Un rasgo importante de Tango Thriller, obra del dramaturgo Marco Antonio de la Parra, es contar con un diálogo que se construye pensando en el formato digital en que se exhibe, en una dinámica versión escénica.
En segundo lugar, la propuesta la defienden dos actores de primer nivel en la línea de la actuación representativa y sicológica, algo necesario para hablar de dos hermanos, cuyas mentalidades y formas de vida, que parecen muy opuestas, se van manifestando poco a poco.
Un tercer factor, que no por conocido deja de ser atractivo, es el tono de comedia humana fina y oscura que el autor le imprime a un relato que incluye en su subítulo la palabra “necrológico”.
En este sentido, se podría decir que se trata de una oscuridad diáfana, ya que cuando se transparentan las capas más ocultas y negativas de los seres humanos -rencores y traumas del pasado, hipocresía, engaños-, resultan más pavorosas que la idea misma de la muerte, sobre todo si inciden obstáculos reales o inventados con que los hermanos presionan la relación entre ellos.
Esta segunda producción virtual del Teatro de la Universidad Finis Terrae se transmite en vivo, a través de su canal de Youtube.
Afectos y ambiciones
En contraste con la complejidad de sentido de esta propuesta, llama la atención la sencillez argumental: luego de la muerte del padre, fanático del tango, dos hermanos adultos mayores recibirán un rica herencia siempre que el cuerpo sea enterrado en Buenos Aires o las cenizas esparcidas en la Plaza Dorrego de esa capital, donde uno de ellos reside.
Pero hay una dificultad: el hombre murió en Santiago en tiempos de pandemia, por lo que el hermano santiaguino no tiene acceso a un medio de transporte que pueda trasladar su cuerpo a la capital argentina.
En este trámite se desenvuelven los hermanos mientras exponen la relación que tuvieron con su padre y entre ellos mismos, situaciones familiares antiguas que se refriegan en pantalla, junto con intentar ponerse de acuerdo sobre cómo cumplir con ese último deseo y obtener el dinero.
Alejandro Trejo interpreta a un hombre de mentalidad pragmática, fría y sin piedad: insiste en recibir su parte antes de cumplir con la obligación; Roberto Poblete, que también es director del montaje, perfila a un sujeto formal y cumplidor de la legalidad que se esfuerza en encontrar la manera de hacer cruzar la cordillera los restos del padre.
Durante la discusión sobre cómo crear un plan perfecto, los hermanos muestran su juego, se enredan en conflictos de todo tipo, dibujan una estela de ironía brutal y se dejan siempre una carta escondida.
La propuesta se mueve bien como híbrido teatral-digital: las cámaras enfocan espacios del entorno, abundan expresivos primeros planos que hurgan en el universo interno difícil de escrutar de ambos personajes, en una obra demasiado extendida que se podría potenciar si se desarrollara en 40-45 minutos.
Teatro Finis Terrae
Vía Youtube.
Viernes y sábado, 20.30 horas (excepto 11, 18 y 19).
Entradas: $ 4.000. Hasta al 3 de octubre.