, entre otros.
Aquí no ha pasado nada
La cinta de Alejandro Fernández Almendras (Huacho, Matar a un hombre, El estreno, Mi amigo Alexis) aborda de manera informada el mundo de las fiestas -desenfrenadas- de parte de la clase alta chilena y las formas de abordar los problemas escabullendo a la verdad y la justicia.
Basado en el caso del hijo de Carlos Larraín, retrata de manera cruda y sutil al mismo tiempo una forma de funcionar y de relacionarse que está muy enraizada en la cultura chilena y, posiblemente, latinoamericana, dada las similitudes con una de las historias de la cinta argentina Relatos Salvajes.
Con buenas actuaciones de Agustín Silva como Vicente (el joven que será inculpado), Paulina García (madre de Vicente) y Luis Gnecco (como Gustavoi Barría, abogado del verdadero culpable). Vale destacar la escena de agustín Silva con Luis Gnecco en la playa, una síntesis magistral de cómo funciona, a veces, el poder en la clase alta chilena.
Gano el premio a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias y a Mejor Director en el SANFIC
Estas tres cintas son muy buenas alternativas que ofrece Netflix, dentro de su escasa y poca variada oferta latinoamericana.